El plan del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de llevar a cabo deportaciones masivas empuja hoy a los migrantes a buscar medidas de protección y asesoría.
Según reportes en medios locales, el resultado de las elecciones del pasado 5 de noviembre, en las que Trump venció a la demócrata Kamala Harris, puso en estado de pánico a no pocos, porque el exgobernante y futuro mandatario prometió las mayores deportaciones en la historia del país.
Sin llegar a la Casa Blanca, Trump continúa generando polémicas por algunas controvertidas promesas de campaña.
El miércoles, Trump dijo en su red Truth Social que tuvo una “conversación productiva” con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en la que ella acordó detener la migración a través del vecino país y hacia Estados Unidos, «cerrando efectivamente nuestra frontera sur”.
Sin embargo, Sheinbaum lo desmintió. “Nunca ha sido nuestro planteamiento, y por supuesto, no estamos de acuerdo con eso”, advirtió.
Sobre México, Trump tiene otra controversia. Pretende -de acuerdo con su promesa electoral- atacar o invadir a esa nación en su “guerra” contra las drogas.
Un artículo publicado en la revista Rolling Stone destacó que el equipo de Trump lo que se pregunta es “¿hasta qué punto debemos invadir México?”, una cuestión que antes habría parecido una locura que la élite republicana considerara.
Pero en los cuatro años transcurridos desde entonces, muchos dentro de los principales centros de poder del partido llegaron a apoyar la idea de Trump de bombardear o atacar México, comentó el material de la revista.
El republicano se promocionó de manera rutinaria (y falsa) como el candidato que pondría fin a las “guerras interminables” y, de manera paradójica- quiere liderar un nuevo conflicto al sur de la frontera de nuestro país, enfatizó el artículo.
Las propuestas —de distintos grados de severidad violenta— incluyen ataques con drones o aéreos contra la infraestructura de los cárteles o laboratorios de drogas, el envío de entrenadores y “asesores” militares a México y el despliegue de equipos de exterminio en suelo mexicano.
Además, la realización de una guerra cibernética contra los capos de la droga y sus redes, y el envío de fuerzas especiales estadounidenses para realizar una serie de redadas y secuestros de figuras notorias de los cárteles.
El Maipo/PL