Nadie que ande hoy por Freetown, Sierra Leona, debería marcharse sin visitar el santuario de Tacugama. La mayoría de los visitantes alegan que en pocas horas aprendes mucho del comportamiento humano de los chimpancés, y del comportamiento animal de muchos humanos.
El número de estos animales ha descendido dramáticamente en toda África, y en el caso de Sierra Leona la situación es todavía más dramática porque hay que añadir los casi 10 años de guerra civil que traumatizaron colectivamente a todo el país, incluida su población de primates.
Este enclave, en la costa occidental africana, fue fundado en 1995 por su director, Bala Amarasekaran. En la actualidad acoge un centenar de chimpancés, víctimas del comercio ilegal, la tala masiva de árboles y la bushmeat (comercio de carne de selva).
Conjuntamente con el gobierno de la región, Tacugama trabaja en su protección y conservación a través de la educación, la comunicación, la investigación y la aplicación de la ley.
Para afrontar este gran desafío, se llevan a cabo distintas actividades, como la ayuda al desarrollo sostenible de comunidades, la divulgación de los aspectos legales relacionados con estos póngidos, el monitoreo de actividades ilegales como la quema de bosques para convertirlos en áreas de agricultura o la caza furtiva y el impulso al ecoturismo.
Hay dos visitas diarias a dicho santuario, que coinciden con las horas en que los chimpancés son alimentados, sobre las 10:30 a.m. y las 4:00 p.m., por lo que se debe hacer reserva telefónica previa. Además, la organización cuenta con varios eco-lodges donde los visitantes pueden pasar la noche.
Disímiles documentales rodados han hecho crecer la popularidad del sitio, propiciando el mejoramiento de sus instalaciones, y la adopción de un programa educacional en todo el país en colaboración con el Instituto Jane Goodall.
(Tomado del Semanario Orbe)
Fuente: El Maipo/PL