En los últimos años, se han escuchado discursos políticos que afirman que tratar con humanidad a las personas migrantes —respetando sus derechos— genera un “efecto llamada”, aumenta la delincuencia o incluso fomenta el racismo. También se ha presentado la expulsión masiva de migrantes como una solución rápida y efectiva.
Pero, ¿qué hay de cierto en estas afirmaciones?
1. El “Efecto Llamada”: ¿Realidad o Ficción?
Se dice que ofrecer condiciones dignas a los migrantes atrae a más personas. Sin embargo, los estudios demuestran que las personas no emigran principalmente por políticas sociales de los países que acogen, sino por necesidad: huyen de la violencia, la pobreza o la persecución. Nadie abandona su hogar por gusto.
El verdadero “efecto llamada” no lo generan los derechos humanos, sino las redes de tráfico de personas y las noticias falsas que prometen oportunidades engañosas. Garantizar derechos básicos —como acceso a salud, educación a los niñes y adolescentes o justicia— no incentiva la migración, pero sí protege a quienes ya están en situación vulnerable.
2. ¿La Migración Aumenta la Delincuencia?
Otro mito común es asociar migración con delito. Sin embargo, múltiples investigaciones muestran que los migrantes no cometen más crímenes que la población local. De hecho, suelen ser más vulnerables a ser víctimas de abusos o explotación.
El problema real no son las personas migrantes, sino las condiciones de exclusión a las que se enfrentan: trabajo precario, falta de documentación y miedo a denunciar delitos por temor a la deportación. Integrar las personas de manera ordenada y justa beneficia a toda la sociedad.
3. ¿El Racismo y la Xenofobia Son Culpa de los Migrantes?
Algunos argumentan que la presencia de migrantes “aumenta el racismo”. Pero el racismo no es culpa de quienes lo sufren, sino de quienes lo promueven. Las narrativas que estigmatizan a los migrantes alimentan la división social.
La solución no es expulsar personas, sino educar en la diversidad y combatir los prejuicios. Muchas sociedades han demostrado que la convivencia enriquece culturas y economías.
4. Las Expulsiones Masivas: ¿Una Solución Viable?
Deportar a todas las personas migrantes no resuelve las causas profundas de la migración. Además, es inhumano e inaplicable en la práctica: separa familias, deja en riesgo a personas refugiadas y no aborda los problemas estructurales que obligan a la gente a migrar.
Las políticas migratorias efectivas no se basan en el rechazo, sino en la cooperación internacional, la regularización ordenada y la integración socioeconómica. Países que han optado por vías más humanas han logrado mejores resultados a largo plazo.
Derechos, No Privilegios
Respetar los derechos de las personas migrantes no es un “premio”, sino un deber ético y legal. La migración es un fenómeno complejo que requiere soluciones realistas, no discursos basados en el miedo.
Una sociedad que protege la dignidad de todos —sin importar su origen— no solo es más justa, sino más fuerte. Porque al final, la historia nos ha enseñado que el progreso nunca se construye sobre la exclusión, sino sobre la solidaridad.
Con este relato se busca desmontar mitos con argumentos comprobables y promover una visión más humana de la migración y sus aportes al desarrollo en países de acogida y de origen.
1. Aportes para los países de acogida:
– Dinamismo económico: Los migrantes contribuyen a sectores clave como la agricultura, la construcción, la salud y la innovación. En países con poblaciones envejecidas, revitalizan la fuerza laboral y sostienen sistemas de pensiones. Según la OCDE, en 2022, los migrantes generaron hasta el 14% del PIB en algunas economías avanzadas. En Chile, según PorCausa, representa su aporte es el 10,3% del PBI.
– Diversidad cultural: Su presencia enriquece la gastronomía, el arte, las tradiciones y la creatividad colectiva. Ciudades como Nueva York, Berlín o São Paulo son ejemplos de cómo la mezcla cultural impulsa el turismo, el emprendimiento y la cohesión social.
– Innovación: El 30% de las startups en Silicon Valley fueron fundadas por migrantes, según Forbes. Su perspectiva única fomenta soluciones a problemas globales.
2. Aportes para los países de origen:
– Remesas y desarrollo local: Las remesas enviadas por migrantes superan, en muchos casos, la ayuda internacional. En 2024, alcanzaron los $905 mil millones de dólares según Banco Mundial a nivel global, financiando educación, salud y microempresas en comunidades vulnerables. Solo para comparación, en 2023 La ayuda al desarrollo de los países ricos alcanzó a sólo 233,300 millones de dólares:
– Transferencia de conocimiento: Quienes regresan traen habilidades técnicas, idiomas y experiencias que modernizan sectores como la tecnología, la medicina o la educación.
– Diplomacia ciudadana: Los migrantes actúan como puentes culturales y comerciales, fortaleciendo relaciones internacionales y abriendo mercados.
3. Para la humanidad:
La migración es un recordatorio de que los desafíos globales —como el cambio climático, las guerras o las desigualdades— requieren respuestas colectivas. Expulsar a personas no solo es inmoral, sino contraproducente: debilita la capacidad de construir sociedades resistentes, resilientes y conectadas.
En lugar de temer la migración, debemos reconocer su potencial. Proteger los derechos de quienes migran no es un acto de caridad, sino un paso hacia un futuro donde el desarrollo humano no tenga fronteras.
Para El Maipo, Eduardo Cardoza, Coordinador del Movimiento de Acción Migrante en Chile, Red Nacional de Migrantes y Promigrantes de Chile.
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