Pekín : Una nueva revisión publicada en la revista Foods explora la evolución del procesamiento de la papa en todo el mundo y el lugar que ocupa China en este panorama cambiante. La evaluación, realizada por investigadores del Instituto de Física Química de Lanzhou, la Universidad de la Academia de Ciencias de China y varias instituciones asociadas, se basa en bases de datos internacionales como FAOSTAT y Comtrade de la ONU, junto con estudios de caso nacionales, para comprender cómo la papa pasa de las explotaciones agrícolas a los productos procesados.
El valor creciente de las papas procesadas en todo el mundo
El estudio destaca que la generación de valor mediante el procesamiento se ha convertido en la columna vertebral de la industria de la papa en muchas de las principales regiones productoras.
En América del Norte y Europa Occidental, entre el 60 % y el 80 % de todas las papas se convierten en papas fritas, chips, copos, almidón y otros productos procesados. Este mercado global se estimó en alrededor de 41.000 millones de dólares estadounidenses en 2023 y podría alcanzar casi 60.000 millones de dólares estadounidenses a principios de la próxima década.
China e India siguen siendo países atípicos en cuanto a la cuota de procesamiento.
China procesa aproximadamente el 15% de su cosecha, mientras que India procesa alrededor del 7%. Sin embargo, los patrones de consumo están cambiando rápidamente en Asia. El Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China declaró la papa como alimento básico en 2014, lo que contribuyó a estimular el interés en los formatos procesados. Si bien la mayoría de las papas en el país todavía se consumen frescas, la demanda de papas fritas y patatas fritas ha crecido de forma constante. China incluso se convirtió en exportador neto de papas fritas congeladas en 2022, y los principales fabricantes nacionales, según se informa, produjeron alrededor de 1,27 millones de toneladas de papas fritas en 2023.
Tecnología, comercio y patrones regionales
Gran parte de la capacidad de procesamiento industrial de China depende de equipos importados de Europa, en particular de sistemas automatizados de pelado, corte, secado y fritura. El estudio señala que, si bien los procesadores chinos han mejorado la adopción de tecnología en los últimos años, la eficiencia general y la uniformidad del producto aún están por debajo de las de las plantas de Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental.
Los estudios de caso nacionales incluidos en la revisión destacan la diversidad de modelos de procesamiento. América del Norte sigue centrada en las papas fritas congeladas, Europa mantiene sólidos segmentos de procesamiento de almidón y productos especiales, y el Reino Unido, Francia, Bélgica, Alemania y los Países Bajos siguen dominando la producción europea de papas fritas y chips. Mientras tanto, India y Sudáfrica muestran un impulso en la producción general de papa, pero aún procesan solo una pequeña parte de sus cosechas.
La cadena de valor global está formada por cuatro grandes grupos de productos: papas fritas, chips, copos y gránulos, y almidón; y los flujos comerciales están estrechamente vinculados a la capacidad de procesamiento nacional, la demanda minorista y la presencia de empresas alimentarias multinacionales.
La posición competitiva de China y las presiones ambientales
Para analizar el futuro papel de China en el sector, los investigadores aplicaron el Modelo de Diamante de Porter. Observaron que China se beneficia de importantes áreas de cultivo de papa y un mercado interno en auge para alimentos procesados. Sin embargo, los desafíos incluyen la disponibilidad limitada de variedades de procesamiento especializadas, sistemas de almacenamiento que satisfagan las necesidades de los procesadores y la continua dependencia de maquinaria importada de alta tecnología.
Las políticas ambientales también influyen en el funcionamiento de los procesadores. Las fábricas europeas destinan cada vez más subproductos a la producción de piensos y biocombustibles. En China, las normas más estrictas para la gestión de aguas residuales han impulsado la consolidación en la industria del almidón y fomentado la inversión en mejores tecnologías de recuperación. En las principales regiones de procesamiento, la garantía de calidad y seguridad se basa en sistemas basados en el APPCC, con una rápida adopción de herramientas de detección automatizada y visión artificial para supervisar los productos en tiempo real.
El Maipo/Agricultura Global
