(París) El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, enfrenta un escenario complicado en las discusiones en la Asamblea Nacional sobre el plan del presupuesto 2026, con crecientes dudas de si podrá adoptarse según los plazos parlamentarios.
Lecornu pide el compromiso de los diputados y se muestra dispuesto a realizar nuevas concesiones, ya aceptó suspender la reforma de la jubilación hasta enero del 2028, pero la diversidad de fuerzas en la cámara baja y de sus exigencias parecen alejar la posibilidad de aprobación de las leyes de Finanzas del Estado y de la Seguridad Social antes de que termine el año.
Desde la izquierda y la extrema derecha demandan un presupuesto que no haga caer el peso de la austeridad sobre los franceses, mientras que el oficialismo busca recortes y ahorros que permitan bajar el déficit y la deuda públicos.
En Comisión de diputados, tanto la Ley de Finanzas para el año próximo como la de la Seguridad Social fueron rechazadas, lo cual el primer ministro intenta sortear.
Esta tarde, el Ministerio de las Relaciones con el Parlamento acogió una reunión con las fuerzas políticas presentes en la Asamblea Nacional, para intentar destrabar las discusiones y los interminables debates que lastran el plazo de 70 días fijados por la Constitución, que se cumplirá cerca de la Navidad.
La izquierda descartó acudir a la cita, alegando que con la extrema derecha no discutirá, en alusión a la invitación al partido Agrupación Nacional.
Hoy culminará el análisis en la Cámara Baja de la partida dedicada a los ingresos en el presupuesto 2026, con su voto en primera lectura señalado para mañana.
Sin embargo, quedan cientos de enmiendas por discutir, lo cual sugiere que existen pocas probabilidades de que el voto pueda hacerse, y la reunión de la tarde no arrojó soluciones, de acuerdo con fuentes parlamentarias.
El Maipo/PL



