Miércoles, Noviembre 12, 2025

COP30 en Brasil: una cumbre clave en plena era de récords climáticos y desigualdad

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Acaba de comenzar en Belém, Brasil, la COP30, la Cumbre del Clima organizada por Naciones Unidas. Esta cumbre internacional, que se celebra del 10 al 21 de noviembre, reunirá a líderes mundiales y negociadores de los Estados miembros y este año es clave, puesto que se celebra en medio de la desigualdad y los récords climáticos.

En un mundo que tiene cada vez más pobres y con ricos que manejan fortunas inconmensurables, es necesario tomar decisiones que paren la desigualdad, al tiempo que buscan acciones que mitiguen los efectos del cambio climático, que cada vez son más frecuentes y devastadores.

La crisis climática no es la única que se cierne sobre el planeta, que tiene un número de recursos limitado y que muchas veces ocasionan enfrentamientos, provocan migraciones forzadas y no deseadas (ni por los que las emprenden ni por quienes les reciben) y mientras que el número de hambrientos crece, el de desperdicios alimentario también lo hace en los países desarrollados.

COP30 en Brasil: una cita decisiva en plena crisis climática

Nuestro planeta bate más de un centenar de récords climáticos cada año, con sequías, incendios, huracanes y heladas nunca antes registradas.

Mientras tanto, hay personas que acumulan mayores riquezas que ningún emperador de la historia y números asombrosos de personas que sufren y mueren de hambre mientras producimos el doble de la comida necesaria para alimentarnos.

Además de crecientes conflictos por el agua, migraciones desesperadas que no son bien recibidas y pueblos originarios que son ignorados no ya al reclamar lo que es suyo, sino al denunciar la insostenibilidad de la relación del norte global con la naturaleza.

Una muestra de todo esto se da cita del 10 al 21 de noviembre de 2025 en Brasil en la COP30, la trigésima cumbre del clima de Naciones Unidas. En ella se congregarán los líderes mundiales con el objetivo de tomar medidas para mitigar el calentamiento global y adaptarnos a él.

Un planeta de récords climáticos, hambre y riqueza obscena

Como en otras cumbres climáticas, aunque en esta de manera más evidente al celebrarse en Brasil, el evento es el reflejo de las contradicciones del mundo en el que vivimos.

En la COP30 de Brasil, países pobres, afectados por un clima furioso en el que no han influido en absoluto, convivirán con los países que les imponen deudas imposibles de pagar y que están gobernados por negacionistas climáticos o una de sus últimas variantes, los retardistas.

Los lobbies de las empresas más contaminantes, fundamentalmente la media docena de grandes petroleras y todas sus derivadas, volverán a ser la representación más numerosas.

Mientras algunos participantes llegarán en barco siguiendo el curso del río Amazonas, otros lo harán en sus aviones privados. Mientras a unos les preocupa del cambio climático, cómo mantener su modelo de negocio y sus desmesurados beneficios trimestrales, a otros les preocupa cómo sobrevivir a la próxima ola de calor y a la crisis de las cosechas.

Los lobbies de las empresas más contaminantes, fundamentalmente la media docena de grandes petroleras y todas sus derivadas, volverán a ser la representación más numerosa y también la más eficaz a la hora de neutralizar cualquier posible acuerdo para desembarazarnos de los combustibles fósiles.

En un momento histórico en el que el país que más ha hecho por alterar el clima con sus emisiones, Estados Unidos, se desvincula del Acuerdo de París y no estará presente en esta COP30 de Brasil, cientos de científicos del clima nos harán sentir miedo y miles de representantes de pueblos indígenas nos harán sentir vergüenza.

Miedo por los escenarios climáticos inseguros por los que ya estamos transitando y vergüenza por la más que discreta acción climática de unas décadas cargadas tan solo de buenos propósitos.

Conflictos por el agua, migraciones forzadas y fronteras cerradas

La temperatura global aumentó más de 0,4 °C durante los últimos dos años. En agosto de 2024 se cumplieron 12 meses con un incremento promedio de 1,6 °C respecto a la temperatura de referencia del periodo 1880-1920.

Este aumento de la temperatura fue provocado por uno de los episodios periódicos de calentamiento tropical del fenómeno de El Niño, pero muchos científicos quedaron desconcertados por su magnitud. El incremento fue el doble de lo esperado para el débil El Niño de 2023 a 2024.

El calentamiento global causado por la reducción de los aerosoles de los barcos no desaparece cuando el clima tropical entra en su fase fría de La Niña.

La mayor parte del resto del calentamiento se debió a la restricción de las emisiones de aerosoles por parte de los buques, impuesta en 2020 por la Organización Marítima Internacional, para combatir el efecto de los contaminantes de aerosoles en la salud humana.

Los aerosoles son pequeñas partículas que aumentan la extensión y el brillo de las nubes, que reflejan la luz solar y tienen un efecto refrigerante sobre la Tierra. Cuando se reducen –y, por tanto, las nubes–, la Tierra se oscurece y absorbe más luz solar, lo que aumenta el calentamiento global.

El enfriamiento por aerosoles y, por lo tanto, la sensibilidad climática, ha sido subestimada en los análisis del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas.

El calentamiento global causado por la reducción de los aerosoles de los barcos no desaparece cuando el clima tropical entra en su fase fría de La Niña. En consecuencia, la temperatura global no desciende mucho por debajo del nivel de 1,5 °C de calentamiento establecido como límite seguro en el Acuerdo de París, sino que oscila cerca o por encima de ese nivel.

Las altas temperaturas de la superficie del mar y el aumento de los puntos calientes oceánicos continuarán, con efectos nocivos para los arrecifes de coral y otras formas de vida marina.

La mayor consecuencia para los seres humanos en la actualidad es el aumento de la frecuencia y la gravedad de los fenómenos climáticos extremos, como tormentas, inundaciones, olas de calor y sequías. El cambio climático polar tiene el mayor efecto a largo plazo sobre la humanidad, y sus repercusiones se ven aceleradas por el aumento de la temperatura global.

Como resultado del deshielo, es altamente probable que la circulación meridional de retorno del Atlántico (AMOC) se detenga en los próximos 20 a 30 años, algo no incluido en el último informe del IPCC. Tomar medidas radicales para reducir el calentamiento global podría evitarlo.

Si se permite que la AMOC se detenga, se producirán graves problemas, como el aumento del nivel del mar en varios metros y un clima extremo, especialmente en Europa y la costa oriental de Norteamérica. Sería un auténtico punto de no retorno

Países pobres golpeados por un clima que casi no han provocado

Dos estudios publicados en Nature Climate Change en febrero de 2025 analizaban que el hecho de haber superado el umbral de 1,5 ºC en 2024 podría indicar que hemos entrado en un período de varias décadas con calentamiento global medio de 1,5 ºC.

Según los autores, se necesitan esfuerzos muy rigurosos de mitigación climática para mantener los objetivos del Acuerdo de París a nuestro alcance.

Pero hay sobrada evidencia de que el objetivo más importante de dicho Acuerdo, limitar el aumento de temperatura a 1,5 ºC, parece perdido. Lo importante es que si no se toman acciones más agresivas en mitigación rápidamente, pasará lo mismo con el objetivo de mantener las temperaturas por debajo de los 2 ºC.

Las expectativas ante la COP30 de Brasil, como en todas las cumbres del clima, son altas, a pesar de las incertidumbres científicas, sociales, políticas y económicas. Los dos temas centrales para este encuentro son limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales y los compromisos de financiación climática.

La neutralidad de carbono –equilibrio entre las emisiones emitidas y retiradas de la atmósfera– es tan difícil como urgente. Este año es clave porque los 195 países firmantes del Acuerdo de País deben presentar nuevas contribuciones nacionales (NDC, por sus siglas en inglés), las medidas que pretenden adoptar para limitar el calentamiento del planeta.

Cada cinco años, este documento debe presentarse a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Las NDC 3.0 –que representan la tercera ronda de contribuciones de cada país– tienen que ser progresivas y más ambiciosas que las NDC actuales.

En materia financiera, la COP29, celebrada en Bakú (Azerbaiyán), consiguió un acuerdo a la desesperada y en el último momento para fijar la nueva meta de financiación climática.

El acuerdo contemplaba que los países ricos aportarían, al menos, 300 000 millones de dólares anuales a los de menos recursos hasta 2035, dentro de un compromiso más amplio de hasta 1,3 billones de dólares.

Esta cifra es muy inferior a la planteada inicialmente, y vemos qué cumbre tras cumbre se pospone la implementación de esta ayuda económica a los países más pobres.

Negacionistas y retardistas: el freno político a la acción climática

El hecho de que ninguna nación haya seguido el ejemplo de Estados Unidos de abandonar el Acuerdo de París es esperanzador. Quedan incertidumbres respecto a grandes emisores como China o India, y preocupa la debilidad política de la Unión Europea en materia ambiental y climática.

Pero las COP han permitido alcanzar acuerdos incluso en las situaciones más difíciles. Además, suponen dos semanas en las que el cambio climático domina las agendas de todos los países y solo eso resulta alentador. Es preciso negociar cada punto sin desfallecer por escasas que sean las posibilidades de acuerdos significativos entre países y dentro de cada país.

Hay demasiado en juego para plantear esta COP30 de Belém de otra manera.

No queda ninguna duda de que esta COP30 de Belém, en Brasil, es una oportunidad única para conseguir resultados reales, tangibles y aplicables, reimpulsar el Acuerdo de París y para luchar contra el retardismo y las mentiras y bulos de los negacionistas del cambio climático.

Las COP que se celebran cada año, hacen que la problemática relacionada con el calentamiento global, el cambio climático y sus nefastas consecuencias estén en las agendas mundiales y en la de cada país que sufre sus efectos, por lo que se espera que las conclusiones de la presente COP30 en Brasil, marquen un antes y un después.

El Maipo/ECOticias

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