Concluyó el proyecto “Desarrollo de soluciones de técnicas de manejo sustentable de suelos, agua y cultivos para enfrentar los efectos del cambio climático en la pequeña agricultura del área de secano de la Región de O’Higgins”, que fuera ejecutado por INIA Rayentué con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria, (FIA) orientado a la pequeña agricultura de kas comunas de Pichilemu, Marchigüe, La Estrella y Litueche.
El proyecto benefició de manera directa a más de mil agricultores y estudiantes de las comunas de Pichilemu, Marchigüe, La Estrella y Litueche, además de generar un efecto multiplicador que alcanzó a numerosos productores de forma indirecta. La iniciativa promovió prácticas agrícolas sustentables, fortaleciendo la resiliencia de las comunidades rurales frente a los efectos del cambio climático.
Durante la exposición de cierre de este importante proyecto, se pudieron recoger los aportes del Dr. Jorge Carrasco, quien señaló “Manejos conservacionistas de suelos y control de cárcavas”; Cristián Aguirre, director regional de INIA Rayentué, con la ponencia “Triticale, cultivo adaptado al estrés hídrico: una alternativa para las zonas de secano”; Marcelo Quezada, especialista en producción de rumiantes menores, con “Manejos y recomendaciones ovinas en áreas de secano”; y Emilio Cáceres, quien abordó “Cosecha de aguas lluvias, utilización de riego tecnificado y actividades de transferencia”.
Durante la jornada, que contó con la participación de más de 100 agricultores y autoridades regionales y comunales, se presentaron avances y resultados destacados del proyecto.
“Creemos que a través de este proyecto hemos podido contribuir con un grano de arena importantísimo para apoyar a los pequeños agricultores del secano de la Región de O’Higgins en sus sistemas productivos”, señaló el Dr. Carrasco, coordinador del proyecto.
Por su parte, la representante regional de FIA Adriana Bastías, destacó que “es muy grato asistir al cierre de un proyecto tan exitoso y además alineado con uno de nuestros lineamientos estratégicos principales, como es el cambio climático”.
La iniciativa tuvo una duración de tres años, los que posibilitó la implementación de tecnologías adaptadas a las realidades productivas locales, enfocadas en enfrentar la escasez hídrica, la degradación de suelos y la inseguridad alimentaria.
De acuerdo a lo informado, entre las acciones más relevantes se incluyeron la instalación de unidades demostrativas para la captación, acumulación y uso de aguas lluvias en la producción de hortalizas y forraje verde hidropónico, incorporando sistemas de riego tecnificado. Junto con ello, la aplicación de técnicas de manejo conservacionista de suelos, como escarificado, uso de compost bioestabilizado y establecimiento de árboles nativos.
En el ámbito ganadero, se trabajó con productores ovinos en el manejo sanitario, reproductivo y nutricional, incorporando cercos eléctricos para el pastoreo eficiente y medidas para el control de depredadores. También se validaron alternativas para la producción de forraje suplementario, como el cultivo de triticale, altamente adaptado a condiciones de estrés hídrico.
Los resultados del proyecto demuestran que este modelo de innovación puede ser replicado en otras regiones del país, abriendo nuevas oportunidades para el desarrollo rural sostenible.
El Maipo/Imagen INIA