(Brasilia) El presidente Luiz Inácio Lula da Silva conversó con representantes de siete ministerios, el Banco Central y el Senado para analizar la respuesta de Brasil, que puede aflorar hoy o mañana, al aumento arancelario de Estados Unidos.
Según el portal UOL, la reunión tuvo lugar anoche por cuatro horas en un momento en que el Gobierno debate acerca de la llanada Ley de Reciprocidad Económica.
Este mecanismo permite que Estados Unidos (anunció el 50 por ciento de tarifas) pague los mismos impuestos que se aplicaron a los productos nacionales.
Fuentes oficiales confirmaron que, hasta mañana, tiene el Gobierno para emitir un decreto sobre esa correspondencia y el texto detallará los criterios para aplicar la respuesta brasileña e influirá en el progreso de las negociaciones.
La ley que creó la reciprocidad fue aprobada por el Congreso Nacional en abril y resultó una respuesta a la guerra fiscal global iniciada por el presidente estadounidense, Donald Trump, quien impuso sobretasas a cientos de países.
A pesar de los preparativos para represalias, la administración de Lula insiste en su preferencia por una solución diplomática.
Se formó un grupo de trabajo que será coordinado por el vicepresidente Geraldo Alckmin, quien regresó a Brasilia para reunirse con Lula y desempeña un papel importante, pues también ocupa el cargo de ministro de Desarrollo.
El gobernante afirmó que se consultará a los líderes empresariales antes de que Brasil decida qué medidas adoptar.
Sin embargo, el comité que discutirá el asunto con representantes del sector productivo se creará a lo largo de la semana. No hay fecha para la primera cita.
El encuentro de este domingo se celebró únicamente con funcionarios del Gobierno y se creó una junta interministerial para tratar el delicado asunto de las tarifas.
No estuvo presente el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, pues viaja a Irlanda y envió a un representante.
Además de responder a Estados Unidos, Brasil busca nuevos compradores para sus productos.
El ministro de la Casa Civil, Rui Costa, confirmó esta iniciativa y citó algunas mercancías básicas exportadas por el país como prioritarias: café, carne y petróleo.
La búsqueda de nuevos mercados ya estaba en marcha incluso antes del aumento de aranceles de Trump.
Al principio de su mandato, el republicano dejó claro que impondría impuestos adicionales a los bienes de varios países e iniciaría una guerra fiscal global.
Hasta la fecha, Asia es uno de los principales objetivos de Brasil para reemplazar a los estadounidenses.
El Maipo/PL