Ante la posibilidad de deportaciones masivas que vislumbra hoy Estados Unidos tras la reelección de Donald Trump, ciudades fronterizas de Canadá se preparan para una eventual afluencia de solicitantes de asilo.
Residentes en la ciudad de Cornwall, la más oriental de la provincia de Ontario, expresaron a CTV News que tienen expectativas sobre lo que podría acontecer en un futuro cercano.
Aunque «la reacción inicial es el pánico», según Steve Densley, un residente local, «esto es algo bueno y la inmigración es algo por lo que Canadá es conocido. Vendrá más gente y trabajará”, subrayó.
La Real Policía Montada de Canadá (RCMP) está en «alerta máxima» ante el temor del aumento en el número de inmigrantes que buscarán refugio en el país, en particular en Quebec y otras urbes limítrofes con Estados Unidos.
«Probablemente vamos a tener más oficiales sobre el terreno, más patrullas móviles», advirtió el sargento Charles Poirier de la RCMP, citado por la televisora.
Por su parte, el alcalde de Cornualles, Justin Towndale, prevé un incremento de solicitantes de asilo en los próximos meses antes de que Trump asuma el cargo en enero y está instando al gobierno federal a obtener más fondos para manejar el nuevo escenario.
A principios de este año, el gobierno de Justin Trudeau puso fin a la financiación de viviendas temporales para refugiados en el Centro de Desarrollo de la ciudad, donde 500 inmigrantes, incluidos niños, fueron obligados a buscar otro lugar de acogida.
Trudeau anunció el jueves la reactivación de un comité especial del gabinete dedicado a las relaciones entre Canadá y Estados Unidos, centrándose en cuestiones «críticas» entre los dos países. Uno de los ministros que forman parte del panel es el titular de Inmigración Marc Miller.
El Maipo/PL