Proyecto busca renovar las plantas de frambuesas y frutillas de más de 2.300 pequeños agricultores que sufren por baja productividad.
El plan demorará 48 meses y busca crear un sistema de abastecimiento de plantas de frutillas Camarosa y frambuesas Heritage que duplique la cantidad de kilos por hectáreas en pequeños agricultores.
El genetista Javier Chilian dice que buena parte de los pequeños productores de frutillas y frambuesas no obtienen los rendimientos que deberían obtener en sus campos. «Por ejemplo, la variedad de frambuesa Heritage tiene un potencial de rendimiento de 16.000 kg por hectárea», comenta. «Pero la plantas de los pequeños productores están rindiendo entre 3.000 kg y 8.000 kg por hectárea, lo que es casi un 50% menos de lo que en teoría debería rendir la planta”.
Es por ello que el investigador del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) en su sede de Raihuén está impulsando un proyecto que resuelva este problema: llamado “Transferencia generación de banco de germoplasma para la obtención de plantas de calidad”. La iniciativa busca crear un sistema de abastecimiento de nuevo material genético de unos 2.300 pequeños agricultores de frutillas y frambuesas de la Región del Maule.
La investigación de Chilian determinó que la baja productividad de estos campos se debe por la multiplicación informal de plantas, lo que produce huertos envejecidos y plantas enfermas. “Hay productores que sacan una patilla o estolones de la planta del vecino y establecen sus propios huertos. Hay muchos viveros que no tienen certificación. Algunos productores empiezan a hacer sus propias plantas y luego a comercializarlas. Por lo tanto, parten huertos nuevos o recambian sus huertos con material envejecido y que normalmente presenta enfermedades”, dice Chilian. «Parten con el pie atrás, ya que comienzan sus huertos con plantas enfermas».
Por ello, el proyecto busca producir una gran cantidad de plantas que permita renovar los campos con cultivos de mejor calidad y plantas sanas, que podrían ayudar incluso a reducir la presencia de la plaga de nematodo que afecta a las frutillas.
“Durante los 48 meses que dura el proyecto se espera generar la cantidad de plantas suficientes que permitan mejorar la producción de los 2.330 agricultores involucrados en la propuesta. Con plantas de mejor calidad y con su correspondiente manejo agronómico, estos productores podrán obtener un mejor rendimiento y calidad en la misma superficie” agrega Chilian.
LAS VARIEDADES A MULTIPLICAR
De las variedades con las que cuentan los productores de la región, Heritage (frambuesa) y Camarosa (frutillas) son las elegidas por INIA para el proyecto. Las razones, explica Chilian, son variedades que mejor se adaptan al clima mediterráneo, tienen mejor rendimientos en la zona y están liberadas de royalty.
“En los últimos años, la producción de frambuesas está destinada a los congelados. Por lo tanto, la ventaja que tiene Heritage es que cuando pasa por el proceso de congelado, no se desgrana. Para un consumidor eso es una característica deseada, ya que cuando tomas la baya de la frambuesa congelada no se desarma. En la frutilla, Camarosa, es una planta que genera buena calidad de la fruta, la que es más grande y se comercializa en fresco”.
La meta del investigador es que INIA logre producir 10.000 plantas in vitro de estas variedades en el primer año del proyecto y, con ello, poder generar 400.000 nuevas plantas durante el segundo año. Para lograrlo, en esta etapa es clave la evaluación fitosanitaria, técnicas microbiológicas y moleculares para asegurar que la planta resulte sana. Luego, a través de brotes etiolados se hace el escalamiento en cuanto al número de plantas.
“La ventaja de frutillas y frambuesa es que se puede multiplicar de forma vegetativa, lo cual se hace a través de estaca o brote etiolados: tienes una planta madre que tiene numerosos brotes, a la que le cortas unas estacas y esperas que enraíce para plantarla y así tienes una nueva planta. En el caso de los brotes etiolados, consisten que el sistema radicular de las plantas de frambuesa tiene yemas y partir de estas yemas puedes generar nuevas plantas».
El paso final es generar una banco de germoplasma. “Es un invernadero que tiene las plantas madres de frutillas y frambuesa. Nosotros como INIA tenemos que garantizar que vamos a poder mantener este banco de germoplasma”, indica Chillian.
CAPACITACIÓN A AGRICULTORES
Uno de los ejes claves del proyecto y qué se desarrollará en el primer año, es la capacitación a agricultores. A través de asesorías y acompañamiento de profesionales de INIA, se les enseñará a los agricultores a realizar la multiplicación vegetativa y el escalamiento de las plantas. Para frambuesa, la sede será de INIA Raihuén y, para frutillas, INIA Cauquenes.
«Es un trabajo que estamos desarrollando actualmente. La idea es colaborar o trabajar en conjunto con el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP). También con el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). En la primera parte del proyecto, tenemos que seleccionar a productores que sean líderes, que sean referentes en sus comunas. Estamos analizando dónde vamos a establecer estas unidades de multiplicación vegetativa en comunas de la región. Algunas de las opciones para el caso de las frutillas son Cauquenes, Chancay y Pelluhué. Para frambuesa son las comunas de San Javier, Villa Alegre, Yerbas Buenas, Parral, Retiro, Longaví y Linares”.
Con las unidades de multiplicación vegetativa establecidas y los productores ya capacitados, el investigador en biotecnología de INIA Raihuén concluye que “los productores podrán establecer sus propios huertos con plantas sanas. Y con ello, mejorar la producción de frutillas y frambuesa de la Región del Maule”.
Por Macarena Barriga Guerrero para Red Agrícola
El Maipo
