Tecnología generada por investigadores del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA, permitirá a autoridades regionales del centro y centro sur de Chile, conocer la condición que tendrá la vegetación con tres meses de antelación, para tomar decisiones respecto de las necesidades de ayuda agrícola, principalmente en caso de sequías. Instrumento será un antecedente científico a considerar, para la formulación de planes de alerta y como acción temprana ante la sequía agrícola.
Información de gran relevancia para la agricultura nacional y el sector forestal del centro sur del país, el que fue presentado a la comunidad en el contexto de un seminario internacional que se desarrolló el pasado 11 de enero en dependencias de INIA Quilamapu, en Chillán. La herramienta desarrollada ayudará a identificar las condiciones de riesgo climático, específicamente ante una eventual sequía agrícola.
La actividad que se inició con la charla “Predicción de sequía agrícola: una herramienta para la gestión del riesgo climático”, a cargo del investigador de INIA, Marcel Fuentes. Al respecto, el especialista explicó que es posible generar un pronóstico de sequía agrícola con una anticipación de tres meses, tiempo que podrá ser destinado a tomar medidas preventivas que puedan mitigar los efectos.
“La sequía es una amenaza natural que representa un riesgo contante para la mayoría de los productores”, mencionó, precisando que no se debe confundir la sequía conocida por todos, con la sequía agrícola. A esta última la define como un periodo prolongado durante el cual hay una falta de lluvia que impide satisfacer las necesidades de riego de las plantas, lo que puede generar graves consecuencias para los cultivos y provocar pérdidas económicas significativas para los agricultores.
En este sentido, el investigador sostuvo que la sequía más grave registrada en el país tuvo lugar entre los años 1967 y 1969, afectando desde Atacama a Ñuble, con pérdidas económicas que bordearon los mil millones de dólares y un desempleo de 430 mil trabajadores agrícolas. “La condición de sequía agrícola es una condición grave, que afecta a muchas personas en el mundo con consecuencias catastróficas”, enfatizó.
El investigador, quien además es director del proyecto de predicción de sequía agrícola y encargado de riesgo climático de INIA Quilamapu, resaltó que el cambio climático y sus consecuencias tienen una gran relevancia a nivel global, lo que quedó demostrado por la creación, en 1988, de un Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, con la finalidad de proporcionar a las autoridades mundiales, evaluaciones científicas periódicas sobre el cambio climático, sus implicaciones y posibles riesgos futuros, así como las eventuales opciones de adaptación y mitigación.
En cuanto a la realidad nacional, Marcel Fuentes señaló que el INIA ha asumido la realización de monitoreos satelitales de la vegetación y de la sequía agrícola, proporcionando información relevante a las autoridades, para la declaración de zonas en emergencia agrícola. “A pesar del éxito del producto de monitoreo satelital, es crucial adelantarse a los impactos futuros de la sequía, a través de un pronóstico para ayudar a las autoridades en la planificación y optimización de la distribución de los recursos económicos y mejor manejo del agua de riego”, enfatizó.
Fuente: INIA