(París) El Gobierno francés presentará hoy en un Consejo de Ministros extraordinario la suspensión de la reforma de la jubilación dentro del presupuesto 2026 del Estado, una concesión que sacó a flote al primer ministro Sébastien Lecornu.
La intención es introducir una “nota rectificativa” al proyecto de ley de la Seguridad Social para el año próximo, en una reunión que encabezará el presidente Emmanuel Macron desde Bruselas, donde participa en un foro sobre la guerra en Ucrania.
La supresión de la reforma que en 2023 extendió la edad de retiro de 62 a 64 años en suelo galo es un reclamo de la oposición y de los sindicatos, descartado hasta el momento por Macron.
Sin embargo, la fragilidad del primer ministro y la amenaza de censura en su contra, llevaron al oficialismo, pese al rechazo de una parte de sus efectivos y de los conservadores, a ofrecer la congelación de la norma hasta enero del 2028.
Gracias a esta maniobra, que en particular satisfizo al Partido Socialista, Lecornu escapó por apenas 18 votos del derrocamiento en la Asamblea Nacional, en la que el pasado jueves se votaron las mociones de censura promovidas por La Francia Insumisa y Agrupación Nacional.
Los socialistas amenazaron al primer ministro con buscar su caída si no cumplía su promesa, que se materializará en las próximas horas en el Consejo de Ministros.
Posponer la aplicación de la reforma de la jubilación representó un golpe duro para Macron, ya que esa ha sido una de las leyes “estrella” de su mandato en el Elíseo, aunque necesario desde su punto de vista, a partir de la crisis política imperante, que ha provocado el derribo o la renuncia de tres primeros ministros en menos de 11 meses.
El jefe de Estado desató la polémica el martes, al afirmar durante una visita a Eslovenia que la reforma no estaba ni suprimida ni suspendida, lo que acentuó por momentos la fragilidad de Lecornu, cuyo entorno se encargó de bajar las tensiones.
La suspensión, si bien contentó a los socialistas e hizo que estos decisivamente se negaran a censurar al primer ministro, no es del agrado de otras fuerzas de la izquierda, que exigen su abrogación, ni de los bloques centrales y conservadores.
El Maipo/PL