Lunes, Abril 21, 2025

Y avanza marzo. Por Carlos Cerpa Miranda

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Marzo marca el fin del tercer año de gobierno y un punto crucial en la definición de las candidaturas presidenciales.

Mención aparte, como si nos recordara la importancia de alcanzar un sistema de justicia transparente y equitativo, es el vergonzoso allanamiento al domicilio de la Diputada Cariola el mismo día del nacimiento de su hijo.

Inaceptable, además, al tratarse de la institución encargada de administrar justicia en igualdad de condiciones. Se supone. Pero se sospecha, cuando desde el Ministerio Público, que debe cautelar la privacidad de las personas que investiga, se hacen filtrar conversaciones privadas ajenas a los hechos que se investigan. El jurista Jorge Correa Sutil acertadamente ha calificado estos actos de corruptos y constitutivos de delito. Y tiene toda la razón.

Entremos en materia. El proceso político-electoral ya en curso en Chile, empieza a tomar cuerpo en medio de un clima internacional complejo, que favorece a sectores que pasan por encima del adversario y de las mismas instituciones. Es el estilo de la oligarquía plutocrática que se viene imponiendo en distintas partes del mundo, pero es Trump, en su santa alianza con delirantes magnates tecnocapitalistas, quien mejor la representa.

Varias son las características de la narrativa plutocrática, entre las cuales podemos distinguir algunas de las más conocidas. En primer lugar, apoyándose en el control de sus medios de comunicación, presenta la riqueza y el éxito financiero como sinónimos de inteligencia y capacidad de liderazgo. Justifica la concentración de poder y riqueza en manos de una elite adinerada, en el convencimiento que son ellos los más preparados para dirigir la sociedad, por encima de las instituciones. 

Enseguida, para alcanzar sus objetivos, denigran y deshumanizan a quienes desde otras formas de pensamiento, se refieren a la desigualdad o la explotación presente en las relaciones sociales y desde su supremacismo promueven el exterminio de otros pueblos, como el Palestino. Detrás del discurso, despidos y pérdida de derechos laborales y de género, dando inicio a la pérdida de derechos civiles a mayor escala. Es el punto de partida para el uso de la fuerza bruta.

Seria sin embargo erróneo pensar que la  consolidación de estos sectores ha sido de la noche a la mañana, como si de por medio no hubiesen mediado procesos sociales, económicos y políticos de larga data.

Si estos sectores  consiguieron ganar  influencia en las clases medias y trabajadoras, allí donde quiera que se han instalado en el poder, ello es debido a la asentada percepción primero y a la frustración después respecto a la incapacidad del régimen democrático de resolver sus problemáticas, al entrabamiento de los órganos de representación ante tantas peleas chicas y con sentido solo para sus protagonistas, la corrupción y el clientelismo, las prebendas y los privilegios de quienes detentan o rodean al poder.  

Sería igualmente poco aconsejable  desestimar estas tendencias autoritarias y expansionistas, presentes en la realidad mundial. El hecho de ser un país pequeño al sur del mundo, no nos hace inmune a estas amenazas. La derecha chilena observa con detenimiento el escenario político internacional y el modo en que la ultraderecha en el poder “innova” en sus prácticas de gobierno, entre ellas gobernar por Decreto.

Tampoco  es necesario trasladar la mirada hacia EEUU y los centros europeos bajo control ultraderechista, para comprobar esta tendencia. Basta con observar de pasada al otro de la cordillera, para comprobar, a poco más de un año en el poder, el caos en el que un gobernante fanatizado y delirante como Milei hunde a Argentina. Trump lleva solo días en el gobierno y ya lleva guerras arancelarias con varios países, empezando por México y Canadá, sus países vecinos.

Cuál será el derrotero de la política mundial, está aún por verse. Pero Chile debe diseñar  otros escenarios y abrirse a otras fuerzas actuantes en la política mundial. La actual administración norteamericana no tendrá reparo de ningún tipo para aplicarnos su agresiva política arancelaria. Los  Brics representan un campo de acción en materia de comercio, economía y  relaciones políticas colaborativas, que debemos considerar integrar.

Yendo a lo local, un elemento en común  del mapa político interno, es que las coaliciones más importantes tienen claridad que ganar el gobierno sin conseguir mayoría en el Congreso pone cuesta arriba la realización del programa de gobierno.

De ello da cuenta la ácida y corrosiva forma de hacer oposición que ha caracterizado a la derecha estos tres años de gobierno del presidente Boric. La única excepción, un espíritu algo más constructivo pudo observarse en el transcurso de la negociación de la Reforma de Pensiones, un avance parcial, similar en términos de profundidad a otras conquistas alcanzadas las últimas décadas por los distintos gobiernos democráticos.

Desde el punto de vista de la gestión política, el Presidente Boric ha conseguido darle consistencia a la diversidad reunida en el Gabinete y evitar que producto de las diferencias internas se haya afectado la gestión de gobierno. El orden de sus fuerzas políticas de apoyo le ha permitido resistir en mejor pie el permanente asedio de la oposición de derecha y darle respuesta a los temas de seguridad pública que se instalaron en la agenda pública y avanzar en otras materias: Ejemplo, jornada laboral de 40 horas, copago cero en Fonasa, entre varios otras.

Sin embargo, de lo anterior no puede desprenderse que haya habido avances en dirección a resolver el nexo de la politica con la sociedad. Eventualmente otra habría sido la situación, si en la fase de instalación del gobierno se hubiesen priorizado las demandas sociales originadas en la revuelta social del 2019 como punto de partida del gobierno que surgía. Mucha gestión en el nivel central del Estado en desmedro incluso de otros de sus niveles.

Aparte del Congreso, existen otras expresiones intermedias, como los municipios, que el gobierno del presidente Boric desaprovechó en términos de buscar vías de salida al cerco que la derecha le plantó a su gobierno desde el primer minuto. Poco avance ha existido también en la relación con las expresiones de la sociedad civil, desafíos aún pendientes y determinantes para avanzar en profundidad democrática. Las selectas reuniones del tipo cheese & wine de ministros de Estado con representantes de las elites, tampoco ayudaron en ese sentido.

Teniendo la evolución de la situación mundial bajo atenta mirada, el nudo gordiano que podría contribuir a resolver favorablemente el actual escenario, como conclusión, serían los siguientes: jugársela por la unidad con todas aquellas fuerzas que abracen un programa de cambios; un cuerpo de demandas que se proponga resolver las urgencias sociales y lista única parlamentaria que viabilice llevar a cabo el programa de gobierno.

Nadie dice que sea fácil, pero tampoco imposible.

Para El Maipo, Carlos Cerpa Miranda, Ex concejal y ex director laboral Banco del Estado. Colaborador de El Maipo.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial El Maipo.

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