En general se ha pasado de la protección histórica de las especies y sus hábitats a enfoques que se centran también en los ecosistemas y paisajes. La heterogeneidad del hábitat y el número de los mismos en un paisaje, un fenómeno denominado multihábitat, contribuyen a la riqueza de especies y al funcionamiento del ecosistema, especialmente en paisajes agrícolas.
Un estudio pionero publicado en la prestigiosa revista Nature que se ha realizado en 30 localizaciones en el suroeste del Reino Unido ha revelado la importancia de incorporar variados y múltiples hábitats a escala del paisaje.
La investigación, dirigida por un equipo de ecólogos de la Universidad de Bristol que ha contado con la participación de investigadores de BC3, aborda cuestiones críticas en conservación y gestión de usos del suelo, destacando la importancia de comprender las interacciones de las especies y cómo operan las cadenas tróficas en múltiples hábitats.
El grupo investigador ha encontrado diferencias significativas en las estructuras de la red de interacciones entre paisajes con uno, dos o tres hábitats, incluida una abundancia de especies distribuida de manera más uniforme. Según los resultados del estudio, los paisajes de múltiples hábitats albergan un mayor número de especies, incluidas especies ‘especialistas’, lo que genera una mayor biodiversidad general.
Las interacciones de las especies son muy variadas
La investigadora de la Universidad de Oxford Talya Hackett, quien dirigió el proyecto desde la Facultad de Ciencias Biológicas de Bristol, comenta: «Los proyectos de conservación y restauración se centran cada vez más en esfuerzos a escala del paisaje.
Sin embargo, los datos sobre las interacciones de las especies a menudo se limitan a hábitats específicos, como bosques, tierras de cultivo o áreas urbanas, y consideran un solo tipo de interacción, como la polinización o la herbivoría.
Con este estudio tratamos de averiguar cómo interactúan las comunidades a través de hábitats y tipos de interacción diferentes para determinar si los paisajes multihábitat están estructurados de manera diferente y confieren mayor estabilidad y función ecosistémica”.
El equipo ha descubierto que los hábitats múltiples ofrecen una mayor resistencia a la pérdida de especies, lo que aporta información inesperada sobre la estabilidad del ecosistema. Los resultados también desvelan funciones ecológicas mejoradas, ya que los paisajes multihábitat se asocian con mejores servicios de polinización, probablemente debido a los roles complementarios de las diversas comunidades de polinizadores.
En resumen, tal y como explica Daniel Montoya, coautor del estudio y profesor de investigación Ikerbasque en BC3: «Los paisajes son más que la suma de sus partes; exhiben propiedades como una mayor protección contra la pérdida de especies y una mejor polinización que no se pueden predecir a partir de los hábitats que los componen».
Los resultados del estudio sugieren un cambio en las estrategias de conservación. Los planes de gestión tradicionales a menudo se centran en hábitats específicos, como la restauración de praderas, la creación de humedales o la vinculación de los mismos hábitats.
Sin embargo, los hallazgos subrayan la importancia de mantener también los paisajes multihábitat para mejorar la conservación de la biodiversidad. La interconexión de los hábitats, facilitada por las especies móviles que dependen de múltiples entornos, crea un ecosistema más robusto y funcional.
Montoya también agrega: “Saber cómo funcionan los hábitats juntos es clave a la hora de adquirir nuevas reservas naturales, por ejemplo. Se debe considerar el contexto paisajístico de los sitios candidatos para aprovechar el funcionamiento del ecosistema y su estabilidad a largo plazo. Esta es una perspectiva muy necesaria para incorporar mejor la conservación de la biodiversidad a escala del paisaje y es complementaria a los enfoques centrados en los hábitats de las especies”.
El grupo investigador ha comparado la estructura y la función de las redes alimentarias en paisajes con un número variable de hábitats. El estudio ha implicado el muestreo de plantas, insectos herbívoros y sus parasitoides, así como polinizadores, en seis tipos de hábitat diferentes.
Asimismo, se han documentado más de 11.000 interacciones de especies. Un experimento de campo ha evaluado aún más la eficiencia de la polinización utilizando fresas silvestres como planta de prueba, revelando el impacto positivo de la diversidad de hábitat en la polinización.
El equipo ahora planea explorar los efectos de combinaciones de hábitats específicos y su compatibilidad. Las investigaciones futuras también pueden examinar otras funciones ecológicas, como la dispersión y descomposición de semillas, en paisajes de múltiples hábitats. Este estudio también podría tener implicaciones significativas para las prácticas agrícolas, mejorando potencialmente la producción de alimentos y el control de plagas, y la salud del ecosistema y todas las especies que lo componen.
Fuente: ecoticias.com