Una jornada histórica reunió a 14 establecimientos educacionales de la provincia en el primer certamen de cine escolar de San Antonio, con un jurado de lujo encabezado por Paulina Urrutia y Silvia Novak.
El pasado jueves, el Centro Cultural San Antonio vibró con una energía inédita. Por primera vez, la comuna fue testigo de “Cortocircuito”, el certamen de cine escolar que logró reunir a estudiantes, profesores y profesionales del audiovisual en una celebración del talento juvenil y la creatividad territorial.
Organizado por el Liceo Municipal Juan Dante Parraguez, en colaboración con el Centro Cultural San Antonio, DIDECO, la Biblioteca Pública Vicente Huidobro y otras unidades municipales, el evento marcó un hito en el desarrollo cultural y educativo de la provincia.
Voces desde el territorio
Catorce establecimientos educacionales respondieron al llamado, incluyendo delegaciones provenientes de sectores como Lo Zárate. Los jóvenes realizadores presentaron sus proyectos audiovisuales ante un auditorio expectante, desplegando miradas diversas que reflejan las realidades, sueños y preocupaciones de las nuevas generaciones.
Cada cortometraje fue una ventana a universos particulares: historias locales, reflexiones sobre identidad, experimentación visual y narrativas que solo pueden nacer desde la experiencia escolar y comunitaria.
Un jurado de excepción
La primera edición de “Cortocircuito” contó con un jurado de reconocida trayectoria en el cine y teatro nacional. Las destacadas actrices Paulina Urrutia y Silvia Novak, junto al actor Giordano Rossi y el guionista Víctor Carrasco, asumieron la responsabilidad de evaluar los trabajos presentados, aportando su mirada profesional y experiencia en la industria audiovisual.
Su presencia no solo legitimó el certamen, sino que ofreció a los estudiantes la oportunidad de recibir retroalimentación de quienes han dedicado sus vidas al arte de contar historias.
Más que un concurso
“Cortocircuito” nace con una vocación clara: ser un espacio formativo y cultural que fomente la creatividad, el pensamiento crítico y la expresión artística en niñas, niños y jóvenes. Más allá de premios y reconocimientos, el certamen busca fortalecer el vínculo entre educación, cultura y territorio, demostrando que el cine puede ser una herramienta poderosa de aprendizaje y transformación social.
La iniciativa se suma a los esfuerzos por descentralizar la producción cultural en Chile y visibilizar el trabajo que se realiza en las aulas de todo el país, donde día a día se cultivan nuevos talentos y se construyen narrativas propias.
Un futuro prometedor
La jornada del jueves no fue solo una exhibición de cortometrajes: fue una declaración de principios. San Antonio demostró que tiene las condiciones, el talento y la voluntad para convertirse en un referente del cine escolar a nivel regional.
Con esta primera versión, “Cortocircuito” abre nuevas oportunidades para las futuras generaciones de creadores, quienes ahora tienen un espacio propio para experimentar, equivocarse, aprender y, sobre todo, contar sus propias historias.
El Centro Cultural San Antonio se apagó al final de la tarde, pero la chispa encendida por estos jóvenes cineastas promete seguir brillando en los años venideros.
El Maipo
Imagen: M. de San Antonio



