(Madrid) La industria del vino de España está en alerta ante el posible arancel del 200 por ciento que anunció Estados Unidos a productos de la Unión Europea (UE), dijeron hoy expertos.
Detrás de Francia y a un nivel similar a Italia, España es una de las tres grandes potencias mundiales del vino y sus bodegas sienten ahora la presión por las amenazas lanzadas por el presidente estadounidense, Donald Trump.
Según los especialistas, el sector ya ha sufrido los efectos de políticas arancelarias restrictivas en el pasado, y la situación actual podría ser aún más crítica para muchas bodegas.
Abencys, despacho de abogados y economistas especializado en reestructuraciones e insolvencias, señaló que muchas empresas del sector podrían estar comenzando a valorar estrategias para anticiparse a las posibles consecuencias económicas.
El sector vitivinícola nacional siente que esta medida afectaría gravemente a la competitividad de las exportaciones españolas, y poner en riesgo la estabilidad financiera de muchas bodegas con una fuerte dependencia del mercado estadounidense.
La firma de abogados recordó que durante el primer mandato de Donald Trump, la amenaza de nuevos aranceles llevó a muchas bodegas a buscar alternativas de diversificación de mercados y estrategias financieras para mitigar el impacto.
Expertos de Abencys consideraron que las bodegas con una alta exposición al mercado estadounidense, deben considerar diversas estrategias para proteger su viabilidad.
«Las empresas del sector vitivinícola pueden explorar mecanismos como la reestructuración financiera, la renegociación de contratos con distribuidores o incluso la búsqueda de nuevos mercados», apuntó Alejandro Ingram, abogado y socio de Abencys.
Los especialistas señalaron que se debe adaptar la estructura financiera y operativa de las bodegas antes de que el impacto económico se vuelva insostenible, lo que les permitirá anticiparse a las dificultades que puedan surgir.
Igualmente, recomendaron que los productores deben considerar la refinanciación de su deuda, buscando acuerdos con entidades financieras.
Reducir la dependencia del mercado estadounidense, revisar los procesos internos y adoptar medidas con el objetivo de optimizar los costes y mejorar la eficiencia operativa, será una estrategia clave para mantener la competitividad y la rentabilidad, argumentaron.
«Es fundamental que las bodegas analicen con antelación el impacto financiero de estos cambios en la política comercial internacional y actúen de manera proactiva para minimizar los riesgos», precisó Ingram.
El Maipo/PL