La decisión tomada por la empresa aeronáutica estadounidense Boeing recuerda que la renovación industrial de EEUU depende más de su capacidad para realizar reformas internas que de restringir la competencia extranjera, como ha sido la estrategia de Washington los últimos años con China, señala una editorial del ‘Global Times’.
Tras casi dos meses de huelga, y en medio de una fuerte crisis causada en parte por una serie de accidentes que han fijado la atención en la fabricación y mantenimiento de sus aviones, la empresa Boeing alcanzó finalmente el pasado 4 de noviembre un acuerdo con sus trabajadores, pactando, entre otros beneficios, un aumento salarial del 38% a lo largo de 4 años.
A propósito de esta noticia, el diario Global Times publicó una editorial para reflexionar sobre las implicaciones que este pacto tendrá en relación con el futuro de la industria manufacturera de EEUU y la hostilidad de Washington con China, que ha caracterizado tanto al primer Gobierno de Donald Trump como a la Administración de Joe Biden.
“El acuerdo de Boeing [con sus trabajadores] no se trata solo de la paz laboral en una empresa; es una advertencia para elegir el camino correcto hacia el renacimiento industrial de Estados Unidos“, concluye la editorial.
En ese sentido, el diario recuerda que, en los últimos años, ambos gobiernos han buscado impulsar la reindustrialización de EEUU, luego de que las políticas neoliberales impulsadas tanto por Ronald Reagan como Bill Clinton, y continuadas por sus sucesores, devastaran a la clase obrera de ese país, como resultado de la relocalización de un alto porcentaje de sus industrias.
Al mismo tiempo, se añade, también han sido innegables las políticas extremas de Washington hacia China, basadas en una combinación de una incesante guerra comercial, altas barreras arancelarias y limitación de las exportaciones de chips.
Sin embargo, el diario afirma en su texto que los cambios en el comercio global no pueden resolverse mediante muros arancelarios o políticas de contención dirigidas a los competidores extranjeros para aumentar la manufactura local, como quedó claro en la resolución del conflicto entre el fabricante de aviones y su sindicato.
“Las luchas y los éxitos de Boeing han sido durante mucho tiempo un barómetro de la destreza manufacturera estadounidense. Como el mayor fabricante de aviones comerciales del país y un contratista de defensa crucial, Boeing encarna el poder industrial y los desafíos actuales de Estados Unidos. La reciente disputa laboral contribuyó a las pérdidas de más de 6 mil millones de dólares de la compañía y reveló fallas más profundas en la industria manufacturera estadounidense: la tensión entre mantener salarios competitivos, garantizar la calidad del producto y competir globalmente”, afirma el diario chino.
La resolución, argumentan, es un “rayo de esperanza” para la economía del país y demuestra que la industria manufacturera estadounidense todavía puede proporcionar empleos a la clase media, pero también pone de relieve la compleja transformación del comercio global y el nuevo escenario nacional.
“Continuar aumentando los salarios en lugar de aumentar la productividad sólo retrasará la transformación que debe emprender la empresa. De hecho, el incidente de Boeing muestra que el viejo camino [para que una compañía sea exitosa y rentable] ya no existe“, señalan.
Así, el medio destaca que es hora de que la industria manufacturera de EEUU enfrente sus principales desafíos: modernizar las relaciones laborales, invertir en el desarrollo de la fuerza laboral y adoptar la innovación, manteniendo al mismo tiempo la excelencia en la fabricación.
Por ello, el Global Times indica que Washington debería centrarse en políticas que faciliten esta transformación, invirtiendo recursos en educación técnica, apoyo a la investigación y el desarrollo y modernización de la infraestructura. Esto en lugar de lo que ha sido su estrategia favorita por casi 10 años, que ha sido la de antagonizar con China y sus empresas para intentar frenar, sin suerte, el crecimiento del gigante asiático, y solo perjudicando a los consumidores en su propio país.
“Estas reformas internas, no las barreras externas, determinarán si la industria manufacturera estadounidense puede prosperar en el siglo XXI. Este es un llamado a la acción, un recordatorio de que el poder de dar forma al futuro de la industria manufacturera estadounidense está en manos de los estadounidenses. La evidencia es clara: la cooperación internacional, no la confrontación, es lo que mejor sirve a los intereses industriales estadounidenses“, apunta el diario.
A medida que el próximo Gobierno en EEUU toma forma, liderado nuevamente por Trump tras su triunfo contundente de la semana pasada sobre Kamala Harris, el medio concluye que será importante tener en cuenta que la renovación industrial de Estados Unidos depende más de su capacidad para realizar reformas internas que de una estrategia de buscar restringir la competencia extranjera.
Fuente: El Maipo/SPUTNIK
