(Madrid) Gonzalo Celorio acaba de ser ungido como Premio Cervantes de Literatura 2025, otro guiño hoy a México por parte de España en busca de recomponer la relación bilateral a su mejor nivel
No es cualquier gesto, ni tampoco se inscribe en el ámbito político como tal. Pero después de dos lauros consecutivos a escritores españoles (Alvaro Pombo y Luis Mateo Díez), ya tocaba la tradicional alternancia a un escritor latinoamericano.
La elección de Celorio tiene todos los argumentos para venerar a un autor sobre el cual el jurado destacó su “excepcional obra literaria y labor intelectual con la que ha contribuido de manera profunda y sostenida al enriquecimiento del idioma y de la cultura hispánica”.
México es un baluarte indiscutible de la cultura iberoamericana y a partir de esta realidad, España profundiza los nexos, crispados en los últimos tiempos por los reclamos del expresidente Andrés Manuel López Obrador, refrendados por su relevo Claudia Sheinbaum, de disculpas por los desmanes del colonialismo.
“A lo largo de más de cinco décadas, ha consolidado una voz literaria de notable elegancia y hondura reflexiva en la que conjuga la lucidez crítica con una sensibilidad narrativa que explora los matices de la identidad, la educación sentimental y la pérdida”, apuntó el jurado.
El propio ministro de Cultura de España, Ernest Urtasun, ponderó la obra de Celorio como una memoria del México moderno.
En estos capítulos de la alternancia, la cuenta hacia atrás muestra antes de Pombo y Mateo, al venezolano Rafael Cadenas (2022), la uruguaya Cristina Peri Rossi (2021), otros dos españoles consecutivamente, Francisco Brines (2020) y Joan Margarit (2019), y la uruguaya Ida Vitale (2018) y el nicaragüense Sergio Ramírez (2017).
En el libro de oro del Cervantes de años relativamente recientes aparecen el español Eduardo Mendoza (2016), el mexicano Fernando del Paso (2015), el español Juan Goytisolo (2014), la mexicana Elena Poniatowska (2013), el español José Manuel Caballero Bonald (2012) y el chileno Nicanor Parra (2011), entre otros.
Hay, por cierto, nombres ilustres de México que se añaden a la selecta lista, nada menos que Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sergio Pitol y José Emilio Pacheco. Y por añadidura, fue el español Jorge Guillén, el primero ganador de estos galardones en 1976.
Otra curiosidad es el único ‘ex aequo’, al argentino Jorge Luis Borges y el español Gerardo Diego en 1979.
El máximo lauro de la literatura castellana está dotado con 125 mil euros y se entrega cada año en la sede de la Universidad de Alcalá de Henares.
En sus libros resuenan la ironía, la ternura y la erudición, trazando un mapa emocional y cultural que ha influido en generaciones de lectores y escritores, apuntó el jurado.
Otra gran celebración para México en España, país que asimismo será Invitado de Honor a la Feria Internacional de Turismo (Fitur) de Madrid en enero de 2026.
El Maipo/PL



