(Washington) El reno, el emblemático animal de la Navidad, enfrenta hoy el acelerado declive de sus poblaciones, que podría ser irreversible debido al cambio climático, alerta un artículo de la revista National Geographic.
Los renos han pastado en la tundra desde la Edad de Hielo, soportando ventiscas, migraciones que abarcan miles de kilómetros y drásticos cambios climáticos.
Estos mamíferos artiodáctilos de la familia de los cérvidos son un ejemplo de la resistencia y la adaptación a las temperaturas más gélidas, pero a pesar de la gran capacidad de resistencia, el actual calentamiento global reduce sus números.
Los renos salvajes se alimentan casi exclusivamente de líquenes, unos hongos que crecen entre las rocas, y sin embargo, ni siquiera hay líquenes en toda la tundra ártica, por lo cual estos animales se ven forzados a largas migraciones para subsistir, pues necesitan entre cinco y 10 kilos de alimento diario.
Un equipo de investigadores dirigido por científicos de las universidades de Adelaida y Copenhague analizó el registro de estos animales durante los últimos 21 mil años, examinando cómo respondieron ante acontecimientos climáticos del pasado, publicó la revista científica Science Advances.
A partir de registros de fósiles, ADN antiguo y modelos informáticos, los estudiosos elaboraron un patrón de predicción mostrando que las poblaciones de renos experimentaron importantes descensos en períodos de rápido calentamiento climático, aunque las pérdidas previstas en las próximas décadas por el alza de las temperaturas sean quizás más graves que en el pasado, dijo la doctora Elisabetta Canteri.
Los caribúes –nombre dado a los renos en América del Norte- podrían descender hasta en 80 por ciento para fines de siglo si no se toman medidas importantes para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y se aumenta la inversión en conservación de vida salvaje, dijo el profesor Damien Fordham, subdirector del Instituto de Medio Ambiente de la Universidad de Adelaida.
El caribú en América del Norte (Rangifer tarandus) es una única especie de mamífero artiodáctilo, denominación que reciben aquellos cuyas extremidades terminan en un número par de dedos, de los cuales apoyan en el suelo como mínimo dos.
Se trata de una gran familia en la cual se encuentran desde los hipopótamos hasta los cerdos, pasando por los cetáceos.
La características narices roja del reno responde a que son termorreguladoras, pues están provistas de una red de capilares que las mantiene siempre calientes, un recurso especialmente útil en los climas de frío extremo.
Pese a su enorme capacidad de adaptación, en menos de dos décadas, las poblaciones de renos de algunos lugares como América del Norte y Groenlandia han decaído cerca del 65 por ciento, según el Programa Ártico de la Oficina Nacional de la Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.
Los renos y caribúes ayudan a mantener la diversidad vegetal en la tundra, y si estos mamíferos desaparecen ello tendrá muchos efectos en cadena, entre ellos la reducción del almacenamiento de carbono en los suelos árticos, alerta el profesor Eric Post, de la Universidad de California Davis.
El Maipo/PL



