Nos hemos cansado de deshacernos de nuestros plásticos de forma irresponsable. Estos acaban en el mar y los océanos y son un peligro para la biodiversidad. Pero nuestros métodos para retirar lo que tiramos también los perjudica.
Somos los peores vecinos de planeta. Un estudio estimó cuál es el impacto de las nuevas actividades que pretenden ayudar al medio ambiente en alta mar. Y se centró especialmente en los efectos de la eliminación de macroplásticos de la superficie del océano en los ecosistemas de la superficie del mar
Una nueva investigación publicada en PeerJ Life and Environment por Rebecca Helm et al. en la Universidad de Georgetown demuestra por qué es importante que los métodos de valoración y evaluación de los impactos en el ecosistema de las nuevas actividades en alta mar tengan en cuenta la incertidumbre. Y lo hizo utilizando The Ocean Cleanup (TOC) como modelo.
“La superficie es la piel a través de la cual respira nuestro océano. Es un vivero crítico para cientos, posiblemente miles, de especies. Y también es una de las regiones más vulnerables a los impactos de las acciones de los humanos. Por eso debemos tratarla con un cuidado excepcional”.
“Es un entorno extremadamente único y frágil. Y los pequeños impactos en la superficie podrían convertirse en grandes impactos por encima y por debajo de las olas”. Estas fueron las declaraciones de la Dra. Rebecca Helm, Profesora Asistente de Ciencias Ambientales en la Universidad de Georgetown.
Qué poco sabemos
El océano abierto cubre casi la mitad de la superficie de la Tierra. Está en gran parte inexplorado. Y es una frontera emergente para la industria humana. Comprender cómo la actividad humana impacta en los ecosistemas de alta mar es fundamental para nuestra gestión de esta otra mitad de la Tierra.
“Este trabajo destaca lo poco que sabemos realmente sobre alta mar. Y por qué la investigación sobre los ecosistemas de alta mar es tan importante. Incluso con la mejor ciencia y conocimientos disponibles, no podemos predecir el alcance de los impactos. Que podrían variar desde una disminución modesta en la población hasta un colapso total”, dice Rebecca Helm.
El objetivo del TOC es eliminar el plástico de la superficie del océano recolectándolo con grandes redes. Sin embargo, este enfoque da como resultado la recolección de vida marina superficial como captura incidental (se los denomina neustos). Usando un enfoque interdisciplinario, Helm et al. explora las implicaciones socio-ecológicas de esta actividad.
Impactos potenciales
Mediante el uso de modelos de población para cuantificar los impactos potenciales en el ecosistema de superficie, el estudio determina los vínculos entre estos ecosistemas y la sociedad. Y lo hace a través de un enfoque de servicios ecosistémicos. Revisando el entorno de gobernanza relevante para la gestión de las diversas actividades en alta mar.
Los resultados muestran que el impacto de la eliminación de plástico de la superficie del océano depende en gran medida de las historias de vida de los posibles neustos (que se desconocen) y varían de potencialmente leves a graves.
“Los humanos continuarán avanzando hacia alta mar. Y es esencial que tengamos unos conocimientos sólidos sobre la ecología de alta mar para garantizar que las actividades humanas no pongan en riesgo los ecosistemas”, dice Helm.
“Imaginar entrar en un bosque y no saber nada sobre los árboles. Tenemos nombres para ellos, pero no sabemos qué tan rápido crecen, qué nutrientes necesitan, qué especies viven entre sus ramas o qué especies se alimentan de sus hojas. Este es nuestro estado de conocimiento actual sobre el ecosistema de la superficie del océano. Es por eso que debemos ser extremadamente cuidadosos con la forma en que interactuamos con este entorno”.
Falta un marco legal
El marco legal aplicable a la actividad del TOC no es lo suficientemente específico, como para abordar tanto la incertidumbre ecológica como la social que describen los autores. Lo que demuestra la necesidad urgente de implementar normas y procedimientos detallados sobre evaluación de su impacto sobre el medio ambiente marino.
También será imprescindible que haya una evaluación ambiental estratégica que se adopte bajo el nuevo Acuerdo Internacional sobre la conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina en aguas internacionales, que actualmente se está negociando. Mientras tanto, somos los peores vecinos de planeta que otro ser vivo pueda tener.
Fuente: Para El Maipo / ECOTICIAS