El gobierno uruguayo descartó el proyecto hidráulico pautado por la administración anterior con un consorcio con el que ahora negocia la ejecución de una planta potabilizadora entre otras obras, trascendió hoy.
Queda así suspendido el denominado proyecto Neptuno en Arazatí y la planta prevista en el departamento de San José que tomaría agua del Río de la Plata, con alto nivel de salinidad.
Ese plan había sido aprobado y firmado por la administración de Luis Lacalle Pou pese a la oposición de grupos ciudadanos y organizaciones defensoras del derecho al agua y del medioambiente.
Las autoridades de Obras Sanitarias del Estado y del Ministerio de Ambiente proponen ubicar otra instalación potabilizadora en Aguas Corrientes, departamento de Canelones.
Allí está ubicada la mayor planta de su tipo del país y abastece a la Zona Metropolitana, que incluye la capital y partes de otros departamentos colindantes.
Continúan las negociaciones con el Consorcio Arazatí (anteriormente Aguas de Montevideo) con el objetivo de no romper el contrato, sino avanzar en obras alternativas incluida la nueva potabilizadora en Aguas Corrientes.
Los empresarios destacaron «un buen ambiente de colaboración» con el Ejecutivo.
De esta manera, el gobierno podrá concretar lo que consideraba como prioridad: la presa de Casupá, en la que planea una inversión de 130 millones de dólares.
La obra sería financiada a través de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, asegurando 118 millones de metros cúbicos de agua a través de la reserva, según las estimaciones del Ministerio de Ambiente.
El Maipo/PL