En lo que va del verano ya son más de 400 mil hectáreas quemadas, dentro de las cuales se han ido demasiadas vidas humanas, animales, viviendas, infraestructura y naturaleza.
Como lo muestra el informe “Incendios en Chile: causas, impactos y resiliencia” del año 2020 del CR2 (Center for Climate and Resilience Research) los megas incendios en el país se han incrementado en frecuencia y área quemada en los últimos 10 años.
También el informe permite ver dónde y por qué ocurren estos siniestros. Los factores que resalta el Informe son: el cambio climático; las características de las áreas de interfaz urbano-rural en donde convergen viviendas y vegetación; y el crecimiento de plantaciones forestales, especialmente pinos y eucaliptus.
Si bien en el Informe trabajaron una treintena de expertos nacionales, es importante recalcar que dicho diagnóstico resuena en la mayoría de los testimonios de las víctimas de los incendios, así como de autoridades locales que ven impotentes como su territorio es devastado implacablemente por las llamas.
Mientras bomberos, brigadistas de CONAF, carabineros, vecinos y vecinas, autoridades locales y nacionales luchan por poner borde a las llamas y así controlar y terminar con la emergencia, hay quienes están preocupados más por culpar al Gobierno y distraer la atención de las causas profundas que están detrás de este desastre. Frente a esto, el Gobierno, en la voz del mismo Presidente Boric, se ha dado el espacio para hacer una reflexión necesaria y promover “una discusión de más largo plazo con el tema de la industria forestal”.
La SOFOFA, que históricamente ha demostrado qué luchas priorizar, no lo ha dudado un segundo y ha retrucado el día de ayer considerando como “improcedentes y totalmente fuera de contexto, que las autoridades abran un debate sobre la industria forestal”.
Además, la SOFOFA señala que “sin la capacidad aérea y terrestre que las empresas forestales han desarrollado por años y desplegado ahora para enfrentar este dramático escenario, la situación sería más compleja”. Al parecer lo que esperan los empresarios de la madera es agradecimiento, a pesar de que a todas vistas las capacidades de las forestales para enfrentar estas crisis son del todo insuficientes.
Ni una gota de autocrítica, ni siquiera un mínimo cuestionamiento tendiente a atenuar un modelo extractivista que depreda y destruye. Lo único que ofrece es equipamiento para reaccionar a las crisis, nunca prevención y manejo responsable de los recursos.
Para SOFOFA, los bordes de las llamas están más allá de las 400 mil hectáreas, o las que aún se están quemando. Los bordes del negocio no pueden existir por definición.
En nuestro país ya nos hemos acostumbrado demasiado a que nos pongan bordes. Llevamos más de 40 años con la Constitución de los bordes infranqueables, y ahora se está iniciando un nuevo proceso constitucional que parte con 12 bordes, uno de los cuales es “Consagrar a Chile como un Estado Social de Derecho”.
Ante la declaración de la SOFOFA nos preguntamos qué Estado Social se imaginarán los empresarios de la madera si ante el descalabro de la Zona Centro Sur le niegan al Presidente de la República, es decir a toda la sociedad, incluidos sus expertos, la posibilidad de discutir sobre las industria forestal.
El Maipo
