De acuerdo a un sondeo realizado en Chile, la mayoría de las personas de 65 años o más se consideran activas, autovalentes y rechazan la idea de convertirse en una carga para sus familias.
La encuesta realizada por el GPS Ciudadano, de la empresa especializada en procesamiento y análisis estadístico Datavoz, reveló que el 84 por ciento de los entrevistados está totalmente en desacuerdo con vivir en un hogar de ancianos.
Además, 85 de cada 100 adultos mayores declararon que no tienen dificultad alguna para realizar las actividades cotidianas, desde la higiene personal hasta el uso de las modernas tecnologías.
Incluso, el 90 por ciento dijo manejar muy bien las redes sociales, como WhatsApp y otras plataformas.
Eduardo de la Fuente, director de Consultoría Social y de Mercado de Datavoz, señaló que los datos descubiertos hablan de una población mayor mucho más autónoma de lo imaginado.
“Saben lo que quieren y también lo que no quieren: no sentirse una carga, no vivir en un hogar de ancianos, no ser invisibles”, aseguró el especialista.
En cuanto a la situación económica, poco menos de dos terceras partes declararon que sus ingresos cubren por completo los gastos, si bien hay diferencias claras por género: 63 puntos porcentuales en los hombres y 53 entre las mujeres.
Solo 21 por ciento de los encuestados reconoció recibir ayuda económica de familiares o personas cercanas.
Respecto al papel del Estado para asumir por completo el cuidado de los adultos mayores, una cuarta parte expresó su desacuerdo con liberar a las familias de esta obligación.
El tema tiene varias aristas, pues recientemente la Organización No Gubernamental Mente Sana reveló que entre 2018 y 2025 más de 11 mil 770 ancianos quedaron hospitalizados durante semanas, o incluso meses, porque nadie fue a buscarlos al terminar su tratamiento.
Carola Romero, directora de la entidad, consideró el problema del abandono de adultos mayores como “una violencia familiar invisible”.
Agregó que el Código Civil chileno establece que los hijos deben apoyar económicamente a sus padres cuando estos lo necesiten, pero en la práctica el incumplimiento de esa obligación no tiene consecuencias reales.
El Maipo/PL