Al cumplirse hoy 50 años de la muerte de Pablo Neruda, la justicia chilena sigue sin pronunciarse sobre una investigación que apunta al posible asesinato del Premio Nobel de Literatura.
El autor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada, Residencia en la Tierra y Canto general, falleció en la clínica Santa María, de esta capital, 12 días después del golpe de Estado de Augusto Pinochet contra el gobierno de la Unidad Popular del presidente Salvador Allende.
Aunque la versión oficial de la dictadura atribuye el deceso del vate al cáncer de próstata que padecía, en 2012 se inició una pesquisa del caso luego de las declaraciones de su chofer, Manuel Araya, sobre un posible envenenamiento.
Estudios realizados posteriormente en laboratorios de Canadá y Dinamarca confirmaron la presencia en sus restos de una gran cantidad de la bacteria Clostridium botulinum, incompatible con la vida.
En febrero pasado la ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago, Paola Plaza, recibió los resultados de la investigación a cargo de un panel internacional de expertos.
“Ahora viene una fase de revisión, estudio, ponderación, valoración, para que el Tribunal dicte las resoluciones que en derecho correspondan”, dijo la magistrada en aquella oportunidad.
Rodolfo Reyes, abogado y sobrino de Neruda, lamentó entonces que la justicia no se haya pronunciado, pese a haber pasado varios años del inicio de las indagaciones y de tener todos los antecedentes respecto a la causa de la muerte.
Según Reyes, su tío fue asesinado mediante una bacteria inyectada en su cuerpo, lo cual le provocó la muerte.
Considerado uno de los más influyentes escritores del siglo XX, el poeta fue también senador de la República, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Chile, embajador en Francia y precandidato a la presidencia, postulación que declinó a favor de Salvador Allende.
Fuente: El Maipo/PL