La obligatoriedad del Cuaderno Digital de Explotación (CUE) en España está reconfigurando no solo los registros administrativos del campo, sino también las relaciones de poder, el rol del agricultor y la manera en que se entiende la sostenibilidad. Un estudio del TURBA Lab de la UOC identifica fricciones relevantes entre una digitalización estandarizada y el conocimiento sensorial, táctil y narrativo que sostienen las prácticas agrarias.
Durante generaciones, las decisiones en el campo se han basado en señales no cuantificadas: el olor del compost que indica el momento de fertilizar, la textura de la hoja que avisa una plaga incipiente o el color del fruto que dicta la cosecha. Estas formas de conocimiento, acumuladas en el cuerpo y en la memoria colectiva, no encajan por defecto en herramientas que privilegian lo medible. El estudio «In agriculture 1+1 does not equal 2» documenta cómo la implantación del CUE obliga a adaptar la actividad agrícola a una lógica burocrática y tecnocrática que, tal y como muestra la UOC, genera desconfianza y sensación de desplazamiento entre agricultores.
Rigidez frente a adaptabilidad
Las investigadoras Paloma Yañez Serrano y Lucía Arguelles Ramos, realizaron 25 entrevistas con agricultores, técnicos, desarrolladores y funcionarios, y observaron el uso directo del CUE en fincas. El resultado no es un rechazo a la tecnología en sí, sino a su imposición en formatos rígidos que no aceptan otras modalidades de registro —fotografías, audios, descripciones narrativas o indicadores locales— y que aumentan la carga administrativa de explotaciones ya tensionadas por la economía, el clima y las cadenas de valor. Muchos terminan delegando la cumplimentación en asesores, lo que crea nuevas dependencias y modifica el rol tradicional del agricultor hacia un perfil más técnico/administrativo.
Impactos socioeconómicos y ambientales
La estandarización documental puede acelerar procesos de concentración agraria si las pequeñas y medianas explotaciones no encuentran recursos para adaptarse. Además, desplaza una concepción de sostenibilidad práctica (rotaciones, prácticas agroecológicas) hacia una sostenibilidad contable basada en indicadores, que puede no capturar matices territoriales y culturales. En paralelo, la investigación de la UOC sitúa la digitalización dentro de las misiones de investigación dedicadas a la transición digital y la sostenibilidad, recordando que la tecnología no es neutra y que su huella (incluido el coste energético y material de dispositivos) también debe evaluarse.
Propuestas para una digitalización justa y situada
- Coproducción y codiseño: Implantar procesos participativos que involucren a agricultores en el diseño del CUE para asegurar que las plataformas respondan a la diversidad de prácticas, lenguajes y necesidades locales. (Propuesta central del estudio).
- Entradas multimodales: Incorporar registros en audio, imagen y texto libre junto a los campos numéricos para captar conocimiento sensorial y narrativo.
- Flexibilidad administrativa: Redefinir qué acciones requieren registro detallado y cuáles pueden registrarse de forma resumida o por excepciones, reduciendo carga administrativa.
- Capacitación y soporte territorial: Facilitar formación práctica y recursos técnicos dirigidos especialmente a PYMEs y explotaciones familiares para evitar dependencia de terceros.
- Evaluación del coste-ambiental de la digitalización: Considerar el impacto climático y ambiental de desplegar dispositivos y plataformas a gran escala, y buscar opciones de bajo consumo y durabilidad.
Recomendaciones para administraciones y desarrolladores
- Las políticas agrarias (a nivel nacional y europeo) que impulsan la digitalización deberían acompañarse de líneas presupuestarias específicas para apoyar la adaptación de explotaciones y la co-creación de herramientas.
- Los equipos de desarrollo deben integrar metodologías etnográficas y pruebas en contexto real antes del despliegue masivo.
- Promover estándares abiertos y exportables que permitan a los agricultores migrar sus registros entre plataformas sin perder la propiedad de sus datos.
Conclusiones
No se trata de frenar la transición digital, sino de dirigirla hacia un modelo que reconozca la pluralidad de saberes rurales. Una digitalización democrática y situada puede fortalecer la resiliencia agraria, mejorar la toma de decisiones y preservar formas de agricultura sostenibles que las métricas numéricas por sí solas no saben valorar. El estudio de la UOC abre una propuesta de conversación entre instituciones, desarrolladores y comunidades agrarias para decidir qué tecnologías queremos, para quién y con qué fines.
El Maipo/Ambientum
Referencias y recursos
- Paloma Yáñez Serrano, Lucía Argüelles Ramos, “In agriculture 1+1 does not equal 2”: Re-configurations and frictions around the implementation of the Digital Farm Book, Environmental Science & Policy, 2025. DOI: 10.1016/j.envsci.2025.104128.
- Nota de prensa UOC: «https://www.uoc.edu/es/news/2025/la-burocracia-olvida-el-conocimiento-de-los-agricultoresLa burocracia en la agricultura olvida el conocimiento tradicional y la experiencia de los agricultores», UOC News, 6 de noviembre de 2025. Tania Alonso/Rubén Permuy
- Investigación sobre huella de la digitalización agrícola (contexto sobre impactos ambientales de tecnologías digitales



