Para elmaipo.cl es difícil describir que o quién era Violeta Parra, la mujer que interpeló a Chile y al mundo con su poesía, sus composiciones y su música, sus arpilleras, en su trabajo inagotable en la recopilación del folclor campesino, sus pinturas o como activista política y social.
En sus creaciones dejó explicita la crítica social, su frontal denuncia ante la injusticia y el llamado a construir los cambios. Violeta Parra es la piedra angular de lo que sería luego la cultura de denuncia y propuesta de construcción de una nueva sociedad.
“Arauco tiene una pena, que no la puedo callar
Son injusticias de siglos, que todos ven aplicar
Nadie le pone remedio pudiéndolo remediar
Levántate, Huenchullán”
Violeta Parra se inscribe en la historia mundial y del arte mayor a partir de su inagotable capacidad creativa y libertaria, por su infinita e inagotable fuente de recursos literarios y musicales que fueron capaces de romper los paradigmas de la época y saber interpretar de manera fidedigna los más profundos anhelos, sentimientos y razones del mundo popular que ambicionaba y luchaba con férrea decisión por la transformación de la sociedad en Chile y el mundo, en un contexto de guerra fría y de extremas desigualdades.
“Miren cómo nos hablan de libertad
Cuando de ella nos privan en realidad
Miren cómo pregonan tranquilidad
Cuando nos atormenta la autoridad“
Su trabajo, finalmente inspira la llamada Nueva Canción Chilena que se inicia en la década de los años 60 del siglo pasado, y que tuvo como referentes a talentosos artistas como: Patricio Manns, Víctor Jara, Rolando Alarcón, a su hijo Ángel y a su hija Isabel, las agrupaciones Quilapayún e Inti Illimani, entre tantos y tantas otros y otras.
Todo ello, lleva a Violeta Parra a convertirse, sin lugar a dudas, en la principal figura en la historia del Arte de Chile.
Sus viajes, sus amores y fantasmas, sus frustraciones y la depresión que la envuelve y destroza, la llevan finalmente, un día 5 de febrero de 1967 a terminar con su vida de manera trágica en el lugar de sus sueños, la Carpa de la Reina.
El Maipo