Sábado, Diciembre 20, 2025

México revive principios diplomáticos “siempre presentes” al buscar mediar entre Venezuela y EEUU, dicen expertas

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La propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para que México medie entre Venezuela y Estados Unidos se enmarca en la tradición diplomática del país latinoamericano y su experiencia en la solución pacífica de controversias en la región, dicen especialistas mexicanas a Sputnik.

Por Karen Fabián

El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó esta semana un “bloqueo total y completo” a todos los “buques petroleros sancionados” que entren o salgan de Venezuela, escalando al máximo el asedio contra el país gobernado por Nicolás Maduro.

En declaraciones a la prensa, el republicano justificó la medida alegando que Caracas “tomó ilegalmente” el petróleo que, según él, le pertenece a Washington.

“No vamos a dejar que nadie que no deba pasar por ahí pase. Recuerden que nos quitaron todos nuestros derechos energéticos. Nos quitaron todo nuestro petróleo y lo queremos de vuelta”, dijo.

Ante ello, Sheinbaum rechazó la medida emprendida por su homólogo estadounidense e instó a la Organización de las Naciones Unidas a asumir su papel “para evitar cualquier derramamiento de sangre”. Incluso, ofreció a México como “un punto de negociación si así lo consideran las partes”.

“Las partes tendrían que proponernos. Y, si no, buscar mediadores que permitan evitar cualquier conflicto en la región”, señaló la jefa de Estado.

Si se llegara a cristalizar el mecanismo de mediación impulsado por Sheinbaum, no sería la primera vez que México ejerza este rol en relación con Venezuela. En 2021, con Noruega como mediador, la denominada Plataforma Unitaria —que aglutinaba a la oposición— y el Gobierno de Nicolás Maduro se sentaron a negociar en Ciudad de México.

Pese a lo anterior, diversas figuras de la oposición mexicana manifestaron su rechazo a la propuesta de la jefa de Estado. Por ejemplo, la comunicóloga y exdiputada panista Adriana Dávila aseguró en su cuenta de X que Sheinbaum “no puede ni con lo que pasa en el país” pero “quiere mediar en la crisis entre Estados Unidos y Venezuela”.

Mientras que el exsenador Emilio Álvarez Icaza Longoria, promotor de la plataforma Somos México —que aspira a convertirse en partido político— aseguró que “Claudia Sheinbaum carece de la autoridad moral para hacer una propuesta de mediación”.

Experiencia en la solución pacífica de controversias

Sin embargo, el país latinoamericano posee una tradición muy destacada como mediador y facilitador de paz en la región, como demuestran la Declaración Franco-Mexicana o los Acuerdos de Paz de Chapultepec, que pusieron fin a doce años de guerra civil en El Salvador, de acuerdo con la internacionalista Claudia Serrano, académica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM.

“México ya tiene experiencia en la solución pacífica de controversias”, señala la experta en entrevista con Sputnik, al tiempo que recordó la participación mexicana “en los procesos de paz en Centroamérica”, cuando Guatemala, El Salvador y Nicaragua fueron escenario de cruentos conflictos internos en el marco de la Guerra Fría.

Con ella coincide la internacionalista Ana Teresa Gutiérrez del Cid, profesora adscrita al Departamento de Política y Cultura de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la UAM, quien, en diálogo con este medio, remarca que el país latinoamericano “siempre ha sido líder” regional en lo que respecta a “la salvaguarda de la autodeterminación de los pueblos y contra la agresión sin justificación de una gran potencia a un país más débil”.

“Incluso tenemos un Premio Nobel; aquí se firmó [en 1967] el Tratado de Tlatelolco”, instrumento impulsado por el diplomático mexicano Alfonso García Robles que le valió el máximo galardón de la Academia Sueca en 1982, debido a que el acuerdo convirtió a América Latina en una zona libre de armas nucleares, recuerda Gutiérrez del Cid.

A la luz de dicha experiencia, la profesora de la UAM resalta que las declaraciones de la presidenta mexicana “son muy atinadas”, ya que se enmarcan en “la trayectoria de nuestro país” en materia de política exterior y de su vasta experiencia diplomática.

Por su parte, Serrano pondera que la relevancia de que México asuma un papel activo en la controversia en el Caribe radica en la urgencia de reducir la probabilidad existente de una intervención militar abierta por parte de Washington contra Venezuela, lo que podría “trastocar el equilibrio de poder y vulnerar la paz a la cual se ha venido alineando gran parte de los gobiernos latinoamericanos”.

“El Gobierno de México está levantando la mano para mirar hacia otros elementos y mecanismos de concertación política que sean mucho más efectivos y que permitan, sobre todo, que no haya un escalamiento del hostigamiento que se está viviendo en Venezuela”, estima la experta en relaciones internacionales.

México busca recuperar su tradición diplomática

Adicionalmente, ambas académicas resaltaron que la propuesta de Sheinbaum forma parte de los esfuerzos que, desde la Administración pasada, el país latinoamericano ha puesto en marcha para recuperar los principios de política exterior que históricamente lo caracterizan, pero que, con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se subordinaron a los intereses de Washington.

Así, Serrano destaca que, fue en aquel entonces, cuando se registró una ruptura de las prioridades de política exterior que habían regido en el país latinoamericano para priorizar las relaciones económicas.
“Sí hay un ejercicio de participación en foros internacionales, pero México ya no asume ciertos grados de responsabilidad o no presta su experiencia para determinados asuntos internacionales”, dice la experta.

Por su parte, Gutiérrez del Cid ahonda que, a la luz del pacto trilateral, México “no solamente privilegió los intereses económicos [estadounidenses], sino que subordinó la política exterior totalmente a los intereses” de su vecino del norte y “le dio la espalda a América Latina”.

“No solamente fue un cambio de política exterior, sino un cambio de política interior. Recordemos que las [empresas] paraestatales se vendieron a amigos de la élite de [el expresidente Carlos] Salinas de Gortari, paraestatales que eran muy importantes para el desarrollo de la nación y fueron entregadas por una cuota muy baja, porque esa es la receta neoliberal”, analiza la experta en relaciones internacionales.

Sin embargo, a partir del sexenio pasado, hubo “un cambio rotundo que busca volver a recuperar los principios de política exterior”, observa Serrano.

“Se vuelve a reactivar una participación activa, por ejemplo, en el proceso de paz entre el Ejército de Liberación Nacional y [el Gobierno de] Colombia, pero también para propiciar un acercamiento adecuado entre la oposición y el Gobierno venezolano (…)”, relata.

“La situación que se vivió entre México y Ecuador con respecto a la embajada [en Quito] vuelve a priorizar que el derecho internacional público es una de las vías más importantes que tiene nuestro país para el diálogo”, profundiza la académica.

México ya ha sentado a EEUU a negociar

A todo lo anterior, dice Serrano, hay que añadir que, después de todo, México es quien tiene una relación más compleja con Estados Unidos y, sin embargo, ha llevado a ese país a la mesa de negociaciones en repetidas ocasiones.

En ese sentido, la experta observa que el país latinoamericano tiene la posibilidad de retomar su liderazgo y fungir como mediador con el resto de naciones latinoamericanas, que también perciben un riesgo latente “porque ya no solamente se trata de Venezuela (…), sino que esto se puede repetir de manera sistemática en el resto de [Estados] que también tienen riquezas o una ubicación geoestratégica para el comercio internacional y para la seguridad nacional de Estados Unidos”.

En tanto, Gutiérrez del Cid señala que, al defender a Venezuela, México está defendiendo el derecho internacional frente a una potencia “que está en franca decadencia”.

“Defender a Venezuela es defender nuestra propia soberanía, sobre todo en un momento en que está tan cuestionada la soberanía de los países latinoamericanos —vemos cómo abiertamente Estados Unidos participó activamente en las elecciones de Honduras y cómo ha violado el derecho internacional en la destrucción de lanchas de pescadores en el Caribe—, entonces, lejos de debilitar a la presidenta mexicana, la fortalecería en la región”, finaliza la experta.

El Maipo/Sputnik

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