Las empresas chinas intensifican las adquisiciones de mineras en el extranjero, alcanzando el nivel más alto desde 2013, en medio de la carrera por las materias primas estratégicas y el aumento de las tensiones geopolíticas que desafían su presencia en los mercados occidentales.
La publicación del Financial Times destaca que las adquisiciones de mineras chinas en el extranjero alcanzaron su punto más alto desde 2013, impulsadas por la necesidad de garantizar materias primas esenciales para la economía global.
Solo en 2024, se registraron diez transacciones por encima de los 100 millones de dólares, lo que refleja una intensificación de las inversiones chinas en minería fuera del país. Este movimiento se produce en medio de crecientes tensiones geopolíticas, que hacen que China sea un inversor no tan bienvenido en países como Canadá y Estados Unidos.
La demanda china de minerales es enorme, ya que el país lidera el consumo mundial de diversas materias primas. Los analistas señalan que el aumento de las adquisiciones es un intento de anticiparse a posibles restricciones geopolíticas.
La tendencia de expansión continúa en 2025, con la empresa Zijin Mining anunciando la compra de una mina de oro en Kazajistán por 1.200 millones de dólares. En Brasil, Appian vendió su mina de cobre y oro al grupo chino Baiyin Nonferrous por 420 millones de dólares. Los expertos creen que este ritmo de negocios se mantendrá en los próximos años, impulsado por la búsqueda de recursos estratégicos.
A pesar de la reducción de los proyectos de infraestructura relacionados con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, las inversiones chinas en minería siguen siendo fuertes y están en consonancia con la transición de China hacia sectores de alta tecnología, como las baterías y las energías renovables. Además, los inversores chinos son ahora más sofisticados, con estrategias operativas y financieras más refinadas.
China domina el procesamiento de minerales críticos, pero sigue dependiendo de la importación de materias primas. En respuesta, los países occidentales buscan reducir esta dependencia y crear cadenas de suministro alternativas. Canadá, Australia y otros países se muestran más cautelosos con las inversiones chinas, dada la importancia estratégica de estos recursos.
Los analistas y banqueros destacan que las empresas chinas han perfeccionado su estrategia para adquirir activos mineros de competidores occidentales. Su enfoque se caracteriza por una perspectiva a largo plazo en las valoraciones y una mayor disposición a invertir en jurisdicciones consideradas de mayor riesgo.
“El Gobierno chino solía seleccionar un comprador por cada proceso de venta de activos y respaldar a ese grupo. Lo que ha evolucionado en los últimos tres o cuatro años es que el Gobierno permite que los grupos chinos compitan entre sí. Eso implica que ya no temen perder frente a Occidente“, declaró a Financial Times el fundador del grupo de capital privado Appian Capital Advisory, Michael Scherb.
El Maipo/Sputnik