Sábado, Julio 27, 2024

Stephanie Duarte, Delegada Presidencial Provincial de Talagante: “Me inspiran otras mujeres luchadoras”

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En conversación exclusiva con El Maipo, la autoridad reflexionó sobre liderazgo femenino, participación y democracia, en una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

Creció rodeada de mujeres luchadoras cuyo ejemplo forjó su vocación por el servicio público. Dice que siempre la irritaron las injusticias y reconoce que “cuando una dirigenta asume su rol, lo hace desde el amor”. Con una destacable trayectoria de compromiso con los derechos sociales en el territorio, la Delegada Presidencial Provincial de Talagante (Comunes), compartió sus impresiones sobre el rol de la mujer en espacios de liderazgo.

¿Identifica cuándo surge su vocación por el servicio público y la política?

Sí, de aquello tengo muchos recuerdos. Desde niña siempre disfruté ayudar y ser de utilidad a la gente, sin importar si eran cercanos o no a mí, lo que también veía en mis tías dirigentas. De ahí viene el servicio público. Por otra parte, no hay nada que me genere más irritación que la injusticia, y siempre me he involucrado en toda iniciativa social, comunitaria o partidaria que busque combatirla. De ahí viene la política.

¿Qué la inspira en el día a día?

Ante todo, me inspiran otras mujeres luchadoras. En mi familia, mi abuelita querida. En su vida ha tenido que llevar labores de cuidado de sus numerosas hijas e hijos, nietas y nietos, sobrinas y sobrinos -incluso bisnietos- siempre con generosidad y entrega, y al mismo tiempo muy consciente de su entorno y de la vida pública. En general me inspiran mucho las mujeres mayores que han dedicado su vida a ser dirigentas y han salido adelante, muchas veces solas, llevando a sus familias a cuestas y en contextos aún más machistas que los de hoy. Es muy admirable.

¿Cuáles cree que son los déficits de la democracia en relación a los derechos de las mujeres?

Si bien existe un avance nominal en asuntos de representación política, sobre todo en términos legislativos y de agenda pública, existe un desafío mayor y que es de largo aliento: el cambio cultural en la democracia. No sólo porque es algo difícil de lograr o medir objetivamente, sino que además, cuando se comienza a producir, genera resistencia en forma de violencia de género. Al respecto, es muy notorio cómo, frente al empoderamiento de las mujeres, aparece la misoginia en el debate público, e incluso en parlamentarios y hombres en cargos de poder. Ahí la responsabilidad también es de los medios y de todos los sectores políticos, pues es necesario condenar y construir un cerco que erradique la violencia machista hacia las mujeres que participan de la democracia, sino se cae en la complicidad, y todo por el sensacionalismo que es fomentado por las redes sociales.

¿Por qué la paridad debe ser el horizonte en la representación política?

La respuesta corta sería indicar que las mujeres somos la mitad, y un poco más, de la población chilena, por lo que la representación política debiera considerar ese dato para fundamentar la paridad. Además de aquello, como mujeres, se nos ha desplazado por demasiado tiempo del debate público, a raíz de distintos factores socioculturales y económicos que fueron siempre omitidos y mal justificados por nuestra supuesta “incapacidad” para gobernar. La paridad se hace cargo de esa discriminación histórica y permite que la perspectiva de las mujeres permee las políticas públicas. Me atrevo a decir que ello ya ha tenido impacto en el mediano plazo, respecto a la agenda legislativa y en ciertos hitos políticos de importancia, incluso en gobiernos de derecha, históricamente reaccionarios a estos cambios.

¿Cuáles cree que son los aportes de las líderes y dirigentes territoriales a la democracia?

Cuando una dirigenta asume su rol, lo hace desde el amor. Suena cursi, pero no lo es. Una mujer que actúa desde el cariño y el compromiso con el bienestar de su grupo familiar, es alguien que llevará esa misma dinámica hacia su organización territorial. Siempre me ha emocionado la entrega y el altruismo que se ve frecuentemente en las mujeres que son lideresas en sus barrios y agrupaciones. Hay una tendencia a buscar el bien común y no el personal, y es por ello que les hace tanto sentido las lógicas dialogantes y democráticas de reunión y deliberación, versus las formas más autoritarias y competitivas que uno se encuentra en algunas organizaciones lideradas por hombres.

¿Cree que se necesitan más mujeres líderes en la política y por qué?

Justamente por lo anterior, creo firmemente que el mundo necesita más mujeres lideresas en la política, en momentos en los que la democracia se ha visto puesta en cuestionamiento, y se ve el ascenso de personalismos autócratas en todos los continentes. Agrego también que, aunque se ha avanzado, aún estamos al debe con imprimir perspectiva de género a la política y a la vida en comunidad. Ese proceso sólo puede ser encabezado por mujeres.

¿Se ha sentido asediada o disminuida por ser mujer en el ejercicio de su actividad?

Algo que pude evidenciar a poco andar de mi trabajo como delegada, fue la violencia política que se ejerce hacia los liderazgos femeninos en cargos públicos. Debo suponer que es una realidad común a todo nuestro país, pero que en nuestra provincia se ve acentuada a partir de dinámicas machistas heredadas de la cultura de la hacienda colonial que aún sobrevive en el mundo rural. Sin embargo, ello contrasta con la creciente cantidad de mujeres que asumen roles de dirigencia en distintos ámbitos. Las mujeres estamos entrando a la política, sin dejarnos doblegar, con voz propia y ganas de cambiar las cosas. Eso genera escozor en algunos. Me encanta que así ocurra.

¿Qué diría a todas aquellas que ven en usted un ejemplo y que buscan abrir espacios de desarrollo para ellas y otras mujeres?

Primero decir que no hay nada que me haga sentir más honrada que enterarme que una mujer pueda hallar en mí un ejemplo de representación política. Así como otras mujeres me han inspirado, espero poder aportar en abrir cada vez más espacios en la política, pero también en todos los ámbitos en donde se nos ha excluido permanentemente. Aquello es también misión del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, cuya ministra se ha encargado de diseñar estrategias de transversalización de género en las instituciones y servicios, además de fomentar políticas que incorporen a mujeres en oficios históricamente masculinizados. Un ejemplo de lo anterior, fue lo que hicimos en el transporte rural de la provincia, becando a través de SENCE a una importante cantidad de mujeres para obtener la licencia necesaria para la conducción de buses de transporte público.

¿Algún mensaje para las mujeres del territorio del Maipo en este Día Internacional de la Mujer?

No se dejen doblegar. Querrán invisibilizarnos, infantilizarnos, menospreciar nuestro trabajo, nuestras decisiones y nuestras formas. La verdad es que el mundo necesita más que nunca de nuestra voz y nuestra perspectiva. Quiero verlas y que nos encontremos cada vez más en reuniones, manifestaciones y conversatorios. Sabemos que llegamos para quedarnos, le duela a quien le duela.

Por Constanza Schaub R.
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