Cuando nos encontramos socialmente con creencias que parecen obvias, no habiendo evidencias que las avalen, nos preguntamos por qué razón se hicieron tan normales. Es un tema muy importante para reflexionar.
Podemos ver que en esas percepciones, en la formación de esas opiniones juegan un rol determinante los medios de comunicación hegemónicos por su capacidad de llegar masivamente con mensajes que se aceptan como válidos a enorme cantidad de personas.
Luego nos preguntamos qué podemos hacer ante el alejamiento entre evidencia y percepción. Se nos ocurre que lo mejor es mostrar datos, hechos, todo lo que demuestre que no son certeros tales “pareceres” convertidos en afirmaciones. Creemos que “Datos matan relatos” como dice un dicho bastante común.
Para canalizar esas evidencias y que puedan incidir en la percepción de la población es necesario contar con medios de comunicación adecuados, teniendo en cuenta que se está en inferioridad frente al poder económico de los medios hegemónicos. Sabemos que los medios hegemónicos son potentes para formar opinión, por lo tanto, la tarea debe ser muy compartida entre todos los medios más populares para que la comunicación sea más extendida a la mayor cantidad de personas.
Es responsabilidad social de todos los medios de comunicación como su labor principal: el bien informar al conjunto de la población. En Chile, los medios de comunicación son mayoritariamente privados y concentrados, responden más a su dueño y sus posturas políticas que a la responsabilidad que tienen de informar ampliamente con evidencias a la sociedad
Los partidos políticos conservadores, del liberalismo anárquico de ultraderecha, desde hace mucho tiempo vienen fabricando “un enemigo externo” (la migración en general) a la cual se criminaliza, para así, distraer la atención de los problemas importantes, al tiempo que generan mucho miedo ante una supuesta amenaza al trabajo, a la seguridad, a la salud y a cualquier cosa más que se les ocurra. Se utiliza esta forma de proceder porque les falta un discurso político, claro y convincente para los sectores populares, y en su lugar, se utilizan técnicas de desinformar o mentir en la búsqueda de que la gente desista en su búsqueda de soluciones innovadoras, de cambios que solucionen importantes problemas sociales que afectan al conjunto de la sociedad.
El crecimiento de la delincuencia internacional en toda la región se produce paralelamente al crecimiento de los flujos migratorios, pero estos fenómenos son muy diferentes y tienen causas distintas y tienen consecuencias sociales antagónicas para las sociedades que acogen.
Algo muy poco desarrollado en los medios de comunicación, es la diferenciación entre migración y delincuencia. Lo cierto es que los políticos conservadores y de extrema derecha junto a los medios de comunicación hegemónicos, son los que ocultan las diferencias entre ambas, porque ello, les impide generar “el enemigo externo” que tanto le sirve para juntar votos al presentarse falsamente como “los salvadores” ante una supuesta amenaza que sabemos que no existe, como tampoco existe vínculo entre migración y delincuencia.
La delincuencia
La Delincuencia de los grupos del crimen internacional, tiene un origen en sus países de nacimiento, en su búsqueda de acrecentar la riqueza de sus líderes se diversifican en sus países dañando a la sociedad original y creciendo hasta que su ambición les hace salir fuera de fronteras para ganar más dinero apropiándose a sangre y fuego de ciertos territorios donde los estados son débiles.
En América del Sur, fueron tomando trochas en países como Colombia, Ecuador, Perú, Chile para traficar con personas, drogas, armas, provocando muertes, mutilaciones, violaciones de migrantes que fueron sus primeras víctimas. Se aprovecharon de que las fronteras estaban cerradas por Covid-19 y de las malas políticas de migración de los países para ellos ingresar personas por pasos no habilitados previo pago obligado, para no ser amenazados de muerte. En ese camino delictual se introducen en los países provocando inseguridad, muertes en la población, sufrimiento a migrantes y población local como consecuencias de su accionar. En síntesis: dañaron a la sociedad de origen, dañan en su tránsito a quien encuentran y dañan la sociedad en la que pretenden enquistarse. El miedo que provoca su accionar favorece a los sectores más conservadores de la sociedad que están interesados en generar sociedades autoritarias lo más militarizadas para el ejercicio del control social.
Por lo tanto, decir que el delito internacional es igual a la migración es una confusión grave y no visualizar que el delito se aprovecha de los flujos migratorios, para esconderse pero que no se mezcla, se camufla, pero tiene otros objetivos y provoca daños donde está y ataca a la gente sin importarle la nacionalidad.
La migración
Se compone de personas que en sus países de origen pasan por malos momentos económicos, políticos, sociales o ambientales y se ven obligados a salir a buscar su futuro y su sustento y el de su familia fuera de fronteras, dejando lazos familiares y sociales. No tienen antecedentes delictuales, aunque pudiera haber aisladamente algún caso, son esencialmente trabajadores buscando un lugar donde trabajar para vivir y mandar dinero a sus familias en los países de origen. No dañan a nadie en su país de origen, ni en sus países de tránsito y tampoco en los países de destino. La demanda incrementada de servicios que puedan generar los flujos migratorios –en ciertos momentos-es compensada por el volumen de aportes al fisco que el conjunto de migrantes hace a la sociedad desde tiempo antes.
Más aún, la experiencia demuestra que en los países de destino aportan al crecimiento sustentable de diversas formas, sean culturales, económicas, demográficas y tantas otras más.
En Chile la migración aporta 4,3% del producto bruto interno, según lo constata Cepal para 2017, esta cifra viene creciendo desde 2009 cuando era de 1,6% del PBI. El aporte al crecimiento del PIB entre 2009 y 2017, un 13,4% es el aporte generado por la fuerza de trabajo migrante (1).
En 8 años el valor del PBI generado por personas migrantes casi se cuadruplicó.
Entre 2009 y 2017 el empleo creció en 1. 170. 347 empleos, sin embargo, la dinámica demográfica generó un crecimiento de la población económicamente activa (que podía trabajar) de sólo 642.164 personas. Faltaban 528.183 personas para cubrir los puestos es decir faltaba un 45% del crecimiento del periodo, ese déficit fue aportado por la migración.
Por lo tanto, podemos decir con certeza, que la migración en su origen no provoca daño social en su país, ni en el de tránsito y en el de destino cuando es bien gestionada. Puede generar ciertas inquietudes en la población cuando crece notoriamente, y es ahí, que le corresponde al estado actuar diligentemente y disiparlas con políticas inclusivas e interculturales. La migración aporta al país que recibe y puede hacerlo mucho más y mejor si se le trata con enfoque de derechos humanos. Incluso maltratada la migración aporta, aunque siendo víctima de racismo y xenofobia pueda constituir el esclavismo del siglo XXI, que no es un buen indicio para ninguna sociedad.
No olvidemos que la migración en Chile realizó aportes sociales a la crisis del cuidado siendo 49.3%de la fuerza de trabajo doméstico y del 37,5% de la distribución de comidas y servicios de alojamiento.
Las evidencias expuestas pretenden colaborar a no repetir el falso discurso de los poderosos sobre la migración que tanto dañan a personas honestas extranjeras y a toda la sociedad fragmentándola.
El mito de la delincuencia migrante…
las colectividades migrantes, soportando un mal trato institucional y social inducido, pese a todo, los aportes a la sociedad continuaban día a día. La falacia de la vinculación de migración y delincuencia lo demuestran las cifras que veremos a continuación.
En Chile al 2020 según cifras del DEM, INE y Gendarmería citadas en https://www.migracionenchile.cl/seguridad/:
La población penal de extranjeros condenados representa sólo 0,1% de la población migrante del país. Si tomamos el total de la población penal condenada, los migrantes representan sólo 6,43%. Según cifras de Gendarmería a julio 2022.
Otro dato muy importante es la variación de la cantidad de extranjeros condenados entre 2014 y 2020: -52,38%. Esa notoria reducción se da mientras que el aumento de la población migrante creció 280,95 % (2).
Estas cifras demuestran que en la migración el delito, que existe en cualquier grupo humano, no es nada significativo, por el contrario, pese a crecer la población migrante siguen reduciéndose los porcentajes de personas condenadas. Esto muestra que la percepción de vínculo entre migración y delincuencia es una construcción errónea lejana de la evidencia.
Algo de historia reciente
En los años 70 del gobierno del Presidente Allende, Chile era un país que quería salir adelante en los aspectos económicos, sociales, políticos culturales en el marco de la democracia “con un socialismo a la chilena”. De todos los rincones del continente y el mundo venían personas a colaborar con su trabajo en las brigadas de trabajo voluntario a la esperanza chilena. Chile fue “el asilo contra la opresión” que pregona el himno para muchas personas que se insertaron a la sociedad chilena cuando el continente estaba lleno de dictaduras o democracias degradadas por un autoritarismo creciente.
Bastó que ocurriera el golpe de estado cívico-militar de 1973, para que el mismo día y el día siguiente, anunciado por sendos bandos militares se persiguiera, detuviera, torturara, desapareciera o asesinara a muchos extranjeros a quienes se los construyó como enemigos del país.
Porque citamos esta parte de la historia reciente, decimos que es para evidenciar que quienes ayer fueron responsables de las persecuciones a migrantes, a extranjeros, de los muertos migrantes de ayer, tienen un lazo de continuidad hoy con las mismas ideas de los actuales conservadores, de la ultraderecha. Ellos reivindican lo actuado por la dictadura y son tan xenófobos y racistas como sus predecesores golpistas.
Muchos de los actuales políticos más racistas y xenófobos fueron parte de esa dictadura o, si no lo fueron la defienden hoy como necesaria con mayor o menor manifestación pública, al tiempo que cuestionan la validez de los derechos humanos, el multilateralismo, Naciones Unidas y tanto más.
Por eso a 50 años del golpe militar en Chile que significó despojo para el país y muerte, vemos que las mismas ideas remozadas con tecnologías para el control social y la desinformación organizada siguen promoviendo sociedades autoritarias y persiguiendo a la migración, condenándola y al hacerlo dañando al conjunto de la sociedad.
Sobre delincuencia y las comparaciones
Las comparaciones son a veces odiosas o inoportunas. Otras veces necesarias y nos permiten visualizar lo que no aparece a simple vista. Es por ello que habiendo constatado que la migración y la delincuencia no tienen nada que ver entre sí, conforme a su origen, su desarrollo y lo que representa para las sociedades de acogida.
Inicialmente dijimos que la motivación de hacer esa criminalización de la migración tenía intenciones políticas, buscando ventajas electorales desinformando a la población.
Esta constatación nos lleva a hacer una comparación al revisar cuánto de delito hay en las colectividades políticas que acusan a la migración de traer delincuencia y nos encontramos con la sorpresa de constatar que hay más afectación al conjunto de la sociedad y el estado en personas de esas colectividades políticas o instituciones que acusan y criminalizan a la migración que en la propia migración.
La sociedad chilena siempre se jactó de su probidad, pero desde hace varios años una serie de escándalos de corrupción tanto en instituciones públicas como privadas, nos han obligado a reevaluar esa realidad.
Las colusiones de empresas, el financiamiento ilegal de políticos, los actos fraudulentos en instituciones del Estado, han puesto de relieve el tema de la corrupción y nos han obligado como sociedad a debatir y a discutir medidas para combatirla. Hay que tener en cuenta que la corrupción tiene también efectos económicos en el patrimonio del estado.
Veremos algunos casos en general que demuestran la dimensión y extensión de esa forma delictual, aunque muchos nunca no pagaran sus delitos en la cárcel, otros un poco y en condiciones excepcionales:
Caso Penta. El caso Penta abrió una caja de Pandora. Corrupción, dinero y política. 46 días estuvieron en prisión preventiva sus controladores, Carlos Délano y Carlos Lavín, en el anexo penitenciario Capitán Yáber, por ser considerados un peligro para la sociedad. Un triunfo del Ministerio Público en una audiencia de formalización que fue seguida por miles de personas.
La Unión Demócrata Independiente (UDI), que en ese momento era el partido más votado de Chile, recibía todos los golpes. Figuras emblemáticas como Pablo Zalaquett, Jovino Novoa o Iván Moreira estaban en la mira por el financiamiento ilegal de la política. Aunque ellos lo negaban todo.
Caso Corpesca. Sin embargo, no fue el emblemático caso Penta el que golpeó más duro al gremialismo. Un histórico senador, reconocido por su lucha contra las drogas, se convertía en el símbolo de la corrupción. Jaime Orpis recibió 4,6 millones de pesos mensuales durante cuatro años de parte de la empresa Corpesca. Por delitos de cohecho, delitos tributarios y fraude al fisco, estuvo años de cárcel (3).
Caso SQM. Por el sexto piso de La Moneda se pasearon decenas de políticos, ya no solamente ligados a un sector, si no que a toda la clase política. Demócrata cristianos, militantes del PPD, socialistas, fueron financiados ilegalmente por la empresa controlada por el ex yerno de Augusto Pinochet, SQM.
El caso SQM llegó a tener 180 formalizados, incluso personas ligadas a campañas presidenciales de Eduardo Frei y Michelle Bachelet.
La trama enfrentaría a la Fiscalía y al Servicio de Impuestos Internos (SII) por el retraso en la presentación de querellas de muchos casos que estaban próximos a prescribir. Aunque lo que había detrás era mucho más oscuro.
En entrevista con Daniel Matamala en CNN Chile, el ex subdirector jurídico del SII, Cristián Vargas, afirmó que, según sus antecedentes, el ex ministro del Interior Rodrigo Peñailillo había ejercido presiones.
El caso Lava Jato también puso sus tentáculos en varios presidentes sudamericanos, donde la campaña presidencial de Michelle Bachelet salió mencionada. Pero el golpe más duro lo recibió uno que no pudo llegar a La Moneda, Marco Enríquez-Ominami (ME-O), quien recorrió Chile a bordo de un avión de la brasileña OAS durante su campaña presidencial.
Las cartas estaban sobre la mesa, Penta, SQM, Corpesca, Odebrecht financiaban la política de manera ilícita.
“El caso que se abrió tras la denuncia hecha en contra del exalcalde de Vitacura Raúl Torrealba, marcó un nuevo episodio de corrupción que golpea a la clase política chilena. Una recopilación de 28 condenas a políticos y militantes de partidos, desde el año 2017 hasta el 2022, deja a la UDI como la colectividad que lidera el ranking de casos de corrupción en los últimos cinco años, seguido de cerca por RN y el partido Partido Socialista. Más atrás lo siguen el ex PRI y la DC. Malversación de caudales públicos, fraude al fisco y emisión de boletas falsas, son los principales delitos por los que fueron condenados los militantes de los partidos y que, como ya es de amplio conocimiento, no distinguen color político” (4).
Los municipios de Vitacura, Maipú, Ñuñoa, Viña del Mar, Puerto Varas y San Ramón están o estuvieron en los ojos de la justicia por malversación de caudales públicos o fraude al fisco, dadas las irregularidades que se dieron en administraciones anteriores.
“Se revisaron cerca de 200 casos en que la política se vinculó con el delito. De estos, solo en 28 se pudo comprobar la militancia de la persona involucrada y fue posible comprobar también que la resolución judicial –sea condena o salida alternativa– se dio el 2017. Si bien podemos ver que atraviesan todos los sectores políticos, la UDI es el partido con más condenados por delitos y, en su mayoría, por delitos de corrupción. Casi todas las condenas o salidas alternativas que obtuvieron los militantes de la UDI, ocurrieron a raíz del caso SQM por emisión de boletas ideológicamente falsas” señala El Mostrador de 16 de enero de 2023.
Pacogate. Mientras se discutía la Ley Naín-Retamal en el Congreso, dos involucrados en el escándalo “Pacogate” intentaron, sin éxito, acceder a una reducción de sus penas por el mayor caso de corrupción de nuestra historia reciente. Carabineros, que alguna vez fue una de las instituciones más prestigiosas de Chile, ha perdido gran parte de su reputación debido a acusaciones de corrupción y denuncias por uso excesivo de la fuerza, especialmente tras el estallido social de 2019. Hay más de 130 funcionarios y exmiembros del Alto Mando imputados en este caso, el que tiene sus orígenes hace más de 15 años, aunque siguen vigentes algunas causas. El “megafraude” se estima en más de $35 mil millones.
El “Pacogate” es considerado el mayor fraude económico de la historia de nuestro país y tiene más de 130 personas imputadas, incluyendo a importantes ex miembros del Alto Mando de la policía uniformada (5).
Milicogate. El autor del libro «Traición a la patria», el periodista Mauricio Weibel explicó en El Mostrador en La Clave que «solo los últimos 2 excomandantes en jefe (Fuente-Alba y Oviedo) habrían desfalcado $7.500 millones». Si se suma al Milicogate y el fraude en Carabineros, «estamos hablando sobre los $50 mil millones. Es una cifra gigantesca». Weibel explicó que «todos los años, los comandantes en Jefe del Ejército disponen de 2.500 millones pesos en gastos reservados anuales. En cuatro años que dura su gestión son 10 mil millones de pesos, los pueden gastar sin rendir cuentas» .
El periodista Mauricio Weibel estuvo en El Mostrador en La Clave, espacio donde brindó detalles sobre el caso Milicogate -que aseguró tiene más de 40 aristas- y la investigación contra el ex comandante en Jefe de la institución, Juan Miguel Fuente-Alba.
(1) “Sobre las contribuciones de la migración al desarrollo sostenible: estudios en países seleccionados”(CEPAL, 2022).
(2) https://www.migracionenchile.cl/seguridad/
Para El Maipo, Eduardo Cardoza, Coordinador del Movimiento de Acción Migrante en Chile, Red Nacional de Migrantes y Promigrantes de Chile.
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