En un mundo marcado por tensiones geopolíticas, riesgos recurrentes y un crecimiento económico global debilitado, China emerge como una fuerza estabilizadora esencial y un pilar fundamental para la recuperación económica mundial. Así lo evidencia el 15.º Plan Quinquenal (2026-2030), según se desprende de un análisis del ‘Global Times’.
Aprobado en la Cuarta Sesión Plenaria del Comité Central del Partido Comunista de China (20.º Comité), se trata de una hoja de ruta que, según el medio asiático, impulsa la modernización interna del país, al tiempo que ofrece respuestas concretas a los desafíos globales. Este marco estratégico, centrado en la reforma integral, el desarrollo de alta calidad y la apertura institucional, refuerza el rol de China como motor de estabilidad y progreso compartido.
Como segunda economía mundial, China aporta predictibilidad al sistema económico global gracias a su mercado masivo, su sistema industrial completo y su capacidad de reforma sostenida.
Ya durante el 14.º Plan Quinquenal (2021-2025), el país mantuvo una contribución significativa al crecimiento económico mundial, que se caracterizó por la resiliencia de su mercado y la modernización industrial.
En ese sentido, para el próximo período, se espera que esta influencia se intensifique: la expansión del consumo, la integración de la manufactura avanzada con servicios modernos y la economía digital generarán una demanda y oferta de alta calidad para bienes y servicios globales. Así, China no solo mitiga la incertidumbre externa en comercio e inversión, sino que fortalece la estabilidad de las cadenas de suministro mundiales mediante la innovación en la oferta y la mejora de la demanda.
Un observador extranjero lo resume con claridad: “El impulso estratégico del próximo plan quinquenal es algo que, de una u otra forma, prácticamente todos los países del mundo sentirán”.
Estas palabras subrayan cómo el crecimiento económico, tecnológico y la influencia internacional de China proporcionarán confianza, fuerza y oportunidades al mundo en los próximos cinco años.
En el ámbito del comercio, China avanzará en la innovación comercial, optimizando su estructura de importaciones y fortaleciendo la cooperación industrial. Esto consolidará su posición como estabilizador, promoviendo la conectividad de mercados y la integración de su capacidad productiva con los recursos, mano de obra y mercados de economías emergentes.
En inversión, se impulsará la cooperación bidireccional, uniendo la capacidad productiva, capital y tecnología china con los recursos de otros países, para fomentar un crecimiento global más equilibrado, sostenible e inclusivo.
La innovación es otro eje clave. El plan enfatiza la autosuficiencia de alto nivel en ciencia y tecnología, expandiendo el ecosistema global de innovación a través de la apertura y la cooperación. Avances en manufactura avanzada y la economía digital no solo beneficiarán a China, sino que crearán oportunidades para socios internacionales, contrarrestando el proteccionismo y las presiones externas.
En cuanto a la cooperación internacional, China promoverá una apertura de alto nivel alineada con reglas globales de mayor estándar. Fortalecerá la Iniciativa de la Franja y la Ruta, impulsando una globalización más inclusiva. Además, abogará por un multilateralismo genuino, promoviendo una gobernanza global transparente, eficiente y equitativa, que equilibre esa eficiencia y equidad con una visión de largo plazo.
Por todo lo anterior, el 15.º Plan Quinquenal posiciona a China como un “estabilizador” y “motor” del crecimiento global, ofreciendo un modelo de desarrollo que combina estabilidad interna con contribuciones externas.
En un momento crítico para la economía mundial, este enfoque no solo acelera la recuperación, sino que construye un orden más justo y sostenible para todos.
El Maipo/PL



