Solo la mitad de los jóvenes uruguayos entre 21 y 23 años culminó la enseñanza básica, un indicador que pone al país hoy entre los más atrasados del continente.
Al término de 2022 la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) cumplió su meta anual al egresar del bachillerato el 50,9 por ciento de los educandos, pero el promedio en América Latina es del 65 por ciento.
Según la Encuesta Continua de Hogares, las mujeres egresan un poco más que los varones, los de la capital menos que los del interior, y los ricos mucho más que los pobres.
Para el sociólogo Hugo de los Campos, “la distancia que Uruguay tiene con los países de la región es abismal, al igual que es descomunal la diferencia entre los más pobres y los más ricos, por lo cual Uruguay tiene que sincerarse y darse cuenta que algo del sistema está mal y no es que la mitad de los jóvenes son incapaces”.
El indicador mejoró desde 2019, cuando el 43,3 por ciento de los alumnos vencían el bachillerato.
Pero el experto subrayó al diario El Observador que en la pandemia por la Covid-19 se flexibilizó el régimen de pasaje de grado, descendió la repetición y menos jóvenes dejaron el liceo para irse a trabajar.
Para la directora de Políticas Educativas de la ANEP, Adriana Aristimuño, el atraso resulta del «arrastre de un montón de problemas previos: el desánimo, la excesiva repetición, la alta extraedad”.
En el presente curso educativo comenzó en el país la implementación de una reforma educativa impulsada por el gobierno, pero que concita críticas dentro de sectores docentes.
Fuente: El Maipo/PL