Lunes, Diciembre 23, 2024

Rusia descarta posibilidad de acuerdo de paz con Japón

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El tema de discutir un tratado de paz con Japón está cerrado, aseguró la vocera oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zajárova, tras la decisión de Tokio de sumarse a las sanciones contra Moscú.

María Zajárova

Los pasos del gobierno de Fumio Kishida de imponer condenaciones contra intereses rusos y no un solo paquete, sino 15, manifestó la diplomática.

Según apuntan desde Cancillería, en esta materia Japón “va por delante de la locomotora”, incluso de las iniciativas de sanciones de sus aliados. Esas acciones crean riesgos para Rusia y la alejan de volver a la mesa de negociaciones, precisó.

Entre otras cosas, Tokio canceló el régimen de nación favorecida para la Federación de Rusia y expulsó a un grupo de diplomáticos, impuso restricciones al comercio bilateral, al Banco Central y a funcionarios de alto rango.

La respuesta de Moscú fue inmediata; en marzo del año pasado, abandonó las negociaciones sobre un tratado de paz y el estatus de las Kuriles del Sur.

También perdieron los japoneses la posibilidad de viajar a esas islas, después que Rusia se retiró del diálogo sobre de actividades económicas conjuntas.

Además, cesaron consultas sobre la pesca para los japoneses en la zona económica rusa.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia explicó esto por las «medidas antirrusas de Tokio que van en contra del espíritu y la letra del acuerdo de 1998 sobre el fortalecimiento y desarrollo de la buena vecindad».

¿Obstinación nipona con las Kuriles del Sur?

Los líderes japoneses no abandonarán su posición sobre cuestiones territoriales de las Kuriles, incluso después de las declaraciones de la vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, opinó el exembajador ruso en Tokio y experto en temas asiáticos, Aleksander Panov.

Las autoridades del archipiélago nipón tienen una posición clara, expresada por el primer ministro Fumio Kishida: Tokio todavía tiene la intención de buscar el regreso de Moscú para analizar la situación de las cuatro islas que reclama.

La posición de Rusia sobre la conclusión de un tratado de paz “en el futuro cercano” no cambiará. Sin embargo en la época soviética Moscú también negó la necesidad de firmar un tratado de paz con Japón, pero a lo largo de tiempo, la actitud hacia este tema cambió, recordó Panov.

Quizás Tokio apela a la tradicional paciencia asiática para ver materializado un diálogo durante el cual puedan exponer sus argumentos y reclamar como parte de un acuerdo el retorno de los llamados territorios del norte.

Japón no renunciará a su demanda. Tan pronto como surja la oportunidad de declarar esto nuevamente, los gobiernos japoneses volverán a plantear lo mismo.

Ese empeño condujo a enfrentamientos militares y gracias a su victoria en la guerra Ruso-Japonesa de 1904-1905 y al Tratado de Portsmouth, Tokio logró el reconocimiento ruso de la preeminencia de los intereses nipones en Corea.

En ese acuerdo se estableció que el vencedor podía arrendar la península china de Liaodong y su importante base de Port Arthur, y hacerse con el ferrocarril meridional de la Manchuria, las islas Kuriles en su totalidad y la parte sur de la isla de Sajalín.

Años después, al culminar la Segunda Guerra Mundial, y ser derrotado el militarismo japonés, la Unión Soviética recuperó el sur de Sajalín y todas las Islas Kuriles, incluidas las cuatro que hoy reclama Tokio.

Bajo la lógica actual de gobierno nipón, las partes siempre pueden volver a la discusión de un tratado de paz bajo ciertas condiciones. “Si hoy el tema de discutir el tratado se cierra nuevamente, en el futuro volverá a la agenda”. Por eso es fundamental mantener viva la polémica, sentenció Panov.

Un acuerdo casi logrado

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, calificó de lamentable la ausencia de un tratado de paz con Rusia.

Además, el gobierno japonés retomó el concepto de «ocupación ilegal» en relación con la parte sur de las islas Kuriles rusas. Esta redacción apareció en el comunicado final de los participantes del Rally Nacional por el Retorno de los Territorios del Norte.

La manifestación en sí tuvo lugar el 7 de febrero, en la cual Kishida declaró lo siguiente: “Es extremadamente lamentable que 77 años después del final de la guerra, la cuestión de los territorios del norte siga sin resolverse.

Sin embargo, Tokio está decidido a resolver el problema territorial y concluir un tratado de paz. Recordemos que Japón reclama cuatro islas de la cadena de las Kuriles que, tras los resultados de la Segunda Guerra Mundial se convirtieron en territorio de la URSS.

La posición de Moscú es extremadamente simple: su soberanía sobre las islas está fuera de toda duda, aunque en el mandato de Shinzo Abe, ambas partes mantuvieron un diálogo durante varios años sobre una solución pacífica de la disputa.

En noviembre de 2018 tuvo lugar una reunión histórica entre los líderes de Rusia y Japón, Vladimir Putin y Shinzo Abe. Como resultado, Abe anunció un acuerdo mutuo para acelerar el proceso de negociación de un tratado de paz basado en la Declaración Conjunta de 1956.

Según el documento, la URSS acordó considerar la posibilidad de trasladar a Tokio las islas de Habomai y Shikotan después de la conclusión de un tratado de paz, y el destino de Kunashir e Iturup no se vio afectado, empero Estados Unidos impidió el acuerdo.

El peligro de la opción militar

Hay cada vez más informes de que Japón aumenta su potencial de misiles, con el apoyo de Washington para crear así más amenazas contra Rusia.

Por su parte, Oleg Kazakov, experto del Centro de Estudios de Japón del Instituto de China y Asia Moderna de la Academia Rusa de Ciencias, opina que la tendencia de fortalecer las fuerzas armadas de Japón es obvia y después de algún tiempo dará sus frutos.

El pasado 10 de febrero, se supo sobre los planes estadounidenses para desplegar misiles hipersónicos de largo alcance LRHW y misiles de crucero terrestres Tomahawk (2,7 mil km y 1,6 mil km, respectivamente) en Japón.

En respuesta, la Cancillería rusa advirtió que acciones de este tipo por Estados Unidos y Japón significarían para Moscú “un cambio cualitativo en la situación de seguridad regional, que también tendrá una proyección sobre la estabilidad estratégica global”.

Si teóricamente, la flota japonesa bloquea el estrecho de las Kuriles, significará una declaración de guerra. Tokio tiene preocupaciones de política exterior más apremiantes como son su interacción con China y Corea, con los que también tiene diferendos territoriales.

Los expertos más optimistas consideran que la restauración del diálogo es posible dentro de cinco a 10 años, aunque las negociaciones sobre un tratado de paz están «generalmente más allá de los límites de lo posible», según precisó Kazakov.

Por Germán Ferrás Álvarez

Fuente: El Maipo/PL

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