(Buenos Aires) Transnacionales que cierran sus fábricas o negocios en Argentina, recortan personal para poder subsistir o ponen en venta sus dependencias, reflejo que la industria argentina sufre hoy mucho la política económica del gobierno de Javier Milei.
Nissan ya se fue hace unos meses, el miércoles lo hizo Whirlpool, Georgalos hace suspensiones masivas, la autopartista Dana cerró su fábrica en San Luis, la firma Essen despide personal, la productora de artículos de cerámica Loimar clausuró su planta en Tandil, y la fabricante de insumos agrícolas Panpack se redujo de 300 a 80 obreros y entró en bolsa de acreedores.
Finalmente, empresas multinacionales generadoras de mucha mano de obra como Shell y Carrefour tienen sus activos en venta en Argentina, de hecho ya la petrolera comenzó a cerrar estaciones de expendido de combustibles.
La administración de Whirlpool resumió lo que todas están experimentando: la decisión se tomó frente a la caída de ventas y el fuerte aumento de las importaciones, por falta de competitividad para exportar y una fuerte competencia de productos importados, debido al atraso cambiario y la política importadora.
“Argentina sufre hoy un industrialicidio”, remarcó la periodista Any Ventura en el espacio nocturno “Duro de domar”, del canal C5N, mientras muchos medios pintan un cuadro lóbrego de la economía.
El ente estadístico del Estado anunció el martes que la economía evitó la recesión y creció 0,5 por ciento en septiembre, y así el presidente libertario no tuvo que pronunciar la palabra maldita.
Empero, inmediatamente consultores privados, economistas y centros de estudios criticaron duramente al Instituto Nacional de Estadísticas y Censo bajo la dirección de Marco Lavagna por “dibujar” los números y proteger así al ejecutivo.
La economía real muestra otras evidencias de una decadencia que cada vez se hace más visible:
En Octubre de 2025 se declararon 143 procesos preventivos en empresas, eso significa un crecimiento de negativo indicador del 211 por ciento respecto a 2023 y el guarismo más alto desde la crisis de 2019, en el final del gobierno de Mauricio Macri.
Mientras tanto, el haber mínimo, vital y móvil aumentaría apenas cuatro mil pesos (2,80 dólares), según propuesta del Consejo del Salario que fue tajantemente rechazado por los sindicatos.
Gustavo Godoy, secretario general de la Central de Trabajadores de Argentina Autónoma, les dijo a los empresarios que ese insignificante monto no alcanzaba ni para tomar un café con leche y medialuna en una cafetería.
Y para más apriete, en diciembre volverán a aumentar las tarifas de los servicios públicos (gas, agua, electricidad, telefonía), el transporte, la salud y los alquileres, anticipan los medios. Informan que el incremento será de otro 2,1 por ciento, lo cual golpeará aún más a las familias argentinas.
El Maipo/PL



