Más de 700 brigadistas y profesionales especializados de numerosos países ayudan hoy a Chile a combatir los incendios forestales en el centro-sur del territorio, que ya dejaron 24 muertos y 366 mil hectáreas arrasadas.
El contingente más numeroso es el mexicano, con 300 socorristas desplegados en la región del Biobío, una de las que sufre el mayor impacto de las llamas, además de Ñuble y La Araucanía.
En la zona de desastre también laboran, junto a cinco mil 600 bomberos chilenos, voluntarios de Argentina, España, Colombia, Venezuela, Ecuador, Portugal y Francia, entre otros.
“Hemos tenido mucha solidaridad internacional y quiero agradecer especialmente a los efectivos que ya están en el terreno, junto a los chilenos, exponiendo su integridad física y su vida para combatir el fuego”, dijo la ministra del Interior, Carolina Tohá.
En estos momentos hay en el territorio 321 focos activos, de los cuales 180 están controlados y 94 siguen fuera de control.
Durante los próximos días arribará al país un grupo de expertos italianos para investigar el origen de los incendios.
Según declaró a Prensa Latina el secretario ejecutivo de la Corporación Nacional Forestal, Rodrigo Andrade, más del 97 por ciento de estos siniestros son provocados por alguna actividad del ser humano sobre la naturaleza, ya sea por negligencia, manipulación de fuentes de calor o prácticas agrícolas.
No obstante, los expertos italianos intentarán determinar si ha habido intencionalidad, dijo la titular del Interior.
Las autoridades ya arrestaron a una treintena de personas, algunas de ellas por desatar incendios con actitudes imprudentes.
Las llamas ocasionaron también lesiones a unas dos mil personas, destruyeron mil 180 viviendas, provocaron daños a la flora y la fauna y devoraron escuelas, centros de salud y estaciones de telecomunicaciones, entre otras infraestructuras.
De acuerdo con la ministra vocera del Gobierno, Camila Vallejo, la extinción total del fuego no se logrará antes de la primera quincena de marzo.
“El cambio climático genera condiciones propicias para la expansión de un incendio, pero el origen principal es, lamentablemente, la acción humana”, afirmó.
Chile sufre una severa sequía desde hace unos 15 años y la baja humedad, junto con las elevadas temperaturas y los fuertes vientos, son condiciones propicias para una mayor virulencia de estos fenómenos.
Fuente: El Maipo/PL