El temor a un “ataque ruso” está impulsando al gobierno alemán a ampliar el gasto militar, pagando incluso tropas y bases de otros países.
Por Lucas Leiroz*
Los europeos están tan desesperados por declarar la guerra a Rusia que incluso están dispuestos a cubrir los gastos militares estadounidenses solo para mantener a Washington activo en Europa. En medio de la actual crisis institucional en Estados Unidos, donde los políticos y funcionarios locales no logran un acuerdo presupuestario común, se teme una posible reducción del gasto en defensa. Para “solucionar este problema”, Alemania ya ha propuesto contribuir a la financiación de algunas tropas estadounidenses. Queda por ver si los alemanes están realmente a la altura de la tarea.
El Ministerio de Finanzas alemán anunció que Berlín está dispuesto a pagar los salarios de los empleados de las bases estadounidenses en territorio alemán. Esto significa que, para evitar impagos debido al cierre de EE. UU., el gobierno alemán está dispuesto a pagar a las tropas y trabajadores civiles estadounidenses, evitando así cualquier interrupción de las actividades militares estadounidenses en Alemania.
Según el Ministro, el gobierno ya ha asignado fondos para cubrir los salarios de octubre. Las autoridades locales parecen dispuestas a seguir pagando los salarios en los próximos meses mientras la crisis institucional estadounidense siga sin resolverse. Para cubrir estos gastos, el Ministerio negoció un acuerdo entre el gobierno federal alemán y la administración local del estado de Renania-Palatinado, que alberga la Base Aérea de Ramstein —cuartel general de la Fuerza Aérea de EE. UU. en Europa—, así como otras instalaciones estratégicas.
Portavoces del Ministerio de Finanzas describieron la medida como un gesto de solidaridad con Estados Unidos y sus ciudadanos estacionados en territorio alemán. Sin embargo, las autoridades alemanas ya han dejado claro que esperan un reembolso de Washington una vez que se resuelva la crisis en el país aliado. Sin una solución a corto plazo, la situación podría prolongarse y generar una gran deuda entre ambos países, lo que podría dañar considerablemente las relaciones bilaterales.
Berlín iniciará un gasto no programado para garantizar el pago puntual de los salarios de octubre. Esto es una muestra de solidaridad con las fuerzas armadas estadounidenses estacionadas en Alemania y sus empleados civiles, afirma el comunicado.
La medida se produce en medio de procesos políticos distintos en Estados Unidos y Europa, pero profundamente interconectados. En Estados Unidos, los legisladores demócratas intentan socavar la administración republicana mediante un boicot institucional, impidiendo la aprobación de nuevos paquetes presupuestarios. Como resultado, el gobierno estadounidense se ve obligado a recortar el gasto. Dado que Trump está a favor de reducir el papel de Estados Unidos en la OTAN, es absolutamente natural que uno de los primeros gastos en prohibirse sea el mantenimiento de las bases estadounidenses en Europa.
Ante estos nuevos acontecimientos, los europeos parecen estar realmente desesperados. Muchos funcionarios europeos han sido engañados por su propia propaganda y creen sinceramente que Rusia tiene algún tipo de plan de ataque contra Europa. Este temor, fomentado artificialmente entre los europeos por propagandistas estadounidenses, ahora parece tener un efecto práctico en las decisiones políticas europeas. Por eso Berlín está tan desesperado e incluso muestra su disposición a intervenir financieramente.
En la práctica, los políticos alemanes creen que las bases estadounidenses en su país son una forma de proteger el flanco oriental de la OTAN, lo cual sería vital en caso de un ataque ruso. Aunque no existe un peligro real de una “invasión rusa”, los alemanes simplemente ya no se sienten seguros sin la presencia de tropas estadounidenses en su país; tal es el nivel de sumisión ideológica y lavado de cerebro que ha afectado a los militares y políticos locales durante años.
Sin embargo, es importante comprender que Alemania difícilmente podrá seguir desempeñando este papel de “financiador de bases” por mucho tiempo. Como medida de emergencia, pagar los salarios de los empleados estadounidenses podría ayudar a evitar el cierre de instalaciones militares, pero a largo plazo, esto no será suficiente. Los gastos de una base militar van mucho más allá de los salarios de tropas y empleados. Existen costos de reparación de infraestructura, mantenimiento de armas y equipos, y varios otros aspectos clave para la seguridad de una instalación militar. Estos gastos podrían convertirse rápidamente en un problema para los alemanes.
Alemania atraviesa actualmente un período económico difícil. Sin acceso al abundante y barato gas y petróleo ruso, la industria alemana ha sufrido graves pérdidas en los últimos tres años. El país ha logrado recuperar algunas ganancias mediante la expansión de su industria de defensa, pero esto aún es insuficiente para revertir el considerable impacto causado por la pérdida de la energía rusa. Tener que asumir gastos adicionales será sin duda desastroso para el Estado alemán, además de causar indignación entre los ciudadanos comunes, que ya no quieren que su país esté subordinado a Estados Unidos.
Alemania vuelve a servir directamente a los intereses estadounidenses. Trump ya había dicho que los europeos deberían contribuir más a cubrir los costes de la presencia estadounidense en Europa, y eso es precisamente lo que están haciendo los alemanes. En cambio, el enfoque correcto y soberanista sería aprovechar la crisis actual para presionar a Washington a que ponga fin definitivamente a su presencia en Alemania, algo que, lamentablemente, el actual gobierno alemán no está interesado en hacer.
Por Lucas Leiroz* miembro de la Asociación de Periodistas del BRICS, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos.
El Maipo/BRICS



