El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó hoy al acuerdo asumido en la COP 29 como una base para construir al advertir sobre la necesidad de acelerar el paso a la acción climática.
En su discurso de clausura de la cita, celebrada en la capital de Azerbaiyán, el alto representante reconoció su esperanza de un resultado más ambicioso, tanto en materia financiera como de mitigación, para afrontar el gran desafío del cambio climático.
No obstante, llamó a cumplir en su totalidad y a tiempo lo acordado, luego de que la cita concluyera con la promesa de 300 mil millones de dólares anuales para los países en desarrollo.
La cifra, considerada por algunos como una ilusión, quedó muy por debajo de la demanda de las naciones en desarrollo, que reclamaban más de un billón de dólares de ayuda para afrontar con eficacia la crisis climática.
“Los compromisos deben convertirse rápidamente en dinero en efectivo. Todos los países deben unirse para garantizar que se alcance el límite superior de este nuevo objetivo”, pidió Guterres al respecto.
El máximo responsable de Naciones Unidas recordó que el 2024 registró temperaturas récord, marcadas además por el desastre climático, todo ello mientras las emisiones van en aumento.
Por ello, en el centro de la agenda de la cita estuvo la financiación, ya que los países en desarrollo se encuentran ahogados por la deuda, azotados por condiciones meteorológicas extremas y luchando por la transición a las energías renovables.
“Un acuerdo en la COP29 era absolutamente esencial para mantener vivo el límite de 1,5 grados. Y los países han cumplido”, consideró.
Sin embargo, las opiniones en cuanto a lo acordado resultan polémicas. Mientras algunas delegaciones lo califican como un primer paso, para los menos desarrollados se trata de un documento con escasa ambición para que sus economías enfrenten la crisis.
Entre los próximos pasos, Guterres llamó a los países a presentar nuevos planes nacionales de acción climática mucho antes de la COP30, tal y como prometieron, mientras que los miembros del G20, los mayores emisores, deben tomar la iniciativa.
Los venideros planes “deben cubrir todas las emisiones y toda la economía, acelerar la eliminación de los combustibles fósiles y contribuir a los objetivos de transición energética justa”, agregó.
De lo contrario, advirtió, se corre el riesgo de socavar los frágiles logros alcanzados en la Conferencia y poner en peligro el esfuerzo mundial por garantizar un futuro habitable.
El Maipo/PL