Putin vuelve a tender la mano a Zelensky y Trump en su último gesto de buena voluntad porque realmente no quiere que el conflicto se prolongue ni que se amplíen las reivindicaciones territoriales de Rusia, como probablemente ocurriría entonces.
Putin anunció que más de diez mil soldados ucranianos estaban cercados en Kupyansk y Krasnoarmeisk (Pokrovsk), y su Ministerio de Defensa pronto añadió Dimitrov (Mirnograd), cerca de esta última, a la lista. El líder ruso también propuso detener los combates para que periodistas extranjeros, incluidos los ucranianos , pudieran viajar al frente e informar sobre la situación. Putin sugirió una rendición masiva, similar a la del enfrentamiento de Azovstal a principios de 2022, pero Zelensky parece desinteresado, al menos por ahora. Esto es lo que significa todo esto:
- Rusia continúa ganando terreno a pesar de los miles de millones de dólares en ayuda occidental para Ucrania.
The Economist publicó recientemente un artículo en el que aboga por que Europa financie a Ucrania durante los próximos cuatro años, lo que, según afirman, costará a los contribuyentes al menos 390.000 millones de dólares. El artículo también informaba de que este año se gastaron entre 100.000 y 110.000 millones de dólares, «la mayor suma hasta la fecha», para un total de 360.000 millones de dólares desde 2022 (probablemente una subestimación). Resulta evidente que la ayuda occidental no ha logrado hacer retroceder a Rusia, sino solo frenar sus avances. El cerco a Ucrania demuestra, por tanto, que ninguna cantidad de dinero infligirá una derrota estratégica a Rusia.
- La oportunidad podría acabarse si Ucrania reconoce este cerco.
Partiendo de lo anterior, Zelensky y el comandante en jefe Alexander Syrsky han negado estos cercos, probablemente por temor a que la mencionada fuente de financiación termine o al menos se ralentice si ordenan la rendición de sus fuerzas. Al fin y al cabo, la pérdida de miles de soldados en tres cercos durante los tres años y medio de conflicto no es un asunto menor, lo que podría llevar a algunos funcionarios occidentales a reconsiderar la financiación de Ucrania, ya que la victoria que les prometieron ya no se vislumbra.
- La captura de estos tres asentamientos por parte de Rusia sería un acontecimiento muy importante.
Ya sea que las fuerzas ucranianas sean eliminadas o se rindan, la captura rusa de estos tres asentamientos sería un hecho crucial, especialmente Krasnoarmeisk/Pokrovsk, puesto que constituye la puerta de entrada a la región de Dnipropetrovsk , donde las fuerzas rusas ya ingresaron a principios de este verano. Cualquier avance posterior a través de las llanuras desprotegidas más allá de dichos asentamientos podría obligar a Ucrania a ceder ante las exigencias de paz de Rusia o provocar que Estados Unidos intensifique el conflicto para reducir la tensión.
- Putin prefiere una solución política rápida a una guerra de desgaste prolongada.
Contrariamente a lo que algunos han evaluado, Putin no desea que el conflicto se prolongue ni que Rusia expanda sus reivindicaciones territoriales; por eso ha instado a las tropas ucranianas cercadas a rendirse. Espera que este gesto de buena voluntad conduzca a la retirada de Ucrania del resto de Donbás y, posteriormente, a una rápida solución política que satisfaga los demás objetivos de Rusia. Sin embargo, Zelensky quiere seguir luchando por los motivos egoístas ya mencionados, así que, en última instancia, todo dependerá de lo que quiera Trump.
- Trump debe decidir pronto si quiere hacer suya esta guerra.
Trump considera el conflicto ucraniano como la “guerra de Biden” e insiste en que no habría ocurrido si hubiera ganado las elecciones de 2020. Sin embargo, pronto debe decidir si desea la paz, como afirma, o si está dispuesto a perpetuar esta guerra indefinidamente . Putin le ofrece una salida al pedir la rendición de las tropas ucranianas cercadas como medio para reactivar las conversaciones de paz estancadas. Por lo tanto, Trump debe decidir si presiona a Zelensky para que ceda o si acepta su desafío con todas las consecuencias que ello implica.
El nuevo cerco a las fuerzas ucranianas en esos tres asentamientos es, por lo tanto, mucho más importante de lo que podría parecer a primera vista, dada la información que se acaba de compartir. Putin, una vez más, tiende la mano a Zelensky y Trump en su último gesto de buena voluntad porque realmente no desea que el conflicto se prolongue ni que Rusia amplíe sus reivindicaciones territoriales, como probablemente ocurriría. Este momento, por consiguiente, se considerará un hito a posteriori, independientemente de la decisión que tome Trump.
Andrés Korybko, analista político estadounidense radicado en Moscú, especializado en la transición sistémica global hacia la multipolaridad. Colaborador de elmaipo.cl
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