La revolución de las energías renovables está avanzando, aseguró hoy el secretario general de la ONU, António Guterres, al confirmar que por primera vez las inversiones en energías verdes superaron la cantidad gastada en combustibles fósiles.
Durante la celebración de un Panel sobre Minerales Críticos de Transición Energética, en paralelo a la COP29, el titular del organismo se mostró optimista con ese avance, aunque reconoció disparidades al respecto.
De acuerdo con el veterano diplomático, las actuales tendencias auguran un aumento en la demanda de los minerales críticos, a medida que los gobiernos triplican la capacidad mundial de energías renovables para 2030, como prometieron, y eliminan gradualmente los combustibles fósiles.
Para los países en desarrollo ricos en esos recursos, esta es una gran oportunidad: generar prosperidad, eliminar la pobreza e impulsar el desarrollo sostenible.
Sin embargo, Guterres reconoció que no ocurre siempre así. «Con demasiada frecuencia vemos los errores del pasado repetidos en una estampida de codicia que aplasta a los pobres», dijo.
El máximo responsable de la ONU alertó por las consecuencias de esa «fiebre de minerales», que provoca comunidades explotadas, derechos pisoteados y entornos destrozados.
A la par, los países en desarrollo se reducen hasta el fondo de las cadenas de valor, mientras que otros se enriquecen con sus recursos, lamentó.
Según la Agencia Internacional de Energía, la demanda de minerales para aplicaciones de energía limpia crecerá tres veces y media para 2030 en el camino hacia alcanzar cero emisiones globales netas de dióxido de carbono para 2050.
Por ello, recursos como el cobre, litio, níquel, cobalto y elementos de tierras raras demandan especial atención por su uso como componentes esenciales de tecnologías de energía limpia.
Estos se emplean en la fabricación de turbinas eólicas y paneles solares así como vehículos eléctricos y almacenamiento de baterías, fundamentales para la tan esperada transición energética.
El Maipo/PL