Miércoles, Marzo 12, 2025

Presidenciales y parlamentarias 2025: Objetivos y razones para ganar. Por Álvaro Ramis Olivos

Compartir:

La elección que definirá el futuro de Chile

Las presidenciales y parlamentarias de este año se presentaban hasta hace unos meses como un escenario previsible, marcado por un posible regreso de Chile Vamos al poder, de la mano de su candidata Evelyn Matthei. Pero los eventos nacionales, y sobretodo internacionales, han abierto un nuevo panorama.

En el plano nacional, el resultadode las elecciones municipales yregionales de octubre de 2024mostraron que el escenario electoral no está cerrado y que para el oficialismo es posible competir, a pesar del desgaste de la actual gestión. Los triunfos de gobernadores como Rodrigo Mundaca o de alcaldes como Matías Toledo o Tomás Vodanovic mostraron que hay fuerza de base para seguir proponiendo cambios y gestándolos en los territorios.

Un segundo dato es la fragmentación y canibalización que afecta a la derecha (Chile Vamos) y la ultraderecha (dividida entre varios actores entre los que caben J. A. Kast, J. Kaiser, R. Edwards, entre otros). Este factor puede ser determinante, ya que la agresividad de esta disputa, y la lucha de estos actores por el mismo bolsón de potenciales electores, podría dar espacio a una coalición progresista si administra su propuesta con racionalidad, coordinación y buen diseño electoral.

En tercer lugar, se ha evidenciado una recuperación de las cifras macroeconómicas incluyendo el cumplimiento de la meta de crecimiento de un 2,5%, contra los malos augurios de los analistas de derecha. Entre enero y septiembre de 2024, la inversión extranjera directa (IED) acumulada alcanzó US $11.760 millones, superando en un 5% el promedio de los últimos 20 años para ese período. Las exportaciones de servicios en Chile superaron los US $2.500 millones, con un crecimiento acumulado del 18% hasta noviembre, alcanzando US $2.518 millones. En materia de empleo se evidencia una recuperación del empleo formal, reflejado en el aumento del número de cotizantes, que alcanzó su mayor nivel en casi dos años. Aunque aún no se alcanzan los niveles de 2022, el empleo informal cayó a 26,4% en el trimestre octubre-diciembre de 2024 y la tendencia esperada para 2025 es favorable. Todo esto se consolidó a inicios de 2025 con la aprobación de la esperada reforma previsional que incorporó la contribución de los empleadores a las cotizaciones y significará un alivio a las pensiones de quienes tienen menores ingresos, especialmente las mujeres.

En síntesis, el país vive una cierta recuperación económica y un ánimo colectivo de relativo progreso, que se refleja en la imagen país, que medida por el Nation Brands Index (NBI), estudio internacional que evalúa anualmente el posicionamiento de las imágenes de 50 países en el mundo, mostró un avance de Chile desde la ubicación 41, en 2023, a la 38, en 2024.

La hoja de ruta electoral

El escenario descrito, que recoge un diagnóstico optimista, no garantiza nada si los partidos y organizaciones políticas no se articulan prontamente para enfrentar esta coyuntura de manera estratégica. Para vencer a la derecha se requiere transitar por una ruta bastante obvia: generar un preacuerdo, lo más amplio posible, de todas las fuerzas que apoyan al actual gobierno, pero también de algunas como la DC y otros actores de naturaleza político-social, que estén dispuestas a conformar una lista única parlamentaria y a participar en las primarias presidenciales de mayo de este año. Una candidata competitiva, como Michelle Bachelet u otra figura de prestigio, se validaría y proyectaría de manera clara en ese proceso.

Pero antes se necesita un compromiso programático básico, que debería ser capaz de corregir los errores y limitaciones que se presentaron en el diseño del programa del actual gobierno. Entre otros factores, un exceso de consignas abstractas y una carencia de metas tangibles y de gradualidad, lo que ha dado a este período un marco de ambigüedad en las decisiones y una evidente dificultad de priorización política.

El factor internacional

A diferencia de otras elecciones, en 2025 Chile se verá enfrentado a una definición que escapa a los marcos de la política interna. A nivel global se viven momentos que dan la sensación de urgencia, que delatan un cambio radical de las fuerzas, que necesariamente nos desafía de forma inminente. La Internacional Reaccionaria, encabezada por Donald Trump, está redefiniendo las reglas del mundo, sobre la base de posiciones de poder, imposición unilateral y un nuevo despotismo antidemocrático.

En Chile los temas de política internacional no atraen ni restan votos. La mirada localista e inmediata predomina, y nada indica que para una amplia mayoría de las personas vaya a ser distinto en este año. Pero para quienes deben enfrentar las decisiones fundamentales del próximo período, evadir este complejo escenario es irresponsable y pone al país ante la grave amenaza del nuevo imperialismo que busca el vasallaje brutal de toda América Latina. La Internacional Reaccionaria espera sumar a Chile en su juego de ajedrez global, lo que, de la mano de nuestra derecha, extremadamente servil al nuevo líder de Estados Unidos, sería fácil y expedito.

Pero asumir la resistencia a la presión trumpista exige un marco de compresión emocional y disposición mental distinto al que la izquierda ha desarrollado hasta ahora. Implica reconocer importantes errores de política reciente y deshacer varias iniciativas legislativas que no se han demostrado eficientes y eficaces de cara a los objetivos propuestos desde este sector.

Un programa autocrítico

La respuesta a Trump y sus socios no se puede basar en el mero voluntarismo. No hay espacio para los gestos altisonantes y recursos meramente discursivos. El desafío es mucho mayor. Los actuales trastornos geopolíticos demandan una transformación radical en la toma de decisiones y la gobernanza del país. El actual bloqueo político favorece los intereses del nuevo despotismo trumpista, que avanza en sus decisiones de manera avasalladora, mientras Chile permanece entrampado en disputas estériles y juegos de suma cero.

El nuevo Congreso debería ser capaz de generar una reforma política que permita al Estado funcionar con un nivel de coordinación sin precedentes. Se deben superar los bloqueos institucionales y renunciar al inmovilismo. Para ello es necesario un diseño institucional que pueda ser pactado con los sectores de la derecha que estén dispuestos a aportar a esta tarea estratégica.

Otro aspecto en el que Chile no puede quedar atrás en materia de desarrollo científico, de sus infraestructuras digitales, del desarrollo de tecnologías propias que permitan la integración de todo el territorio como condiciones necesarias para poner fin a la fuga de talentos y capitales al extranjero. Esto no es incompatible con la agenda social, verde y sostenible, pero exige evaluar críticamente la actual legislación ambiental o laboral, en sus dimensiones burocráticas e irracionales que en poco aportan a la ciudadanía y más bien generan una industria parasitaria de regulaciones y evaluaciones de impacto mal diseñadas, que no tributan en nada a los objetivos buscados.

Reconectar con la sociedad civil

Otra área por desentrabar es la de la cooperación Estado- Sociedad Civil. Durante el actual gobierno se ha generado el más grave retroceso en esta materia desde 1990. El caso Democracia Viva ha significado una ruptura profunda en la confianza que no será de fácil restauración. Lo más complejo es que ni el gobierno, ni menos los partidos oficialistas involucrados, han acusado la importancia de lo ocurrido y sus nefastas consecuencias, incluyendo la afectación patrimonial de un número muy significativo de organizaciones de larga trayectoria y prestigio, que han pagado el costo por acciones criminales de operadores políticos.

A modo de ejemplo: durante el invierno de 2024 subió por primera vez en más de una década la mortandad de personas en situación de calle. Este dato se explica por el recorte brutal a las subvenciones a las organizaciones sociales que se dedicaban a atender a este sector marginalizado, que sólo recibe el cuidado de asociaciones de voluntariado. El pánico posterior al caso Democracia Viva significó un desfinanciamiento generalizado, que ha afectado a la debilitada sociedad civil chilena y la ha visto hundirse en la peor crisis de recursos que se tenga memoria desde los años 90. Es imprescindible que un nuevo programa de gobierno progresista asuma esta responsabilidad política y repare los garrafales errores cometidos en esta materia.

Reindustrializar

Un programa progresista y de izquierda no puede evadir los desafíos de la nueva era mundial. Muerto definitivamente el dogma del Consenso de Washington ¿Estamos dispuestos a reindustrializar Chile? ¿Seremos capaces de proteger ese proceso con aranceles y medidas complementarias? ¿Tendremos el coraje de competir en un escenario de grandes jugadores que nos llevan enorme distancia en la mayor parte de los campos en disputa? ¿Podremos invertir en investigación y desarrollo para generar competencia en los ámbitos en los que tenemos fortaleza? Estos aspectos no se han destacado en los programas recientes de la izquierda más que de forma general. Pero en este momento demandan decisiones a una velocidad, escala e intensidad nunca vistas.

Finalmente, el nuevo programa deberá discutir de forma extremadamente seria, desideologizada y profunda, aspectos como el gasto militar, la inversión en seguridad, la política migratoria y los nuevos desafíos a la soberanía nacional por actores no estatales (narcotráfico, criptomonedas, redes de desinformación, tecno-oligarcas) en el actual momento del mundo, donde las amenazas del nuevo imperialismo multipolar recién se dejan sentir. De esa forma es posible ganar la batalla del relato, enfrentando con ideas la desconfianza en la democracia y el auge mundial del voto ultra. Pero ello exige asumir que «cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas». Es hora de abocarse seriamente a contestarlas. ¿Cuánto daño podría generar una versión chilena de Milei, Bolsonaro o Trump, en nuestro delicado contexto? Sólo imaginarlo amerita actuar con la máxima responsabilidad y convergencia por parte de todos los actores democráticos.

Columna publicada por Le Monde Diplomatique marzo de 2025.

Para El Maipo: Álvaro Ramis, Rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC), colaborador de El Maipo.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial El Maipo

spot_img

Lo más leido

Más Noticias

Argentina promulga un decreto presidencial que avala el acuerdo con el FMI sin debate parlamentario

El Gobierno argentino oficializó un decreto de necesidad y urgencia firmado en la noche del 10 de marzo...

América Latina busca optimizar el comercio regional del mercurio para contribuir a la salud planetaria

Por Paco G.Y. El mercurio es una sustancia química que se utiliza para la extracción de oro. Este metal...

El Ártico se derrite y cambia el clima de mundo entero

Por Paco G.Y. Durante los últimos 30 años el área total de hielo marino Ártico ha disminuido cada verano....

Los papas también renuncian, por Frei Bretto

«El papa no se enferma hasta que muere», dice un antiguo proverbio romano. Juan Pablo II, un hombre...