El aumento masivo de la producción, el almacenamiento, uso y distribución de energías renovables genera riesgos adicionales de accidentes industriales, afirmó hoy un organismo de Naciones Unidas.
Desde las instalaciones solares y eólicas, las plantas de amoníaco e hidrógeno hasta los sistemas de almacenamiento de energía en baterías, figuran en el espectro de las preocupaciones expuestas por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE).
Frente a las crecientes amenazas, los gobiernos de la región paneuropea decidieron reforzar la cooperación en el marco del Convenio de la CEPE sobre los Efectos Transfronterizos de los Accidentes Industriales, que celebra su decimotercera reunión de la Conferencia de las Partes esta semana en Ginebra, destacó la fuente.
Un área clave son las enormes cantidades de minerales críticos (por ejemplo, cobalto, litio y níquel) que serán necesarios en las próximas décadas para producir energías renovables y tecnología de baterías, indicaron los expertos de la Convención.
Ello exigirá reforzar las medidas de seguridad a lo largo de todo el ciclo de vida de los minerales: en la extracción, el tratamiento, el refinado y el almacenamiento (incluidos los residuos mineros o estériles) y en las instalaciones de producción de tecnología, valoró la CEPE.
El despliegue de la captura, el uso y almacenamiento de carbono y las medidas para descarbonizar y electrificar las instalaciones industriales de alto consumo energético también “pueden plantear riesgos significativos para las personas y el medio ambiente sin una gestión segura por parte de reguladores y operadores”.
En opinión de la secretaria ejecutiva de la CEPE, Tatiana Molcean, el convenio sobre accidentes industriales debe desempeñar un papel vital como instrumento internacional jurídicamente vinculante que cubre muchas sustancias y procesos peligrosos utilizados en la transición energética.
Una encuesta de la Comisión realizada en 22 Estados puso de relieve la persistencia de fallas en cuanto a la prevención, la preparación para actuar ante los incidentes, la infraestructura de seguridad industrial y en los conocimientos técnicos.
Estos nuevos puntos de vista confirman además la relevancia de los reglamentos y las normas de las Naciones Unidas para el transporte, la manipulación y el almacenamiento seguros de sustancias peligrosas, juzgó la entidad.
La región paneuropea se extiende desde el Atlántico hasta el Pacífico, desde el mar Mediterráneo hasta el Círculo Polar Ártico, cuenta con 54 países y es el hogar de algunas de las naciones más ricas del mundo, mientras otras continúan experimentando pobreza extrema y degradación ambiental, sostiene la oficina del Programa de la ONU para el Medio Ambiente en Europa.
El Maipo/PL