Jueves, Agosto 28, 2025

La opción presidencial es por los extremos. Por Juan Pablo Cárdenas S.

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Si tomamos en consideración lo que dicen las encuestas, las candidaturas presidenciales que tienen mejor opción de triunfo son las de la comunista Jeannette Jara y la del republicano José Antonio Kast. El resultado de las primarias oficialistas sepultó las opciones de la centroizquierda o del llamado socialismo democrático. Por el otro lado, son los mismos sondeos los que nos indican que la candidata de la centro derecha, Evelyn Matthei, no logra repuntar en intención de voto. Sin embargo, quedan todavía varias semanas de campaña y las otras opciones podrían ganar adherentes. Tanto así que el candidato Franco Parisi, del Partido de la Gente, en muy poco tiempo se ha empinado a los primeros lugares de esta competencia.

Por más que Jeannette Jara procure soslayar su militancia comunista y se desdiga de varias de sus afirmaciones del pasado, la campaña anticomunista ha sido efectiva en su contra, mientras que las acusaciones a Kast, por haber respaldado el Golpe Militar de 1973, lo que han hecho es avivar el pinochetismo que en el fondo marcó para siempre a todo el sector, como a millones de chilenos. Incluso en sus concentraciones políticas han empezado a aparecer afiches y leyendas referidas al Dictador.

Los intentos de los partidos por conformar sus listas de candidatos al Parlamento de nuevo han resentido a los referentes menores, tanto así que dentro del oficialismo ya no parece posible una lista única. El ex presidenciable Jaime Mulet, como el referente humanista, han decidido competir por separado, lo que ha remecido al oficialismo y al propio Primer Mandatario. Veremos en los próximos días cuánto afectará esto a Jeannette Jara, quien varias veces auguró que sus partidarios serían capaces de ponerse de acuerdo en la conformación de una plantilla única.

En la derecha ya existen dos grandes postulaciones parlamentarias y se supone que al menos otras dos se sumaran a la competencia. Tampoco aquí se logró la lista única, aunque poco le ha importado esto a José Antonio Kast al declarar que no será tan importante asegurar una mayoría de diputados y senadores en su favor. Agregando que, de resultar elegido, podrá recurrir a los decretos leyes para imponer las reformas que se propone. Un anuncio que le ha permitido a sus detractores acusarlo de poco democrático e imitar al presidente salvadoreño Nayib Bukele. Fueron muchas las expresiones de lado y lado en favor de las posturas de centro, pero sin duda no lograron prender en un electorado que se ha radicalizado y es muy crítico de los gobiernos de la Concertación y de la Nueva Mayoría. Al mismo tiempo de las tibias posiciones de la centro derecha gracias a la cual el gobierno de Gabriel Boric ha logrado obtener mayoría legislativa para varios de sus iniciativas.

No hay duda que el factor “corrupción” incidirá mucho en los resultados electorales. Especialmente a la candidatura presidencial del oficialismo, aunque es evidente que este fenómeno ha ensuciado transversalmente a la política si se consideran los miles de millones volcados, solo en el caso “fundaciones” a los bolsillos de operadores políticos y partidos de lado y lado.

Sin embargo, lo que más influirá en los resultados de noviembre próximo será la lacra de la inseguridad y esa seguidilla cotidiana de secuestros, asaltos y muertes provocados por el crimen organizado y la instalación del narcotráfico en las instituciones de Estado, de la propia judicatura, las policías y las cárceles. Los chilenos no salen de su estupor al conocer de delitos criminales que muy pocas veces se manifestaron en la historia policial chilena. Una situación que todos los sectores políticos prometen encarar, pero que afecta especialmente la credibilidad de los sectores oficialistas y del propio gobierno de Boric. Aunque parezca para algunos una nimiedad, el jefe de estado y sus ministros siguen renuentes a someterse a los test de drogas, lo que lleva a la oposición a declararlos incapaces de enfrentar a las bandas de narcotraficantes. Especialmente con la comprobación de que hay varios municipios que ya han comprobado su colusión con estos delincuentes.

Contrario a lo que tanto de prometió, la verdad es que hasta aquí tenemos varios candidatos presidenciales sin que ninguno haya presentado al país su programa de gobierno. Algo que preocupa especialmente a las organizaciones empresariales que, simpatizando como siempre con las opciones de derecha, hoy están inquietos por la posibilidad de que llegue a La Moneda la candidata comunista. Al mismo tiempo que temen que un presidente de ultraderecha pueda avivar las convulsiones sociales, incluso la posibilidad de un nuevo estallido social, consientes que las desigualdades se han pronunciado, la cesantía incrementado, tanto como las listas de espera en los hospitales y los enormes déficits de viviendas.

Al respecto, lo cierto es que para las patronales habría sido preferible la elección de un gobierno de centro izquierda o de centroderecha, pero ya no hay nada que hacer al respecto con las manifiestas inclinaciones políticas del electorado. En este cuadro, es patético lo ocurrido con la Democracia Cristiana, partido que parece profundamente escindido entre los que se sumaron a la candidatura oficialista y los que quedaron a la deriva sin contar con un candidato propio. En los últimos días, varios próceres de la Falange como Andrés Zaldívar y prácticamente todos los ex presidentes de la colectividad han anunciado que no votarán por la candidata comunista. Insinuando que en la primera vuelta preferirán dejar en blanco o anular su voto, así como que en la segunda ronda apoyar a Kast.

El propio ex presidente Eduardo Frei se ha declarado en rebeldía respecto de la decisión de su partido de sumarse al comando de la candidata del oficialismo. Su renuencia a irrumpir con una candidatura presidencial suya, hay muchas figuras de derecha a izquierda que lamentan su decisión al hacerse inevitable el triunfo de uno de los candidatos de los extremos del arcoíris político.

Lo positivo de todo esto son justamente los desacuerdos que han prevalecido en la conformación de las listas parlamentarias, lo que hace posible que varios referentes que actuaban de amebas de los partidos mayores desaparezcan, por fin, por sus magros resultados. Veinte son las colectividades que tienen representación en el Congreso Nacional, muchos de ellos no por el voto ciudadano, sino por sus continuas divisiones. Además de todo lo anterior, hay que consignar que al menos un veinte por ciento de los encuestados declaran no tener preferencia electoral, entre los cuales se debe considerar a los que anularán su voto en señal de repudio a todas las opciones que marcarán preferencia en los escrutinios. Es de donde podrían conquistar algunos votantes las otras candidaturas presidenciales, como la de Marco Enríquez Ominami, que por quinta vez postula a la Presidencia de la República, la del ex dirigente deportivo Harold Mayne Nicholls y la del candidato Eduardo Artés, quien por tercera vez entra en la carrera presidencial. Los que por ahora marcan hasta un dos por ciento de la intención de voto.

Especialmente desde el extranjero, llama la atención que siempre tengamos tantos candidatos para todos los cargos de representación ciudadana. Esto se explica otra de las indecencias políticas, cual es la obligación que tiene nuestro Servicio Electoral de otorgar ingentes sumas de dinero a los candidatos para cubrir sus gastos de campaña, así como otra gran cantidad para quienes resulten electos. Un enorme “incentivo” que comprueba aquello de que la política, lejos de constituir un servicio público, es uno de los mejores negocios que, entre otras impudicias, lleva a varios de los más añosos parlamentarios a re postularse una y otra vez. Porque si en las cortes de justicia se le pone término a los magistrados y jueces al cumplir los setenta y cinco años, aquí no existe límite de edad, aunque algunos de ellos claramente sufran los estragos inclementes del paso del tiempo.

Juan Pablo Cárdenas Squella, periodista chileno, profesor universitario de vasta trayectoria. En el 2005 recibió en Premio Nacional de Periodismo y, antes, la Pluma de Oro de la Libertad, otorgada por la Federación Mundial de la Prensa. También obtuvo el Premio Latinoamericano de Periodismo, la Houten Cámara de Holanda (1989) entre otras múltiples distinciones nacionales y extranjeras.

El Maipo/Le Monde Diplomatique

Nota: El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de sus autores, y no refleja necesariamente la línea editorial El Maipo.

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