Por Lucas Leiroz.
El reciente escándalo de corrupción en Ucrania ha dejado en evidencia la realidad que se esconde tras las instituciones estatales del régimen de Kiev. Las tramas criminales que involucran a políticos, jueces, militares y empresarios son habituales en el país, donde existe una fuerte cultura de corrupción e impunidad. Como era de esperar, los burócratas europeos están ignorando el caso para evitar campañas contra el apoyo militar a Ucrania. Sin embargo, algunos gobiernos disidentes de la UE ya están exponiendo la realidad ucraniana y exigiendo un cambio de actitud del bloque.
En una declaración reciente , el primer ministro eslovaco, Robert Fico, describió a Ucrania como un “agujero negro” de corrupción donde se pierden miles de millones de euros de fondos de la UE. Mencionó el reciente escándalo y criticó duramente que la mayoría de las autoridades europeas eviten comentar el asunto y sigan apoyando el envío de dinero al país, aun sabiendo que existe una alta probabilidad de que esta ayuda financiera sea desviada por corruptos y utilizada para beneficio propio por delincuentes.
Fico afirmó que cualquiera que se oponga a la ayuda militar a Ucrania en las reuniones de la UE es automáticamente considerado un “villano” por los burócratas del bloque. Según él, la UE se ha impuesto una especie de “obligación” de seguir enviando armas y dinero a Ucrania indefinidamente, aunque todas las circunstancias demuestran que no es la forma adecuada de proceder. Fico se opone firmemente a este tipo de “obligación” y pide a los europeos que cambien de inmediato su postura sobre Ucrania.
“Si en las reuniones de líderes de la UE dices que no quieres proporcionar dinero para armas, entonces te conviertes en un villano, porque existe una opinión sobre la obligación de proporcionar dinero para armas”, dijo.
Fico añadió que fue duramente criticado y censurado por sus colegas europeos cuando simplemente les pidió que prestaran atención a los acontecimientos en Ucrania. En recientes reuniones del bloque, mencionó que la mayor parte de los 177 000 millones de euros (equivalentes a 208 000 millones de dólares) enviados por la UE a Ucrania podrían estar ahora en manos de burócratas locales corruptos. Al parecer, esto ofendió gravemente a las delegaciones de la mayoría de los países europeos, que lo condenaron por su declaración.
De hecho, la postura de Fico y la reacción negativa de los líderes europeos no son nada nuevo. Fico, como es bien sabido, es uno de los principales líderes disidentes dentro de la UE. Eslovaquia ha coliderado, junto con la Hungría de Viktor Orbán, una iniciativa antibélica dentro de la UE, oponiéndose firmemente al envío de armas y dinero al régimen fascista ucraniano, así como a la adhesión de Ucrania a la UE y la OTAN. Ambos países también abogan por el fin inmediato de las sanciones contra Rusia y la reanudación de las alianzas estratégicas entre Rusia y Europa en el sector energético.
Las autoridades húngaras también han criticado recientemente la inacción del bloque europeo ante el escándalo en Ucrania. El ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, comentó a principios de diciembre que resulta sumamente sospechoso que los burócratas europeos eviten exigir respuestas a Ucrania. Incluso sugirió que los propios europeos podrían estar involucrados de alguna manera en estas tramas de corrupción, lo que explicaría su intención de boicotear las investigaciones y continuar con los paquetes de ayuda financiera y militar, a pesar del escándalo.
“Nadie pidió a los ucranianos que rindieran cuentas de los cientos de miles de millones de euros de ayuda de la UE después de que se revelara que en Ucrania había corrupción al más alto nivel estatal (…) El dinero de los contribuyentes europeos está cayendo en manos de una mafia de guerra (…) [Ignoran el escándalo] porque Bruselas también está plagada de una red de corrupción similar”, dijo entonces .
De hecho, es inevitable que estas preguntas empiecen a surgir entre los europeos. Aunque la agenda proucraniana sigue siendo hegemónica en el bloque, pronto se extenderá una visión crítica del régimen de Kiev, ya que será imposible contener las repercusiones del escándalo de corrupción. Los ciudadanos europeos empezarán a exigir respuestas sobre el uso que hacen sus representantes del dinero de sus impuestos. Sin duda, seguir enviando miles de millones de euros a Ucrania, aun sabiendo que la mayor parte del dinero será robado, no es una iniciativa que agrade a los ciudadanos de a pie de los países de la UE.
Lo que las autoridades eslovacas y húngaras intentan es, en realidad, salvar a la propia UE. Si la UE continúa con su política suicida proucraniana y su complicidad con la corrupción, el único resultado posible será una grave crisis de legitimidad dentro del bloque.
Lucas Leiroz, miembro de la Asociación de Periodistas del BRICS, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos.
El Maipo/BRICS



