Se han conocido controversias recientes sobre las propuestas económicas de los candidatos a primarias de la centroizquierda.
Carolina Tohá calificó de kirchnerista el programa de Jara por el hecho que propusiera un modelo de desarrollo fundado en la demanda interna, con fortalecimiento del empleo, negociación colectiva y aumento sostenido del salario mínimo.
Como las (des)calificaciones y consignas no ayudan al buen entendimiento y luego hay que arrepentirse y pedir perdón (como tuvo que hacerlo Ignacio Walker, cuando calificó al peronismo de fascismo), hablemos en serio y veamos de que se trata la propuesta de Jara.
En primer lugar, hay que decir que sólo una postura de derecha puede cuestionar el crecimiento de la demanda interna y el mejoramiento de la condición social de los trabajadores.
Sin embargo, surgen dudas razonables sobre centrar un modelo de desarrollo solo en la demanda interna. En efecto, la demanda interna debe ser complementada con la demanda externa y esta última es especialmente relevante en el caso de nuestro país, ya que casi una tercera parte del PIB está representada por las exportaciones.
No se puede desconocer que los ingresos provenientes de las ventas al exterior alimentan las compras de bienes de capital, insumos y también bienes de consumo para activar la economía. Es bueno recordar que con el deterioro de la industria chilena (de 25% del PIB en los años 70 a 10% en la actualidad) gran parte de las manufacturas se compran en el exterior.
Entonces, la producción para la exportación, sobre todo en las últimas décadas, ha ayudado al crecimiento económico y a la generación de empleo. Pero además el cobre y ahora el litio, la pesca y el salmón cultivado, la madera y la fruta, vinos y otros productos agrícolas destinados a la demanda externa son los que generan las divisas necesarias para sostener la economía y el consumo interno.
En consecuencia, en el mundo que hoy vivimos, especialmente para Chile, la demanda interna y la externa son fuerzas complementarias para impulsar el crecimiento económico. Y este crecimiento, agotado en años recientes, podrá convertirse en desarrollo si hacemos esfuerzos no solo por el lado de la demanda sino sobre todo modificando la estructura de la oferta. Si damos dirección al crecimiento.
En efecto, si se quiere que el crecimiento y la productividad mejoren no basta con hacer énfasis en la demanda interna, sino en modificar la estructura de la oferta productiva.
Cambiar el paradigma económico actual exige impulsar una estrategia de desarrollo que apunte a transformar la oferta productiva y exportadora, como nos propone el candidato Gonzalo Winter. Para ello se requiere modificar la economía extractivista, para transformarla en una economía fundada en industrias modernas; es decir que los bienes que produce y exporta el país agreguen valor al cobre, al litio, a la madera, a los productos del mar y a la agricultura.
Un nuevo modelo de desarrollo centrado en la oferta requiere priorizar una educación de calidad para potenciar la inteligencia de todos los niños y jóvenes de Chile y con ello mejorar su productividad y progreso social; una inversión en ciencia, tecnología e innovación que se multiplique varias veces hasta alcanzar la media de la OCDE (2,6% del PIB); y, que las empresas internacionales que inviertan en el país se orienten en favor de industrias de transformación en vez de al extractivismo.
La estrategia de desarrollo de Gonzalo Winter valora el aumento de la demanda interna, pero no elude la participación del país en la economía mundial y estima que la recuperación del crecimiento radica principalmente en la modificación de la oferta, de la estructura productiva.
Cumplir con estas tareas requiere un Estado activo, no neutral, con una política económica que oriente a los mercados. Es lo que permitirá recuperar el crecimiento, mejorar los salarios y la distribución del ingreso.
Roberto Pizarro Hofer, Economista, ex decano de la Facultad de Economía Política de la U. de Chile, ex Ministro de Desarrollo Social y Familia, colaborador permanente de elmaipo.cl
El Maipo/Le Monde Diplomatique
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