Montevideo, 15 mayo. El presidente chileno, Gabriel Boric, se sumó hoy al velorio del expresidente uruguayo José Mujica, que tiene lugar, por segundo día, en el Palacio Legislativo de esta capital.
Boric fue el primer mandatario en arribar a esta capital, cuando se espera el inminente arribo del jefe de Estado brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
El presidente Yamandú Orsi le dio la bienvenida al mandatario chileno, cuando la fila de personas para desfilar ante el ataúd que contiene los restos de Mujica sigue larga y cobra varias cuadras.
“Mujica deja la esperanza incombustible de que es posible hacer las cosas mejor”, manifestó Boric tras conocer la muerte del uruguayo, con quien se reunió en la chacra de Rincón del Cerro en febrero último, cuando ambos sembraron un olivo.
Gabriel Boric puso sus manos sobre el féretro de Mujica, cubierto por la bandera soleada de Uruguay, en señal de homenaje.
Luego conversó animadamente con Lucía Topolansky, viuda de José Mujica.
Por su parte la ministra de Defensa uruguaya, Sandra Lazo, también se sumó al tributo a Pepe, como llamaban al fallecido líder político.
Explicó que participaba en Berlín en un seminario sobre el futuro de las misiones de paz de la ONU y adelantó su regreso por la triste noticia.
Dijo que Lucía Topolansky está firme y le comentó que su compañero de batallas políticas le “dejó muchos deberes”.
Lazo manifestó a la prensa que los miles de uruguayos que pasan por el Salón de los Pasos Perdidos del inmueble legislativo es “la fila india” a la cual convocó Mujica.
“Es una forma de concebir la política, el diálogo y la convivencia ciudadana”, apuntó.
El silencio, el aplauso, dejar flores, colocar una bandera, entonar la canción “El Adiós”, u otra yoruba, fueron algunas de las maneras con la que los uruguayos rindieron homenaje.
Es conmovedor lo que la gente transmite, viejos, jóvenes, la siembra que se cosecha, comentó la víspera a la prensa el presidente Orsi.
Se estima que unas 60 mil personas habrán concurrido al velatorio cuando concluya hoy.
Finalizada la capilla ardiente, el ataúd será trasladado al frente del Palacio, donde un desfile militar le rendirá honores de jefe de Estado.
Como parte del adiós será entonada la canción «A Don José».
Luego, un cortejo limitado partirá hacia la ceremonia de cremación, que será privada por decisión del propio José Mujica.
Sus cenizas serán enterradas en la chacra de Rincón del Cerro, al pie de un árbol de sequoia, donde reposa su perra Manuela, que vivió más de 20 años en la familia Mujica-Topolansky.
El Maipo/PL