Martes, Febrero 4, 2025

“Los números no cierran”: el campo argentino advierte a Milei por la crisis en el sector

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Por Javier Lehmann

La principal fuente de divisas de la economía argentina atraviesa un delicado momento, reflejado en el default de tres de las principales empresas proveedoras de insumos. El derrumbe de los precios internacionales, sumado al atraso cambiario, amenaza la rentabilidad del sector. “El panorama es muy complejo”, dijo a Sputnik un representante.

El “granero del mundo” está a las puertas de una crisis. El complejo agropecuario argentino, uno de los más relevantes de la región, atraviesa severas dificultades desatadas tras el drástico derrumbe en los precios internacionales de los cultivos. Entre los reclamos por el atraso cambiario y los impuestos a las exportaciones, en el campo comienza a sembrarse un conflicto con el Gobierno de Javier Milei.

El default de tres de las principales compañías proveedoras de insumos tocó una sensible fibra en el sector. Las emblemáticas firmas Los Grobo —cuyo rostro visible es Gustavo Grobocopatel, conocido como “el rey de la soja”—, Agrofina y Surcos notificaron a la Comisión Nacional de Valores la imposibilidad para cumplir con el pago de pagarés bursátiles. La última de las tres informó un embargo por más de siete millones de dólares.

La coyuntura reúne todos los ingredientes de una tormenta perfecta. Durante el 2024, el precio de la soja —fuente del 30% de las exportaciones del país— en el mercado de Chicago se desplomó un 22%, pasando de 475 a 366 dólares por tonelada: se trata de uno de los registros más bajos en dos décadas. El contraste respecto a años previos es elocuente: en 2022, el cultivo llegó a cotizar 650 dólares, casi un 80% más que el valor actual.

Según la Sociedad Rural Argentina, el complejo agroindustrial representa el 18% del Producto Interno Bruto (PIB), por lo que lidera el podio de las esferas productivas a nivel nacional. De acuerdo a la Bolsa de Comercio de Rosario —ciudad portuaria de donde parte la porción mayoritaria del cargamento—, el agro explica más del 70% de las exportaciones del país.

El explosivo cóctel integrado por el derrumbe en los precios se completa por una pieza clave del programa económico de Javier Milei: el férreo control sobre el dólar oficial, actualmente ubicado en valores históricamente bajos —reflejado en el éxodo récord de argentinos que optan por vacacionar en el exterior— y cuyo ritmo de devaluación administrada (crawling peg) es de apenas el 2%, por debajo de la inflación mensual.

El encarecimiento en dólares de la economía argentina es denunciado por los representantes del sector, quienes señalan que el precio local de los insumos se ha disparado, mientras que el tipo de cambio “barato” redunda en un menor margen de ganancia. Desde el campo, los productores recuerdan una de las principales promesas de campaña del presidente Milei: la eliminación de los gravámenes sobre las exportaciones (conocidos localmente como “retenciones”).

Durante su primer año de gestión, estos impuestos se mantuvieron prácticamente inalterados: 33% en el caso de la soja y 20% para el trigo y el maíz, los principales cultivos del complejo agroexportador. Según la Sociedad Rural, la presión impositiva total sobre el sector ronda el 60%. Frente al reclamo, el mandatario argentino reiteró su objetivo de bajar este gravamen durante el 2025.

Entre el tipo de cambio y las retenciones que gravan la exportación, cada productor recibe 710 pesos por cada dólar que exporta (un 58% del valor del dólar “blue”, el paralelo ilegal, que cotiza a $1.215).
El complejo escenario de baja en los precios internacionales se refleja en las predicciones para el año recién comenzado. Según el Consejo Industrial Argentino, en 2025 el complejo agroexportador generará 710 millones de dólares que durante el 2024 (pasando de 45.530 a 44.820 millones). Si bien la merma es evidente, cabe recordar que el sector viene de sufrir la peor sequía del siglo en el año 2023.

Más dudas que certezas

“El panorama es muy complejo: hoy los números no cierran”, dijo a Sputnik Lucas Magnano, presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro). El referente del sector enfatizó en que “el precio internacional se ha derrumbado y esto nos preocupa mucho. Esto, sumado a las fuertes sequías que hemos tenido, arrojan un escenario muy frágil.

La inflación fue muy superior a la evolución del dólar, entonces el costo de la maquinaria y demás insumos voló por el aire, mientras que nuestra rentabilidad es cada vez menor. Hace un año, con lo que ganábamos por cada tonelada exportada equivalía a 350 litros de gasoil, y ahora equivale a menos de la mitad. Fue muy dispar la suba de precios para nosotros“, remarcó.

El problema relativo al tipo de cambio es identificado por los especialistas como uno de los principales desafíos para el 2025. En diálogo con Sputnik, el economista Ismael Bermúdez remarcó que “Argentina se ha encarecido muchísimo en dólares: la balanza comercial acumula cinco meses consecutivos de déficit, sobre todo por el aumento de importaciones y la salida de turistas, lo cual refleja el atraso cambiario”. “Estamos perdiendo competitividad”, esgrimió el experto.

Este es el tema clave del 2025: cuánto tiempo podrá sostener el Gobierno el tipo de cambio barato, que es un factor crucial para mantener el descenso en el nivel de inflación, que fue la principal promesa de campaña de Milei“, afirmó Bermúdez.

El grito del campo

La exigencia de las corporaciones agropecuarias es clara: “La baja de retenciones dejó de ser una demanda para ser una necesidad”, destacó Magnano. El dirigente agropecuario explicó que “esto no va a suponer menos ingresos para el Estado”, dado que “lo que deje de recaudar por retenciones lo ganaría por el volumen de exportaciones, porque esto será un incentivo a producir cada vez más”.

Las mesas de diálogo están abiertas, pero el Gobierno no cumplió con sus promesas de bajar los impuestos. Por supuesto que estamos dispuestos a escuchar, pero cada vez es más difícil y muchos productores están quedándose sin margen de ganancia“, advirtió el empresario.

Por supuesto, el complejo agroindustrial no fue el principal afectado por el programa económico de Milei, cuya política de ajuste fiscal se encarnó en la caída de los ingresos de la mayoría de la población. Al respecto, Bermúdez remarcó que “incluso ante este escenario, probablemente los ganadores vuelvan a ser los sectores primarios, con el campo a la cabeza. Los sectores que peor la pasaron durante el último año fueron la industria, los jubilados y los trabajadores activos”.

El Maipo/Sputnik

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