La población de China experimentó un encogimiento por primera vez en las últimas seis décadas, sin embargo, su Producto Interno Bruto (PIB) alcanzó un aumento del 3% en 2022, ¿a qué se debe esta disparidad? El especialista en economía del gigante asiático, Elias Jabbour, lo explica.
“A pesar del bloqueo tecnológico, la productividad del trabajo en China crece de forma más rápida que en Estados Unidos”, ejemplifica el especialista. Y eso a pesar de que en 2022, la población del país asiático se redujo a 1.411 millones de personas, que son 850.000 menos que a finales de 2021, lo que deja a la India muy cerca de convertirse pronto oficialmente en la nación más poblada. Al mismo tiempo, el producto interior bruto (PIB) de China creció un 3% en 2022, una de las tasas más bajas de las últimas décadas, según datos oficiales publicados por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) del país asiático.
Debido a la presencia de la economía china en distintas cadenas de influencia del mundo, además de sus alianzas comerciales con países como Brasil y Rusia, una desaceleración de su economía podría tener efectos planetarios.
Sin embargo, Elias Jabbour, profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro y autor del libro China: el socialismo del siglo XX, el gigante asiático está en un proceso de desarrollo económico independiente del llamado bono demográfico, cuando la población económicamente activa es mayor que la inactiva, como ancianos y menores de edad.
Según el especialista, el país gobernado por Xi Jinping tendrá un crecimiento económico basado más en la “composición orgánica del capital”, impulsado por el sector de la ciencia y la tecnología.
“China va a seguir demandando mucho de países tanto centrales, o sea, en esta cuestión tecnológica, como periféricos, en cuestión de mercancías. Eso no cambia, hasta porque China está en una transición entre el campo y la ciudad, y las personas que llegan a la ciudad cambian sus hábitos de consumo, elevan su uso de proteína”, apuntó.
Para el economista, lo que realmente cambiará en China es la calidad de su crecimiento. Explica que el país está sustituyendo el “uso intensivo de capital y mano de obra” por la innovación y la tecnología.
Jabbour explica que la ralentización del crecimiento económico chino de los últimos años ya se preveía, debido al alto grado de inversión en ciencia y tecnología.
Según él, las tasas de crecimiento “tienden a ser más bajas durante este proceso”. Sin embargo, el especialista prevé una reanudación del elevado PIB chino en los próximos años. Según él, el país debería volver a crecer entre el 4% y el 5,5%, y podría alcanzar de nuevo el 6%.
Jabbour defiende que los datos más relevantes no están relacionados con el crecimiento económico en sí. Según el profesor, hay dos “variables clave” que comprobar: si la productividad laboral en China seguirá creciendo más deprisa que en Estados Unidos; y si de hecho el país generará los 11 millones de empleos urbanos anuales previstos, tal y como estipula el XIV Plan Quinquenal (2021-2025).
En su opinión, los datos indican que China debería ser capaz de alcanzar estos objetivos. Recuerda que el Gobierno chino ha realizado grandes inversiones para ampliar la “frontera tecnológica”. “Eso es lo que impulsa hoy el crecimiento económico de China”, afirma.
Además, indica que el proceso de urbanización exigirá “el instrumento de diversos servicios, y esto también contribuye mucho al factor empleo en China”.
Por tanto, Jabbour estima que el crecimiento económico en sí no es lo más relevante en estos momentos para la estrategia china, donde de todos modos la productividad del trabajo está creciendo más rápido que en Estados Unidos.
El mayor Estado del bienestar social del mundo en 2035
Según el experto, este proceso forma parte de un plan más ambicioso, que consiste en construir el mayor Estado del bienestar del mundo de aquí a 2035. “El Estado del bienestar no cae del cielo. Es necesario que exista un amplio sector productivo en el país capaz de transferir recursos a este tipo de actividad.
Por eso China ya ha construido este potente sector industrial, capaz de generar excedentes para la construcción de este Estado del bienestar, que debería estar listo, según los propios proyectos chinos, para 2035″, afirma. Para el profesor, ahora corresponde a Occidente comprender el proceso chino y aprender de lo que funciona.
Fuente: Sputnik