Las mujeres indígenas juegan un papel protagónico en los sistemas agrícolas y agroforestales biodiversos, conocidos como chacras
Dos sistemas agrícolas y agroforestales biodiversos, o chakras, en Ecuador, uno en las montañas de los Andes y otro en la región amazónica del país, han ganado el reconocimiento como Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los sitios fueron designados durante una reunión virtual del Grupo Asesor Científico de GIAHS esta semana (13-16 de febrero). Los criterios de selección estipulan que los sitios deben tener importancia global, apoyar la seguridad alimentaria y de medios de vida y la agrobiodiversidad nativa, los sistemas de conocimiento ancestral, los valores sociales y la cultura, así como paisajes sobresalientes.
Los sitios de chakras en Ecuador han prosperado gracias a la acción colectiva de los Pueblos Indígenas, asegurando la gestión sostenible de los recursos naturales y la soberanía alimentaria a lo largo de los siglos. “La designación de estos sitios también impulsa el empoderamiento de las mujeres, ya que el 80 por ciento de los chakras son administrados por mujeres indígenas, conocidas localmente como Chakramamas, que utilizan valiosos conocimientos tradicionales en la conservación dinámica, el uso sostenible y el funcionamiento diario de estos sitios”, dijo Maria Helena Semedo. , Director General Adjunto de la FAO.
Con las últimas incorporaciones a la lista de sistemas del patrimonio agrícola mundial, la red mundial del patrimonio agrícola de la FAO consta ahora de 74 sistemas en 24 países de todo el mundo .
Sistema agrícola ancestral
El Chakra Andino de los Pueblos Indígenas Kichwa se caracteriza por la integración e interconexión de climas, ecosistemas, prácticas agrícolas y biodiversidad a una altitud que va desde los 2 500 a los 3 400 metros en la Cordillera de Cotacachi de los Andes.
Las chacras están en el centro del desarrollo de la vida material y simbólica de las familias y comunidades kichwas, sustentadas en un rico conocimiento ancestral que abarca la gastronomía, la medicina y los rituales. Son clave para la conservación de una gran diversidad de razas de cultivos únicos, siendo el territorio considerado una de las zonas de agrobiodiversidad más grandes y mejor conservadas de Ecuador y la región andina.
Las diferentes mesetas de la montaña a diferentes altitudes se utilizan para el cultivo de especies con diferentes necesidades, contribuyendo a la seguridad y soberanía alimentaria, la nutrición, la medicina, la ornamentación, el combustible y el forraje, así como los usos culturales y la producción de artesanías y utensilios. El sistema en Cotacachi ha permitido la conservación in situ de especies y variedades que incluyen maíz, frijol, quinua y papa. Estos están destinados principalmente al consumo propio de las comunidades. Pero los pequeños excedentes se comercializan para generar ingresos para las familias, convirtiéndose en un importante medio de sustento para las comunidades y de empoderamiento económico y autonomía para las mujeres.
Las comunidades indígenas kichwas andinas han generado sistemas cognitivos a partir de su relación con el medio ambiente: Pachamama, en lengua kichwa. Este conocimiento holístico, transferido de una generación a la siguiente, es un repertorio único y vivo. Abarca signos, símbolos, conceptos y percepciones sobre el uso y manejo sostenible de los ecosistemas locales para la vida familiar, comunitaria y cultural.
Modelo agroforestal sostenible de uso de la tierra
La Chakra Amazónica es un modelo de uso de suelo agroforestal sostenible en el que los espacios productivos ubicados dentro de la finca son manejados por familias bajo un enfoque orgánico y biodiverso, ofreciendo múltiples servicios a las poblaciones.
Aquí, las comunidades Kichwa y Kijus han desarrollado un sistema de policultivo en el que se cultiva cacao junto con especies maderables, frutícolas, medicinales, artesanales, comestibles y ornamentales y otras actividades que incluyen la caza y los productos forestales maderables y no maderables. El Amazon Chakra mantiene patrones en su diseño espacial y fases bien definidas en su ciclo de gestión temporal, que imita los procesos naturales de sucesión o restauración de los bosques dentro del bioma amazónico.
Dirigido a la gestión eficiente de la baja fertilidad de los suelos amazónicos, el sistema es único en su integración de la gestión de bosques y cuencas hidrográficas, con comunidades implementando una serie de arreglos y prácticas agroforestales para garantizar la sombra y el cuidado del suelo. Durante las últimas dos décadas, ha crecido el interés en este concepto, como una opción de producción que puede ayudar a los pequeños agricultores a ser potencialmente más resistentes al cambio climático, así como a los cambios económicos y de mercado.
Esto se basa en el hecho de que, si bien la Amazonía se ha definido durante mucho tiempo como una región inexplorada y subutilizada, en realidad la agricultura se ha desarrollado durante miles de años, con la domesticación y el uso de innumerables especies de la selva tropical. Estos incluyen chile (Capsicum spp.), frijoles (familia Fabaceae), yuca (Manihot esculenta), camote (Ipomea spp.), maíz (Zea spp.) y cacao (Theobroma spp.) o cacao de arbusto (Herrania spp. ).
Esto convierte a las comunidades kichwas en verdaderos guardianes de la selva a través de sus prácticas sustentables y su forma de vida en armonía con los ecosistemas. Es ampliamente reconocido que los Pueblos Indígenas tienen un papel considerable que desempeñar en la salvaguarda de la biodiversidad, los bosques, los idiomas, el conocimiento tradicional y en los esfuerzos de mitigación, adaptación y resiliencia para enfrentar el cambio climático global.
Fuente: FAO
