(Canberra) El gobierno de Australia anunció hoy que invertirá 61 millones de euros en un programa para combatir la proliferación de algas tóxicas en las costas del sur del país, un riesgo potencial para seres vivos.
La iniciativa contempla planes de restauración de arrecifes de ostras nativas y praderas marinas, que han sufrido enormes daños por las algas; además de la puesta en marcha de un sistema de monitoreo en tiempo real de la calidad del agua.
Según autoridades científicas, personas con asma u otras enfermedades respiratorias deben tener extremo cuidado con esta especie de alga tóxica que ha ido ganando terreno en las playas de la costa sur del país.
La Karenia Mikimotoi (su nombre científico) absorbe el oxígeno del agua y, su creciente presencia al sur de la nación oceánica hasta abarcar una superficie superior a cinco mil kilómetros cuadrados, ha provocado la muerte de miles de animales marinos de unas 500 especies en los últimos meses.
Hace pocos días, el Ejecutivo puso a disposición de la ciudadanía una línea telefónica especial con el objetivo de facilitar consultas o denuncias sobre estas algas.
El jefe del gobierno regional de Australia Meridional, Peter Malinauskas, aprovechó una rueda de prensa para anunciar la creación de la Oficina de Investigación sobre Floraciones Algales, con un presupuesto inicial de unos 1,9 millones de euros, con el fin de reforzar el estudio y la evaluación de sucesos y técnicas de mitigación.
Entre las iniciativas más novedosas sobresale un ensayo que usará “citobots” submarinos impulsados por inteligencia artificial para detectar fitoplancton y desarrollar sistemas de alerta temprana.
El presupuesto cubre también un programa de cría y conservación de especies marinas vulnerables, un tema preocupante, sobre todo en el sur de Australia, donde se registra en estos momentos la mayor mortalidad marina de su historia.
El Maipo/PL