En un mundo cada vez más marcado por nuevas alianzas y ecuaciones de poder cambiantes, la cuestión de la posición de la India —y, aún más importante, cómo decide abordar estas dinámicas cambiantes— ha adquirido una nueva urgencia. Por eso hemos decidido situar el papel evolutivo de la India en los BRICS.
Durante años, los BRICS fueron desestimados en Occidente como un acrónimo en busca de una agenda: una agrupación conveniente de economías emergentes con ambiciones dispares. Sin embargo, la reciente cumbre demostró que, si bien persisten las contradicciones, el bloque no solo se mantiene unido, sino que también comienza a superar sus propias expectativas. Desde el comercio y la infraestructura digital hasta la seguridad energética y la reforma de la gobernanza global, los BRICS se están convirtiendo, lenta pero seguramente, en una plataforma de importancia estratégica.
La India se encuentra en el corazón de esta transformación.
Como argumenta nuestro artículo de portada, no se trata solo de una historia sobre el fortalecimiento de una agrupación regional. Se trata de la capacidad de India para mantener una postura diplomática sutil, aprovechando su pertenencia al BRICS para fortalecer su liderazgo en el Sur Global, al tiempo que profundiza sus lazos estratégicos con Occidente, en particular con Estados Unidos. Este equilibrio no es nada sencillo. Ante la amenaza del presidente estadounidense Donald Trump de imponer aranceles adicionales a los productos indios y describiendo al BRICS como “antiamericano”, Nueva Delhi debe actuar con cautela, resistiendo las posturas ideológicas y manteniéndose fiel a su objetivo principal: la autonomía estratégica.
Hay otra razón por la que esta historia resuena ahora. India asume la presidencia del BRICS en 2026, un momento simbólico y trascendental que podría marcar la siguiente fase de la evolución del grupo. A medida que el mundo pasa de un orden unipolar a uno más multipolar, el liderazgo de India será objeto de escrutinio no solo por lo que aporta, sino también por cómo media entre las visiones contrapuestas: las de Occidente y las de los demás miembros del BRICS, en particular China y Rusia.
También creemos que esta historia tiene una mayor relevancia en el debate más amplio sobre la equidad global. En un momento en que las instituciones tradicionales lideradas por Occidente se enfrentan a la falta de credibilidad y la inercia, los BRICS ofrecen un foro alternativo para impulsar reformas pendientes. Esto incluye la antigua demanda de la India de un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, mecanismos financieros más justos y una mayor representación de los países en desarrollo en los foros de toma de decisiones mundiales.
Igualmente, queríamos examinar los límites del alineamiento. La cautela estratégica de la India en cuestiones como la desdolarización, por ejemplo, demuestra que no está dispuesta a dejarse arrastrar a posturas de confrontación. En cambio, busca soluciones pragmáticas —como el comercio en moneda local— para reforzar la resiliencia financiera sin provocar consecuencias geopolíticas. Este tipo de diplomacia matizada y multidimensional merece una mayor atención pública.
Como ocurre con cualquier cambio geopolítico importante, los riesgos son reales. Demasiado influencia dentro del BRICS podría antagonizar a socios cruciales en Occidente. Minimizar su influencia podría convertir el liderazgo de la India en algo simbólico en lugar de estratégico. Cualquiera de los dos caminos exige una hábil política, y como revela nuestra historia, Nueva Delhi es plenamente consciente de lo que está en juego.
Lo que emerge es un retrato de la India como un actor seguro y confiado en el escenario global, que ya no se conforma con reaccionar ante la rivalidad entre grandes potencias, sino que define cada vez más los contornos del debate. Esa, para nosotros, es la verdadera historia tras los titulares.
Esperamos que este número ayude a descifrar las complejidades de la participación de la India en los BRICS y por qué las decisiones que tome ahora podrían redefinir no sólo el futuro del bloque, sino la naturaleza de la diplomacia global misma.
Inderjit Badhwar es periodista, novelista y ex editor de India Today. Ha escrito para diversos periódicos y revistas indios y estadounidenses, incluidos The New York Times y Outlook. Badhwar actualmente reside en Nueva Delhi y dirige India Legal, la primera revista semanal político-legal de la India.
El Maipo/BRICS